miércoles, 19 de mayo de 2010

Scottish Ultra : tercera etapa.

Comentaban hace un par de días en el foro "Mi apoyo y profundo respeto a quien se haya liado en un ultra por esas turberas del demonio. ". Se trata de un español que vive en Irlanda y que después de leer mi crónica de la primera etapa entró para dejar el comentario, y afirmaba también "El chapoteo ya se ha convertido en una forma de vida para mí.", se ve que este terreno desespera a cualquiera.

Bueno, a lo que vamos, tercera etapa:



Terminada la segunda etapa tomamos el ferry y cruzamos a Jura. Según nos comentan los de la organización el relieve de esta isla es peor para correr que el anterior, ¿peor? ¡pues que Dios nos coja confesados!
Sobre el campamento una manada de ciervos nos vigila atentamente, somos extraños invasores en su territorio.




En el briefing nos comunican que la etapa de mañana la recortan de 40 a 32km,se espera muy mal tiempo y el recorrido original puede ser problemático con las condiciones climatológicas que se esperan.
Tras cenar algo me meto en la tienda, ya sin compañero, y me pongo a escuchar un poco de música.
La ampolla del pie izquierdo tiene muy mala pinta, me la curo pasandome unos hilos y rociándola con antiséptico, a ver mañana.....
Hace un frío que pela, la etapa ha sido dura, me duele todo el cuerpo, la mochila me está castigando la espalda, me cuesta coger el sueño, no se como ponerme para estar cómodo, noto el corazón en las rodillas, la noche es de las de duermevela, no logro descansar.
Me levanto el primero, me preparo el desayuno, es un sobre liofilizado de arroz con leche, no se donde he fallado pero me sale una porquería, el arroz queda duro y la leche es una gacha grumosa y algo insípida, pero me lo trago como si fuera un jarabe, sin respirar, que remedio.
Cometo un gran error al ponerme un compeed sobre la ampolla, ayer me pasé los hilos y hoy se me ocurre taparlos con el compeed. Pensé que sería bueno protegerla ya que nos pasamos el día con los pies metidos en agua y lodo en las turberas. Pero será una gran cagada ya que la etapa es de mucha montaña y hago mucha presión sobre la ampolla que no logra drenar el liquido y triplica su tamaño. El liquido no encuentra salida y rompe mas piel para liberar la presión, total, una catástrofe.

Dan la salida y empezamos a correr. Vamos tranquilos pues esta primera parte es un camino en continua subida, se deja correr pero si te lanzas muy rápido seguro que lo pagas mas tarde. Según vamos subiendo la niebla se va cerrando sobre nosotros, hoy el día pinta mal, el viento ártico nos sigue castigando y al ganar altura se nota mas fuerte y mas frío.
Alonso se marcha con los dos primeros, Paco, Manolo y yo vamos juntos, Javi sigue a su ritmo por detrás.
El camino está arañado por multitud de hilos de agua y charcos que vamos sorteando. Es una tontería ir esquivando el agua pues sabemos que tarde o temprano tendremos que meternos en la turba, nos adentramos en las montañas y el camino lo abandonaremos en breve.






La siguiente bandera nos manda directos a la turba, el terreno maldito, y la niebla no nos deja ver mas allá de unos metros, así que hay que tener paciencia y tirar de mapa. Los desniveles son exigentes y avanzar se hace mas lento a causa del chapoteo y los cientos de agujeros que oculta el terreno, los tobillos y rodillas están en continuo peligro. Encontrar las banderas en la niebla es cada vez mas complicado, y las indicaciones que te dan los "marshall" que vamos encontrando en los CP son de poca utilidad (entre el ingles con acento escoces y la niebla poco sacas en claro). Pronto nos encontramos con otros corredores tambien desorientados, tirando de mapa, y entre todos tratamos de averiguar la dirección correcta. Rodeados de montañas, sin senderos marcados, metidos en la turba y con viento y niebla densa, lo mas facil es cagarla y rodear el lago que no era. Según el mapa tenemos que bordear un lago y dejarlo a nuestra derecha, pero hemos rodeado el que no es, hasta que por pura suerte alcanzo a ver una bandera en lo alto de un cerro y retomamos el buen camino. Por fin pasamos el verdadero lago y comenzamos una larga y tortuosa bajada. Nos vamos clavando en el fango una y otra vez, no hay manera de encontrar un sendero o alguna zona firme donde pisar, hasta pierdo una zapatilla dentro del barro, la recupero de inmediato y paso a apretar mas los cordones para evitar nuevas sorpresas.






