miércoles, 23 de agosto de 2017

TRAVAILEN


El Drakensberg Grand Traverse (DGT) es un recorrido de entre 220 y 240 kilómetros, a través de la cordillera Drakensberg, en Sudáfrica. No hay una ruta prescrita, ni un sendero marcado, pero si hay una serie de puntos de control que hay que pasar para poder decir que se ha completado la ruta. Entre estos puntos de paso, se encuentran seis cimas de más de 3000 metros de altura:

- Mount aux Sources (3282m)
- Cleft Peak (3277m)
- Campagne Castle (3377m)
- Mafadi (3451m)
- Giant's Castle (3314m)
- Thabana Ntlenyana (3482m)

El desnivel positivo acumulado, según la ruta que se elija, oscila entre 7000 y 9000 metros. Normalmente se suele tardar entre 10 y 12 días en completar la ruta, dada la ausencia de sendero, y la dificultad del terreno. La altitud y el mal tiempo, son variables que dificultan la consecución del reto.

La regla principal es que se debe hacer en autosuficiencia total (sin ayudas ni asistencias externas)  y completarla a pie. Se permite el uso de mapa y GPS.

En la primavera de 2014, Ryan Sandes y Ryno Griesel (poseedor del récord de la ruta por aquel entonces), se unieron con la intención de rebajar el récord de Ryno:  60 horas y 29 minutos.

El documental "Travailen", muestra la odisea de estos dos "animalitos" para conseguir rebajar el récord en nada menos que 18 horas, dejándolo en 41 horas y 49 minutos.








 

domingo, 13 de agosto de 2017

Historia de un matao



Cuenta la leyenda que ,en un lugar cercano, existía un corredor que era un matao. Todos los que lo conocían sabían de su afición por correr, y opinaban sobre su dolencia crónica de no ganar. El tío era malo corriendo (un matao vaya) , y aparte gestionaba mal su vida: malgastaba horas en algo que no lo haría triunfar ni destacar.

Ser un matao parecía no importarle en absoluto, todo lo contrario de lo que sucedía con los miembros de su entorno social y laboral; parecía importarles demasiado, y se empeñaban en recordárselo a diario. Se diría que vivían enfocados en que dejara su afición.
Regularmente le mostraban estudios, estadísticas, titulares y necrológicas, que certificaban los efectos negativos, lesivos e incluso mortales de dicha práctica deportiva. Definitivamente, correr lo mataría, y lo que es aún peor, moriría por practicar algo que ni siquiera se le daba bien, y en lo que jamás había triunfado.

Con todo este bombardeo, cualquiera habría tirado la toalla, pero aparte de matao, el sujeto en cuestión era tozudo.
Ser un matao ,en eso de correr, no anula al individuo. Este señor tenía personalidad, inteligencia, ética, ideología, pensamiento, cultura, opinión, educación, actitudes, aptitudes y destrezas en otras áreas.
El problema era que escuchaba a los demás.
Escuchar es una virtud, un bien escaso en la sociedad actual, donde todo el mundo quiere hablar, soltar su mierda, avasallar, imponer su discurso......Escuchar si, pero aceptar solo lo aceptable.

Por momentos, el matao se sentía un matao. Bastaba un mal día, un mal entreno, una molestia articular o muscular, para asumir su rol de matao.



Cierto día, en medio de una conversación con su grupo social, escuchó a uno de los interlocutores decir a otro : -Ya quisieras tu ser la mitad de bueno que fulano jugando al ....

En su mente analizó aquel concepto. Ser la mitad de bueno en algo, comparándolo con alguien de primer nivel, era considerado aceptable para el resto.
Ser la mitad de guapo, la mitad de simpático, la mitad de fuerte, la mitad de sexy, la mitad de inteligente, la mitad de influyente, la mitad de rico, la mitad de hábil.......no paraba de escuchar a la gente usar las comparaciones para infravalorar a los demás.

Básicamente, lo que lo hacía ser un matao, era un tema de velocidad o rapidez. Así que imaginó que, el día menos pensado,  le tocaría escuchar eso de: -Ya quisieras tu ser la mitad de rápido que fulano...