Por fin salimos de la montaña y llegamos a la carretera que nos llevará a meta en la etapa de hoy. Corremos para distanciarnos lo mas posible de nuestros perseguidores, hemos perdido mucha ventaja por culpa de la niebla y ahora la podemos recuperar. Pisar sobre asfalto se agradece solo un rato, correr con la mochila, zapatillas de montaña y los pies mojados hace mucho daño a las articulaciones. Noto en mi pie izquierdo como la ampolla se hace mas grande y dolorosa, pero no pienso pararme a mirar hasta que no llegue al campamento. Seguimos los tres juntos, vigilados continuamente por manadas de ciervos a ambos lados del camino.





Tras varios kilómetros llegamos por fin al campamento. Tras ponernos algo de ropa seca encontramos una diminuta cabaña de madera carcomida donde resguardarnos del frio y poder calentar agua para la comida. Despues de comer algo queda poco que hacer, vuelve a llover, cada cual a su tienda a escuchar música, charlar o curar las heridas. La ampolla es de las de fotografiar para el recuerdo, y mañana 50km mas, pobre de mi. A estas alturas solo me quedan un par de calcetines secos, y los voy a reservar para las dos últimas etapas, así que utilizo un par de Buff a modo de calcetines para calentar los pies. No hay manera de secar la ropa, cuando no está lloviendo el aire es tan frio y humedo que no seca nada, así que mañana habrá que correr con la ropa mojada de nuevo.




Scottish Ultra: video resumen.

Sin palabras, una pizca de lo sucedido en Escocia, siempre con sabor Kroqueta:



En un par de dias cuelgo la crónica de la tercera etapa, no tiene desperdicio.

Zegama 2010 (video)

lunes, 17 de mayo de 2010

Scottish Ultra: segunda etapa.

Ante mi asombro, el pie no me duele lo que yo pensaba, pero si la espalda y los cuadriceps. Ahora tengo claro que mañana voy a salir a correr la segunda etapa.
Artemio se va a quedar un día mas, ayudará a la organización como voluntario en la etapa de mañana, pero al día siguiente se marchará de vuelta a casa.
Me meto en el saco y escucho un poco de música, y a las 22:00h mas o menos me quedo dormido. Me cuesta bastante dormir, mi cuerpo ha sufrido mucho castigo después de tatos días de fisio sin entrenar, y me duelen hasta las orejas. Hace un frío que pela y salir a orinar es un acto de hombría sin igual, je je, os lo aseguro.

Mas o menos a las 6h me levanto y comienzo a preparar mi pie derecho, hoy no me puede fallar. He traído unas plantillas de descarga para los metatarsos y me pongo una bien amarrada para que no se me desplace con el agua, ya que estamos continuamente con los pies mojados.



De momento no llueve, pero vamos a salir con la ropa de agua, visto lo visto es la mejor opción. Ayer hubo gente que pillaron cantidad de garrapatas (ellos las llaman "tic") por llevar pantalón corto por el terreno "maldito", y hoy nos avisan que llevemos pantalón largo pues hay muchos kilómetros de este tipo de terreno. No es una buena noticia, 54km para hoy y con parte del terreno en el que te matas por avanzar se pueden hacer eternos.

A las 8 dan la salida. Hoy no me pienso despegar de mis compañeros, vamos un grupo de cuatro, Alonso, Manolo, Paco y Yo. Hoy nos metemos por terreno malo nada mas empezar. Continuas subidas y bajadas, los pies mojados nada mas empezar. Vamos pegados a la costa, junto a un sin fin de acantilados. En nuestro camino hay muchos torrentes de agua que buscan el mar y han excavado profundas grietas en la tierra, las mismas que nos toca de atravesar, bajando al fondo y trepando para salir de ellas. Las vistas son inbreibles, y hoy el cielo acompaña, hace frio pero al menos no llueve.







La cosa va lenta, en dos horas apenas hemos avanzado 8 o 9 kilometros, continuamente subimos a algún punto alto para tratar de ver en la distancia alguna marca que nos guie por el camino correcto. De vez en cuando bromeo parodiando a Bear Grils, "el último superviviente", y Manolo me graba en video haciendo el chorras, total, que mas dá un minuto mas o uno menos, hoy el dia va a ser largo, mejor poner una sonrisa de vez en cuando y relajar los animos. Con el paso de los kilometros me doy cuenta de que el pie no me molesta nada, ¿a que la almohadilla va a ser la solucion?, mi mente se torna cada vez mas positiva, voy disfrutando, aunque la etapa está siendo dura y queda mucho por delante, ahora pienso en que quizas logre llegar a meta algún dia mas.
Seguimos junto a los acantilados, y pasado un control hemos de buscar la playa, por ella correremos varios kilometros. La marea está baja y se puede correr bien, apenas te hundes en algunas zonas.






Salimos de la playa y llegamos a un camino, se puede correr bien, ahora recuperamos parte del tiempo perdido durante los primeros kilómetros. Pasada una hora notamos los efectos de etapa de ayer, las piernas van muy cargadas y la mochila parece aumentar de peso con el paso de las horas. Nuestro trote es cada vez mas pesado, lento y torpe, cuando uno de los cuatro se para lo hacemos todos y continuamos caminando unos minutos para recuperar. El camino es de continuo sube-baja, nos está quemando, ahora que se puede correr y ya vamos machacados. Se notan los largos silencios, cada uno inmerso en su mente, el sonido de las zapatillas al trotar es como una letanía, como un mantra que se repite y se clava en el cerebro una y otra vez. Yo resoplo y pido en mi interior que uno de los otros pare para darnos un respiro a todos, no quiero ser yo el que pare al grupo. El equipo de Gales nos pisa los talones, ayer iban fuerte pero hoy los llevamos por detras, es lo que nos mete presión y nos empuja a no flaquear. La etapa de hoy se está haciendo muy larga, 54km que parecen el doble, es como si los kilometros fueran millas.



Llegamos a un control en el que Artemio está de voluntario, nos dice que mañana se larga de vuelta a España, no le apetece pasar los dias ayudando a la organización y viendonos a nosotros correr sin el poder hacerlo. La carrera no es como el la imaginaba, no pensaba que el terreno fuera así, no venía preparado para esto. Nosotros , al fin y al cabo, estamos acostumbrados a la montaña, a caminar por sitios dificiles, a correr bajo cualquier inclemencia del tiempo, con lluvia, frio, viento, etc. El, es mas de maratones y medias por asfalto, el año pasado Sables se le dió bien y pensó que esto sería parecido. Es una pena que se vaya con este mal sabor de boca.

Yo me noto en el pie izquierdo la formación de una ampolla, justo en la almohadilla. Los kilómetros, los pies mojados continuamente y las duras zapatillas de montaña luchando ahora por el asfalto han sido el caldo de cultivo de esta nueva invitada a la fiesta. Justo hago el comentario de la ampolla y Paco se para de golpe pues lleva rato sintiendo lo mismo en sus pies. El tio está de muy mal humor, dice que no recuerda la última vez que tuvo una ampolla y que no es el momento mas indicado. Yo le digo que esto es así, y que las condiciones son las idoneas para que te pase esto.

Poco a poco nos vamos separando, Alonso se va alejando, Paco se mantiene junto a nosotros hasta cinco o seis kilometros de meta, y Manolo y yo vamos juntos hasta el final. Llegamos a un bosque que rodea un lago precioso, es como una recarga de energía para nuestro cuerpo, según el mapa estamos muy cerca de la meta en Port Ascaig. Hace rato que no vemos detras nuestra al equipo de Gales, la etapa también se les ha atragantado´, llevan horas metiendonos presión pero se ve que han tirado la toalla. Salimos del bosque y vemos el puerto, desde este tomaremos el ferry para pasar a la otra isla, Jura, donde dormiremos esta noche y se disputaran las tres etapas restantes.








Tras un poco de confuíón encontramos el camino que baja al puerto, hay una carretera que da un rodeo y llega claramente, pero damos con un sendero que llega mas directo y a cuyo final se encuentra la meta.
Llegamos y nos cambiamos de ropa para no enfriarnos. A los pocos minutos aparecen los de Gales que se vienen directamente a felicitarnos por la etapa, se ve que han estado tratando de cazarnos y nos quieren reconocer el trabajo, son buena gente.