Por pura estadística, decidió comparar sus resultados deportivos con gente de primer nivel, para determinar si "querría ser la mitad de rápido" o para sorpresa de propios y extraños "ya era la mitad de rápido".

Tomó primero a Takahiro Sunada, recordman mundial de 100 kms con 6 horas 13 minutos. Por sorpresa, su tiempo en pruebas de 100 kms, doblaba exactamente el récord mundial, así que a todos los efectos era la mitad de rápido que Takahiro, no menos.

Luego le tocó el turno a Yiannis Kouros, recordman mundial de 24 horas en pista con 303 kms. De nuevo su marca en 24 horas  lo situaba en posición de decir que ya era tan solo la mitad de rápido que Kouros.

Turno ahora de la maratón y el récord mundial de Dennis Kimetto con 2 horas 2 minutos. Una vez más, el matao podía decir que era tan solo la mitad de rápido, o incluso menos que Kimetto.

Siguió comparando récords mundiales, desde la media maratón a carreras por montaña y ultra trails, consiguiendo el mismo resultado.



Por desgracia, este argumento sólo le valió a él para reforzar su autoestima, puesto que, para el resto de detractores de su causa, era un tipo el doble de lento, no la mitad de rápido que los buenos corredores, y lo que ahora parecían tener en cuenta, era el tiempo que hacía que el ganador había salido de la ducha , antes de que el matao hubiera cruzado la meta.

¿Que sabe de la muerte alguien que no ha muerto?¿que está ahí?¿que a todos nos llega? Ve a morir y luego nos cuentas. Puedes escuchar a un vivo hablar de la vida, tan solo eso. El muerto puede hablar de la muerte, y de la vida, porque vivió.

Argumentos de sillón y telediario. Don matao decidió no aceptar más opiniones llegadas de pancetas parlantes.

Huyendo de los linchadores de tridente y guadaña, de esa jauría a la puerta de la casa del ogro, que decide que por ser diferente es peligroso, y debe ser aniquilado.
Huyendo topó con la tribu de mataos. Descubrió a sus semejantes. Gente que pasaba por lo mismo que él.
Los otros mataos eran igual de mataos que él: malgastaban horas en algo que no los haría triunfar ni destacar.
Aún así, sorprendido contempló como entre mataos había comportamientos absurdos. Mataos que se creían menos mataos, y se organizaban por jerarquías. Siempre habrá un tuerto en cada país de ciegos.



Desolado, comprendió que el matao es humano, y que el humano es matao. Cada humano es un matao en algo, y trata de desviar la atención, importunando a los demás, señalando sus carencias, y nublando sus virtudes.
Ya fuera en lo de correr, o en lo de freír un huevo, siempre habría alguien dispuesto a criticar.....siempre habrá alguien hablando de tu nariz, para que no se fijen en sus orejas.

Finalmente, meditó. En la vida, como en el correr, tu eliges si quieres sufrir ; si cada día tu carrera acabará en dolor. El autocontrol podía llevarle a disfrutar de cada carrera, a aislarle del exterior.
Podría tratar de mejorar por propia ambición. Forzar y jugar con el dolor por su propia elección. No tenía que demostrar nada a nadie. No necesitaba forzar cada día por callar a los demás.
Correría la distancia apetecida, al ritmo apetecido. Elegiría las pruebas por atractivo, no por moda.
Saldría a correr vestido corredor, no disfrazado de hombre anuncio.
Sería un matao, siempre sería un matao, el más matao de todos los mataos, pero sería libre......y sería feliz siéndolo.



sábado, 29 de julio de 2017

THE UNKNOWN



"De verdad tienes que abrazar lo desconocido, puedes probar todo lo que quieras que sea tu guión, ver cómo va el día y tener esos planes, pero a las montañas no les importa, son indiferentes a los planes, a las esperanzas que tengas" ... "

La  Hardrock 100 de 2016,  se suponía que era una carrera de redención. En 2014, el atleta de The North Face ,Timothy Olson,  golpeó un muro de ladrillo figurativo a medio camino a través de la Hardrock y fue reducido a verse tirado por el suelo, enfermo e incapaz de continuar por un tiempo. Finalmente terminó ,pero quería demostrarse a sí mismo que podía hacerlo mejor. Él consiguió esa oportunidad en 2016, cuando fue seleccionado para participar en la Hardrock de nuevo.

Desafortunadamente para Timothy, el "Deja Vu" le mostraría su cara más fea, porque un destino similar lo aguardaba de nuevo en la Hardrock ...

Timothy Olson:


Antes de batir el récord de la Western States 100, Tim Olson no era un corredor muy conocido (al menos para mi), pero a partir de entonces la cosa cambió.
Con 28 años, Tim logró el sueño dorado de cualquier ultrarunner en EEUU, pero antes de llegar a este momento, la vida del joven Olson estuvo marcada por las drogas, el alcohol y la cárcel. Para salir del oscuro túnel en el que se encontraba, Tim comenzó a correr, tan solo para sentirse sobrio y huir de los fantasmas que le acosaban. Tras viajar con su perro por las montañas de Colorado, sintió que ese era su sitio, y comenzó a ver la vida de otro color.

En los momentos previos a la carrera, Tim se tomó su "momento Zen", leyendo "Siddharta" ( del escritor Hermann Hesse, libro que yo compré en un rastrillo por 100 pesetas hace más de 25 años, y aún lo conservo.) y comprendiendo que en todo hay un equilibrio, que todo tiene sentido, todo está conectado, y que era necesaria su visita a las tinieblas para encontrar ahora su verdadero "yo" y su fuerza interior.

Así que, después de 39 años de WS100 marcados por el calor, el cielo le regaló un día frío, con lluvia e incluso granizo.........y Tim lo recibió como una señal....corrió.....ganó.....y batió el récord de la prueba.

Como dato curioso, Tim donó sangre el mismo viernes, justo el día antes de la carrera más importante de su vida, y para colmo se desmayó, cosa que no le había ocurrido jamás en sus donaciones anteriores ( yo me quedo flojo al menos una semana después de donar, y este tío va y gana una carrera de 100 millas......lo flipo).

Bueno, pues toca ver sufrir a Olson, en este documental realizado por Billy Yang durante la Hardrock 100 de 2016.


jueves, 8 de junio de 2017

El Sonido del Trueno



A menudo aceptas las cosas como vienen, bien porque no tienes nada que hacer en contra, o bien porque no te apetece hacer nada para remediarlo. Es la aceptación una especie de entrega, de rendición personal frente a algo que no es de tu agrado. La magnitud del hecho, y su procedencia, son determinantes.
En las relaciones humanas, en los entornos sociales, se aceptan decisiones, o se opta por la negligencia  o la insumisión, como repulsa ante el hecho, y como alternativa a la aceptación.
En el entorno natural, concretamente en el atmosférico, no queda más opción que la aceptación y, como mejor respuesta, la adaptación.

Aceptando el hecho de que viajaba hacia Pirineos, al Vall de Ribes, a enfrentarme a una ultra amenazada por las tormentas y el mal tiempo, carecía de los nervios protocolarios de costumbre; no por hallarme seguro de mí mismo, sino por la alta probabilidad de que la prueba no se llevara a cabo, (máxime cuando la organización ya había decretado como obligatorio el material B ,para condiciones extremas) y de llegar a celebrarse, hacerlo con un alto porcentaje de probabilidades de ser neutralizada.
Ya la víspera del evento, durante la charla técnica, se nos anuncia una modificación del recorrido, redireccionando un tramo del mismo, para evitar el paso por una cima que coincidiría con las horas de mayor riesgo de tormenta eléctrica. Así las cosas, la distancia quedaría en 68 kms y unos 5000 metros de desnivel positivo acumulado (sin olvidar esos 5000 negativos, que son los que más castigan a nuestros sufridos cuádriceps con el paso de las horas). Puede parecer una distancia liviana, pero teniendo en cuenta que la altura media de la prueba se sitúa en los 2020 metros, con cota máxima en los 2940 metros del Puigmal, y otras tantas cimas entre los 2500  y 2800 metros, os aseguro que esos 68 kms se te pueden hacer muuuuuuy largos....