Ha sido un dia infernal, pero junto a meta hay un pub con cerveza fresca y aún queda mucho para que salga el último ferry. El cocinero del bar es un chino nacido en Madrid hace mas de cuarenta años, habla español con mucha soltura, se llama Juan, por un momento me parece surrealista la escena: una pinta de cerveza en mi mano, una guapa camarera rusa, de Kazajastan, un chino al que llamamos Juanito, y Artemio que entra en el pub y nos dice que a Javi le ha embestido una vaca y que va maltrecho cerrando carrera.
El chino nos propone un menú a base de vieiras enormes, cigalas a la plancha y pulpo a la gallega. Ha bajado al puerto y al rato ha subido con dos cajas de vieiras y cigalas vivas. Aceptamos el trato, un dia como este merece un homenaje para compensar los malos ratos. Phil, se queda flipado de ver lo que nos vamos a zampar, y yo le digo de guasa que es pura autosuficiencia, que nos hemos buscado la vida a expensas de la organización que es de lo que se trata. El mismo Phil se toma unas cervezas junto a nosotros y le damos a probar las cigalas y las vieiras, que son enormes.



En pleno festin aparece Javi, negro de barro de la cabeza a los pies, con la cara desencajada, ha entrado el último en meta y falta poco para el último ferry. Nos cuenta la historia de la vaca y no podemos parar de reirnos de ver como lo va explicando, hasta los escoceses lloran de la risa de vernos a nosotros reir y de ver a Javi como se explica escenificando la tragedia. Phil, mientras se bebe las lágrimas de la risa tiene la ocurrencia de apuntar a Javi con un dedo y llamarlo "Matadorrrrr", y ahora es cuando ya no paramos de llorar a lágrima viva, con dolor de barriga, y de llamar al escoces "Cabrón".




Llega la hora de tomar el ferry, aún con lagrimas en los ojos nos subimos al barco que nos cruza en pocos minutos a Jura, tierra de vikingos, de ciervos y de mas destilerias de whisky de malta. La experiencia me está resultando maravillosa, los paisajes, la dura carrera, la gente.....y mañana mas.

viernes, 14 de mayo de 2010

Scottish Ultra: primera etapa.




Viernes 30 de Abril. Salgo del trabajo, voy a casa a comer y preparar las maletas. A las 17h me recogen mis compañeros de equipo y nos vamos en coche dirección a Malaga. Soy un mar de dudas. Un mes lesionado, tres semanas en el dique seco, 12 sesiones de físio. Solo quiero llegar a Islay. No se si podré correr, ni siquiera se si podré terminar la primera etapa caminando. Mi idea es desconectar del trabajo unos días, ya está todo pagado, al menos tengo que intentarlo y si no puedo.....disfrutar del viaje y animar a los demás.
Volamos desde Malaga al aeropuerto de Prestwick, y una vez allí una hora de taxi hasta el aeropuerto internacional de Glasgow. En el mismo aeropuerto nos alojamos en el hotel Holiday Inn para volar a las 8:30h hasta la isla de Islay.

Desayunamos en el aeropuerto, mis cuatro compañeros de Algeciras y Artemio que viene desde Zaragoza. Artemio compartíó haima con nosotros en Sables el año pasado, y fruto de esta convivencia surgió el deseo de acompañarnos este año a la carrera que eligiéramos.

En la puerta de embarque coincidimos con otros corredores de Inglaterra y de Gales que también van a la carrera. Es fácil identificarlos, un avión pequeño, una isla pequeña, zapatillas de montaña, no hay que ser del CSI para adivinarlo.
Yo entablo conversación con un corredor de Gales, ha estado corriendo en Sudafrica otra prueba por etapas y ha elegido esta por cercanía y porque tiene buena pinta.

Vuelo corto, aeropuerto diminuto, recepción por parte de Phil, mano derecha de David Scott el director de carrera. Bromas, buen rollo, traslado a la destilería de Ardbeg donde está el primer campamento.






Tras un control poco exaustivo (nada de pijadas, lo justo) nos vamos de paseo a Port Ellen, el pueblo mas cercano. Algunas fotos, el paisaje lo merece, tomamos una cerveza y hacemos tiempo para regresar a tiempo para la visita a la destilería a las 13h.
El tiempo empeora, hace frío y comienza a llover, esto es Escocia y todo lo demás es una ilusión óptica. Eligen el mes de Mayo para celebrar la carrera porque es el mes menos lluvioso del año, pero esto es lo normal y a esto hemos venido.

Tras la visita degustamos varios tipos de whisky de malta. Yo me siento muy relajado, no pienso en la etapa de mañana, solo quiero divertirme y reír lo que pueda.
A las 16h nos llevan a un almacén donde han preparado un proyector, música celta y participamos en una especie de rito de hermanamiento pasando un recipiente plateado lleno de whisky y bebiendo todos de el. Proyectan un vídeo con imagenes del año pasado, ahora ya empiezo a tener un poco de nervios, y luego explican la carrera con imagenes en 3D del recorrido de las diferentes etapas.