A las siete en punto de la mañana, y con cielo amenazante, se da la salida. Salgo relajado, en exceso quizás, con la sospecha de que nos dejaban retozar unas horas hasta llegar al Vall de Nuria (km 26), y que jamás pasaríamos de allí. El hecho de que a última hora exigieran llevar 10 euros como parte del material obligatorio, me hacía sospechar que el plan de la organización era neutralizar en Nuria y hacernos pagar el tren de cremallera para regresar a Ribes.

Rápidamente, salimos del pueblo por una de las laderas emboscadas que lo rodean. La vegetación de media montaña nos envuelve, mientras ganamos altura paso a paso en el embotellado sendero. La estrechez, unida al desnivel, y a la aglomeración de una carrera que aún no ha dado tiempo a estirarse, forma una lenta procesión, que hace protestar a los menos pacientes.

Desde el comienzo, el recorrido es una pasada. El sendero no llega a los 80 cms de ancho, de firme pisada, rodeado de matorral bajo, helechos, hierba, raíces de árboles, y perfumado con ese olor a tierra mojada que te hace recordar otros momentos en otras montañas.



A medida que ganamos altura, el paisaje va cambiando. Desaparecen los bosques,  la vegetación reduce su tamaño, aflora la piedra y el pulso se acelera. Va cayendo la temperatura, hasta los -3ºC de sensación térmica. El cielo se oscurece, el viento nos azota, y nuestros pies ahora solo pisan rocas y neveros. Llegamos a la cima del Puigmal.
Apenas llevamos 20 kms y ya hemos acumulado 2200 metros positivos, y rozado la cota 3000, con lo que ello supone a nivel de respiración y pulso (sobre todo para los que salimos ayer de casa a nivel del mar).
Sobra decir que hace rato que nos vimos obligados a ponernos los guantes y la chaqueta Gore-Tex.
Cresteamos y encadenamos un par de cimas más, el Pic Petit de Segre y el Pic del Segre, hasta llegar al Coll de Finestrelles, desde donde comenzamos una larga bajada hasta el Vall de Nuria.










En Nuria me cambio de camiseta para no enfriarme mientras como algo. La gente se retira aquí. Creo que estos primeros 26 kms de carrera, superan en dureza a cantidad de maratones de montaña de los que conocemos, y pensar que desde este punto quedan aún 42 kms hasta meta, mina la moral de los que han llegado aquí tocados.
Me comentan que los de la organización hablan sobre una neutralización segura en breve. Acabamos de salir y subimos hacia el Pic de L'Aliga. Veo como se aleja Nuria, y con el la posibilidad de regresar a Ribes en el tren de cremallera.
Me jode pensar que van a neutralizar , si o si, quizás dentro de diez kilómetros, quizás en un punto alejado de todo, donde habrá que esperar muertos de frio a que nos vengan a sacar de allí, y me cabreo en silencio. Me parece una estupidez que nos dejen salir de un lugar seguro si tienen la certeza de que no cruzaremos la meta por nuestros propios medios.
He viajado desde casa enlazando coche, avión y tren hasta llegar aquí, más de 1000 kms para disfrutar y completar el recorrido de la prueba. Si no va a ser así, y alguien lo tiene claro, prefiero la ducha y una cerveza a andar azotado por la lluvia y acabar en un "coitus interruptus" montaraz.

Gracias a lo espectacular del recorrido, que alterna montañas y valles, cruces de ríos, aderezado por la niebla y la lluvia, voy alejando de mí el mal rollo, aceptando disfrutar del momento, mientras nos sea permitido.
Llegamos al refugio Coma De Vaca, enclavado en un paraje de los de enmarcar, y nos topamos de frente con el siguiente muro que tenemos que superar, la subida al Col des Tres Pics.






El Pacto de los Lobos

Retrocedo al principio. La víspera de la prueba, nos encontramos en Ribes de Freser al atardecer. Los tres nos encontramos después de unos meses sin tener contacto. Cada cual ha llegado aquí por sus medios, viajando desde puntos diferentes, con horarios diferentes, y por fin estamos aquí, juntos de nuevo para un objetivo común.
Arturo, Cristina y un servidor, sellamos el mismo pacto de lobos al que estamos acostumbrados: juntos al salir, juntos hasta llegar, unidos en la montaña.
En alta montaña, y con mal tiempo, la soledad no es buena compañera.
En esta ocasión, el destino nos trajo a Pablo, un gigante que me sacaba una cuarta, un lobo descolgado de su manada, que se hallaba en Nuria decidido al abandono.
Arturo lo escuchó decir que abandonaba, y sin conocerlo de nada, le ofreció unirse a nuestro pacto de lobos. Al fin y al cabo, si se encontraba allí en aquel momento, es porque había tardado el mismo tiempo en llegar, así que su ritmo era similar al nuestro.
Pablo aceptó agradecido, y salió junto a nosotros de aquel valle. Ahora éramos una manada de cuatro.

Volvemos a la subida al Col des Tres Pics, lenta, dura, y acompañada por una guarnición de frío y fina lluvia. Reponemos fuerzas en el control del collado, y enfrentamos el ascenso al cuarto bastión de la prueba, el Balandrau, con sus 2585 metros.
Desde la cima puede verse un paisaje oscurecido, tapado por nubes negras, una especie de Mordor donde el Sol no existe. La amenaza de tormentas sigue ahí, cada vez más presente, aunque de momento nos hemos escapado.
Por delante una larga bajada hasta Pardines, unos 11 kms con 1200 metros de desnivel negativo. Esto duele, bajar es fácil pero duele bastante, y lo sabes.

El Sonido del Trueno

Llegamos a Pardines, un pueblo pequeño y encantador. Te ves metiendo cosas en el estómago que no sabes como éste tolera a estas alturas, un remix de sandía, cacahuetes, coca cola, gelatina y un gel con cafeína......como intentando formular la poción de los galos, un brebaje que te ayude a vencer a un enorme romano llamado Taga.
Desde el pueblo, el Taga se ve lejano y enorme. Hasta su cima a 2040 metros, tenemos un kilómetro vertical, en siete kilómetros.
El cielo ha abierto justo sobre nuestras cabezas. Ahora de repente el Sol aprieta y hace calor. Encadenamos una cortas pero muy empinadas rampas, a través de un sendero emboscado y húmedo. Comienzo a sudar de forma brutal. Sin duda paso el peor momento del día. No cedo en el ritmo, pero voy tocado. No paro de apartar el sudor que cae de mi cabeza y se me mete en los ojos. Estoy empapado.
Por suerte, salimos del emboscado sendero al monte abierto, y de nuevo Mordor se ha tragado la luz. Me recupero en cuestión de minutos ,gracias al frío viento que se ha levantado.
Comienza de nuevo a llover. En el firmamento se pueden ver destellos de tormenta iluminando la oscuridad del horizonte. De repente, el sonido del trueno. Ese momento que temíamos desde el inicio de la prueba, ha llegado.
Llegamos a una pequeña carpa, atestada de corredores, en medio de la lluvia y el viento, en la antecima del Taga. La prueba ha sido neutralizada, a siete kilómetros de meta.
Tan cerca del final, y ahora de repente tan lejos.
Son minutos tensos, de desconcierto y discusión. Nos ponemos la camiseta térmica seca que llevamos en la mochila, porque nos empieza a entrar la tiritona. Un cuarto de hora más tarde, llega la gran noticia, se reanuda la prueba, aunque nos avisan de que en una hora volverán las tormentas.

Llega sin duda la peor subida de la prueba. Hasta la cima del Taga nos quedan unos cien metros verticales....pero que cien metros!!!
La subida es en línea recta, sin zetas ni rodeos, por una pala de hierba super vertical. Toca tirar de bastones en plan bestia, llevando la rodilla al pecho y resoplando con cada impulso. Algunos paran en pequeños descansillos, y se apartan para dejarme pasar.
Nos reagrupamos en la cima, y hacemos chistes sobre la terrible subidita. Esperamos a que aparezca Cristina, que se ha quedado algo rezagada en la subida. Al llegar se desploma panza arriba en la hierba de la cima, en un simpático gesto de agotamiento.