Tras la cena de la pasta nos recogen una bolsa con la comida para los cinco días. Debemos entregar una bolsa con un limite de 4kg de comida para los cinco días. Como las condiciones de la carrera obligan a llevar mucho peso de ropa en la mochila, la organización establece en el reglamento que, aunque es en autosuficiencia, es necesario ropa seca y ropa para el clima extremo en la mochila y nos resta el espacio de la comida transportándola ellos. La verdad es que yo voy justo de ropa y la mochila Raidlight va a tope, sería imposible meter la comida en esta mochila, y es la misma que llevé a Sables.
Entre material obligatorio, cazo, pastillas de fuego, infernillo, saco, aislante, ropa térmica para dormir, mallas térmicas, camiseta térmica, tres pares de calcetines, dos camisetas tecnicas, una malla corta, dos buff, un par de guantes, un gorro windstopper, dos calzoncillos, frontal, mp3, cámara de fotos, botiquín, pilas, pantalón para la lluvia,chaqueta goretex-paclite.....no me cabe nada mas en la mochila.

Nos vamos cada cual a su tienda. Mientras llueve en el exterior, preparamos la ropa para la mañana siguiente, charlo un rato con Artemio y me meto en el saco a dormir. A las 4:45h amanece, noto la claridad y doy un bote, pienso que me he quedado dormido, pero no, aquí amanece a esta hora, aunque anochece sobre las 21:30h. Ya no consigo pegar ojo, ahora comienzan los nervios, me abrigo y salgo de la tienda para ir al baño. Llueve y el cielo está muy cerrado, no tiene pinta de que vaya a mejorar. Poco a poco la gente comienza a dar señales de vida. Desayuno un sobre de muesli con capuccino, los traigo preparados en bolsas zip solo para añadirles agua.
Se acerca la hora y nos vamos reuniendo junto a la zona de salida. Chaqueta de gore-tex y pantalon OMM para la lluvia, hoy lo tenemos claro.




A las 8:00h dan la salida, corremos por una carretera, como es domingo no hay nada de tráfico (tampoco hay tanto el resto de los días en esta diminuta isla). Comienzo a sentir frío en las manos, pero no quiero parar tan pronto y perder a mis compañeros. Pasan unos minutos y la cosa va a peor, se me están agarrotando los dedos
y me veo obligado a parar. Abrir la cremallera me cuesta una barbaridad, no siento casi los dedos, hago unos molinillos con los brazos para que me llegue la sangre a los dedos. Tardo un rato en ponerme los guantes, tengo las manos heladas, menudo fallo no salir con los guantes puestos.



He perdido al grupo, solo alcanzo a ver a lo lejos a Artemio, pero tendré que correr muy rápido para poder cazarlo, así que sigo a mi ritmo. La etapa es de 38,5km, ya habrá tiempo de ir pasando a gente. Tras varios kilómetros de asfalto comienza la verdadera Scottish Ultra, ya teníamos la lluvia y el frío, ahora nos toca adentrarnos en la turba. Aparentemente solo es hierba alta, pero bajo nuestros pies el suelo es como un enorme cartón de huevos, o metes la pierna hasta la rodilla o encuentras firme donde pisar, avanzas con el pie derecho y te hundes, pisas con el izquierdo y a ver que te encuentras. Los pies siempre empapados, bajo la hierba hay agua o fango, firme o grieta, y a cada rato hay que saltar algún arroyuelo. Esto es lo que nos espera en las cinco etapas, es lo que marca la diferencia en esta carrera, montañas y acantilados hay en todas partes, pero este tipo de suelo es el que te desespera y agota cada día en la Scottish.
Vamos pegados a la costa, sobre los acantilados, hay que ir pendientes para localizar las banderas de color naranja que indican la dirección a seguir. Las banderas están muy distanciadas, a veces a un kilómetro y otras a tres o cuatro. Cuando llevas bastante rato sin ver una ya empiezas a dudar si estas perdido, y por suerte hoy no hay apenas niebla, en días posteriores la niebla si será un problema.