Ya solo queda bajar, seis kilómetros y mil metros de desnivel negativo y estaremos en meta.
El barro ,y la hierba mojada por la lluvia, hace rodar a más de uno. Yo consigo escaparme y no hacer la croqueta cuesta abajo.
Comienza a oscurecer y sacamos los frontales. El cielo tiene algo así como un cabreo impresionante, y nos lanza todo lo que tiene. La lluvia es ahora una cortina de agua, en plan bestia, y el viento se ha desquiciado. Nos cae una especie de mezcla entre granizos y piñas de los árboles. El sendero es un torrente de agua y barro, resbaladizo y empinado, con un laberinto de raíces superficiales que nos hacen tropezar. Se diría que al dios de la lluvia le molesta que vayamos a cruzar la meta. El sonido del trueno se hace cada vez mayor, y la luz de los relámpagos recorta nuestras siluetas en el bosque.

Ya en las calles del pueblo, la manada corre en cuadriga hasta cruzar el arco de meta.

Gracias de nuevo a mis amigos y compañeros de aventura, Arturo y Cristina. Gracias a Pablo por confiar en sí mismo, y en nosotros. Siempre tendrás tu sitio en nuestra manada.

La montaña tiene sus reglas. Nadie está por encima de su ley, nadie está por debajo de su ley. Solo respetala y saldrás airoso.


viernes, 26 de mayo de 2017

Vincent Delebarre


Hace 14 años, cuando servidor empezó a descubrir el mundo de las ultras por montaña, teníamos nuestros ídolos, nombres que hoy parecen desaparecidos de la faz de la tierra. Cuando en 2005 me propuse que al año siguiente participaría en una desconocida prueba llamada Ultra Trail du Mont Blanc, el rey de la baraja, el hombre a imitar, era el señor Vincent Delebarre.

Militar de carrera, guía de alta montaña, maestro de esquí, y preparador físico. Vincent Delebarre, cuenta en su currículum con una victoria en el Ultratrail du Mont Blanc (2004) así como un segundo y tercer puesto (2005 y 2006), una victoria en el Gran Raid Reunion (2006) y dos segundos puestos (2003 y 2004).




Vincent Delebarre, la fuerza tranquila

Durante su infancia, Vincent Delebarre ha estado practicando el trail sin saberlo. A la edad de 12 años, ya está corriendo por senderos de montaña mientras espera a sus padres en la parte superior de los collados.
Pionero de la disciplina, tiene un trasfondo de triatleta que le permite ganar en el Festival des Templiers en 1999 y 2000.
En 2004, en su segunda edición, ganó UTMB ® delante de su amigo Dawa Sherpa , habiendo compartido con él la primera parte de la carrera.
Está en champex, tras 120 kilómetros, y el niño del valle toma el control de la carrera. Siempre sonriendo y relajado, se toma el tiempo de escuchar a los músicos que tocan sus trompas de los Alpes, como un oficial que rinde homenaje a las tradiciones locales. Normal, Vincent es un poco el jugador local aquí.
El entrenador del Running Club de Chamonix, conoce el recorrido como la palma de su mano y administra su carrera en consecuencia.
En la última subida antes de Chamonix, en los senderos de Gardes, lanza el último ataque de la batalla, y se da el lujo de detenerse en la parte superior, como para no acabar demasiado rápido, como para prolongar un poco la aventura.
Muy unido al UTMB, reitera la experiencia al año siguiente, subiendo al segundo escalón del podium. Sin duda ha sido la "Fuerza Tranquila" en la historia del UTMB.