Hace rato que me ha empezado a doler el pié derecho, la lesión ha vuelto a aparecer, esto es lo que mas temía, podré aguantar hasta el final de la etapa pero ¿y mañana que?
Voy en dirección a un faro en un acantilado, hay un control de paso en el, y tras de mí escucho una voz que me llama, es Paco, no me explico que hace por detrás si me llevaban mucha ventaja. Paco me cuenta que se ha perdido junto a Artemio y que eso les ha retrasado un buen rato.
La bajada por el acantilado tiene su peligrosidad, el terreno resbala una barbaridad y hay que andarse con mucho ojo. Continuamos por la orilla del mar, las rocas mojadas y llenas de algas son una constante amenaza de caída. Llevo casi todo el día haciendo la goma con el corredor de Gales que conocí en el aeropuerto y con el equipo ingles, tres chavales a los que apodamos "los bomberos".






Tras unos kilómetros salimos de la costa y volvemos a la turba, al terreno maldito. La etapa me está pareciendo demasiado dura para el primer día, estoy muy cansado y aún quedan varios kilómetros por delante. Trato de buscar el mejor sitio para avanzar, pero es imposible acertar, cada dos por tres me veo metido hasta las rodillas en una agujero de lodo, me da la risa floja, oigo a "los bomberos" maldecir y reírse a la vez, nos vamos haciendo indicaciones de por donde parece mejor terreno para pisar. Por fin llego a un carril por el que hay que continuar, aprovecho para correr y dejar atrás al equipo ingles. Según el mapa voy dirección a un bosque y tras atravesarlo la meta ya queda muy cerca, unos 8km en total.





Ha dejado de llover y cuando asoma el sol se nota algo de calor, parece mentira. Corro sin parar para descolgar a los ingleses, parece una bobada pero quizás sea mi primera y última etapa y quiero hacerlo lo mejor posible. Da gusto correr por el bosque, el camino es firme y el sitio es muy guapo. Ya queda poco para llegar al campamento, he dejado el bosque atrás y vuelvo a ver la costa, según el mapa la etapa acaba junto al mar. Me acuerdo de Fidel Martí y en su memoria pienso entrar en meta gritando ¡que se jodan! su grito de guerra. Fidel falleció unos días antes del que iba a ser su décimo Marathon des Sables, un gran tipo, una gran persona.
Por fin llego a meta, lo he logrado. Alonso ha entrado junto a dos escoceses en primera posición, Manolo, Paco y Javi han llegado de forma escalonada, y nos dan la noticia de que Artemio se ha perdido, aún no ha pasado por aquel faro en el acantilado. Tras una tensa espera aparece Artemio y nos cuenta sus desventuras, se ha caído en varias ocasiones, viene manchado de barro de la cabeza a los pies, se ha torcido un tobillo y al final ha encontrado una carretera y un señor en una moto lo ha traído al campamento. Mañana no podrá salir, la carrera se ha acabado para el. En total la etapa se cobra cinco retirados. Ahora entiendo cuando David Scott nos avisaba de que esta carrera es muy dura, no era un farol para atraer a la gente, era un aviso para evitar sorpresas.



Ahora queda ponerme ropa seca y hacerme un sobre de comida. Me tomo un ibuprofeno y pienso en los 54km de la etapa de mañana, ¿podré salir a correr? ya veremos como paso la noche. Lo único claro es que esto va a ser de nuevo una guerra, otra vez seremos los Tercios de Flandes, lucharemos en el barro sin dar un paso atras.

jueves, 13 de mayo de 2010

Scottish Ultra: party post carrera.

Antes de empezar a contar las desventuras, calamidades e incidencias de la carrera, voy a mostrar un video que me tomaron en el Pub del hotel donde celebramos el final de la Scottish Ultra. Con alguna cerveza en el cuerpo y mi habitual sentido del humor, parodié a los miembros de la organización que hicieron un par de horas antes una subasta para recaudar fondos para una causa humanitaria. Este es el resultado (los escoceses se lo tomaron con muy buen humor).

domingo, 9 de mayo de 2010

De vuelta de Escocia











Ya he regresado. La carrera ha sido de extrema dureza, estoy agotado. Ganamos por equipos, quedé septimo en la general. El pié se ha comportado. Lluvia, niebla y viento artico. El terreno es intratable, los pies siempre mojados, mucho monte, mucho barro, muchas grietas, muchos arroyos. Dos uñas menos, alguna ampolla. 22 valientes, muchos abandonos. Siempre tirando de mapa. Habrá crónica, fotos y videos. Ahora estoy cansado.