Vincent dedica tres meses de preparación exclusiva para un ultra trail, aunque afirma que es necesario tener una gran experiencia en deportes de resistencia antes de afrontar este tipo de pruebas. En su preparación interviene la carrera, el esquí de fondo y los pateos por montaña, y 15 días antes de la prueba baja enormemente el volumen para hacer sobrecompensación.
 Asegura que un buen pateo por montaña es lo que mejor prepara. Durante la prueba hace de dos a tres paradas de 10-15 minutos, eso le sirve para relajarse y comer hidratos, sopa con fideos o un buen plato de pasta. Estas paradas le sirven también para la recuperación psíquica.
Vincent utiliza como parte de su preparación la sofrología. El componente mental es fundamental para estas pruebas, y dice que hay que olvidarse por completo de la prueba por lo menos hasta el dia antes. Aconseja no tratar de entrenar la falta de sueño, sino todo lo contrario, tratar de dormir todo lo posible y llegar a la salida con frescura.









 
UTMB 04 por tvmountain

viernes, 14 de abril de 2017

Made To Be Broken: el record de Meltzer en el Appalachian Trail.


El Appalachian Trail, o Sendero de Los Apalaches, es una ruta señalizada de gran recorrido, situada al este de Estados Unidos, que tiene una longitud de 3.524 kms. Se extiende desde Springer Mountain en Georgia, hasta el Mount Katahdin en Maine.

 El 18 de Septiembre de 2016, Karl Meltzer, conocido ultra corredor, batió el récord de velocidad del Appalachian Trail , rebajando en 10 horas la anterior marca, en poder de Scott Jurek. Meltzer, a sus 48 años, ya había intentado el récord en dos ocasiones, y a la tercera llegó la vencida.

 La proeza le llevó un total de 45 días, 22 horas y 38 minutos, con un promedio de casi 48 millas diarias (unos 77 kms). El empujón final fué brutal, recorriendo en la última jornada 136 kms (85 millas) sin descanso.

"Made To Be Broken", documental producido por Red Bull, muestra las penurias que sufre Karl en su viaje por los Apalaches, y el grado de privaciones que supone la consecución de un récord de esta magnitud.







Para ver el documental completo pinchar aquí : http://win.gs/mtbb

Aquí dejo un resumen del documental compartido en Youtube:

sábado, 25 de febrero de 2017

El Quinto Bucle ( o El Sueño de John Fegyveresi)


Lo que a continuación vais a leer, es la crónica de cómo se consigue hacer realidad un sueño. En La Barkley Marathons del año 2012, Brett Maune, ganador el año anterior, hace historia, no solo por ser ,hasta el momento, el único hombre que consigue completar dos veces semejante prueba, sino por batir el récord de la misma, y dejar un crono imposible de 52 horas 3 minutos 8 segundos. Al mismo tiempo, Jared Campbell, conocido ultracorredor de élite, acompaña a Maune durante los cuatro primeros bucles, y logra completar el quinto por su cuenta. Pero más allá del récord, y de los hombres del momento, un joven desconocido lucha en solitario por su sueño. John Fegyveresi, un simple corredor que no entra en las quinielas de nadie, permanece en movimiento por los bosques de Tennessee, mientras cae la noche.

Al acabar de ver el documental  "The Barkley Marathons: The race that's eats its young", decidí buscar a John Fegyveresi en la red, y saber que fué de él después de aquella Barkley de 2012. Por suerte encontré su blog, y en él su crónica de aquella prueba. A medida que iba leyendo, sumergido en el relato, y disfrutando como un enano, tomé la decisión de ponerme manos a la obra y traducirla íntegramente.
Después de un buen puñado de horas de trabajo, de dar forma a las expresiones, de adaptarlas a nuestra jerga, y de convertir las unidades de medida para una mejor comprensión de los datos, aquí dejo el resultado. Es sin duda alguna la mayor inversión de tiempo y paciencia que he dedicado al blog desde su creación. Espero que os guste.

Para aquellos que se defiendan con el inglés, os dejo el enlace a la versión original aquí:http://lakewoodhiker.blogspot.com.es/2012/04/2012-barkley-marathons-race-report.html




Barkley Marathons 2012. Crónica de carrera.

"No deseaba tener un pasaje abajo en cabina, más bien ir por delante del mástil en la cubierta del mundo, porque desde allí podría ver mejor la luz de la Luna entre las montañas. No deseo ir abajo, ni ahora, ni nunca."
    - Thoreau-

Han habido momentos puntuales que han marcado mi vida, cuando he visto  una imagen muy específica y algo notable sucede. Puedo estar casualmente ojeando una revista o una página web....y entonces el mundo se detiene. De repente, hay una imagen frente a mi que me atrae. Todo lo demás alrededor se convierte en secundario y soy empujado dentro de la imagen. Cada pequeño detalle de la imagen se hace tan grande como la vida, y un pequeño interruptor se activa en mi alma y en mi mente. Ese interruptor me dice una cosa: no importa cuanto tiempo tarde, no importa lo que necesite, voy a encontrar la manera de estar yo mismo dentro de esa foto.
Esto sucedió la primera vez que vi una imagen de la señal indicadora de "final del Appalachian Trail" en el Monte  Katahdin. Solo sabía que yo estaría de pie junto a esa señal un día, descansado mi mano sobre ella.
A finales del año pasado, tropecé con una imagen de Brett (Maune) de pie junto a la puerta amarilla de la Barkley......y sucedió de nuevo. Yo sabía que quería descansar mi mano sobre aquella puerta amarilla después del quinto bucle. Aquí dejo aquella foto:


Entrando

Había oído hablar sobre la Barkley brevemente en el pasado, pero nunca había investigado sobre ella realmente. En cuanto empecé a leer la web de Matt Mahoney, sabía lo difícil que iba a ser. ¿Como yo, un admitido "del montón", iba a completar una carrera que solo ha acabado un 1% ?
Durante los siguientes dos meses, me dediqué a investigar todas las cosas posibles sobre la carrera. Me puse en contacto con algunos veteranos, leí innumerables crónicas de carrera y compré el libro de Ed (Ed Furlaw, su libro titulado "Tales From Out There")....que leí de una sola tacada.
Estaba completa y ridículamente absorto. Imprimí los mapas topográficos de USGS, comencé a estudiar todas las montañas de la zona, analicé los contornos, miré las imágenes de satélite de Frozen Head.....todo lo que se te ocurra.
Yo sabía que entrar era también un desafío. Tenía un número decente de Ultras en mi currículum, pero esperaba que mis trekkings y tiempo pasado en la Antártida, me dieran una mejor oportunidad. Pasé días escribiendo un ensayo sobre porqué pensaba que podría acabar la prueba, pero al final lo borré y simplemente dije algo así como "....bla...bla....has escuchado todo esto ya antes Laz. Realmente solo quiero sentir lo que es estar completamente al borde de mis capacidades. Quiero sentir lo que es empujarme hasta el punto de irme a lloriquear a un rincón, solo para ser pateado de nuevo mientras estoy ahí abajo. Así que te pido la oportunidad de ser torturado y mutilado.....para poder llamarme un corredor de la Barkley.

Tuve que configurar la cuenta de correo electrónico, para que se enviara el correo en la fecha señalada, como si yo estuviera en realidad en la Antártida en ese momento.
Cuando descubrí que había sido aceptado, lo comenté a mis compañeros de trabajo, y se volvió un tema candente de conversación. Yo estaba paralizado. Escribí a Laz preguntándole si había algo más que yo debía hacer, y él me respondió diciendo: "ENTRENAMIENTO DE CUESTAS".

Cada noche, después del trabajo, sacaba mis mapas y crónicas de carrera, y los volvía a estudiar. Cuando por fin llegué a casa a finales de Enero, tomé la decisión de mantener lo de la carrera en silencio. Normalmente, habría publicado la noticia en la red, e intercambiaría información con otros corredores. Esta vez, sin embargo, decidí que quería hacer esto para mi.....más como un viaje interior. Así que no lo dije a nadie, y dejé tranquilos los servidores.

Entrenamiento

No tenía ni idea de lo que sería un entrenamiento adecuado, solo sabía que necesitaría miles de metros de desnivel positivo (más que kilómetros) . Desde el momento en que regresé de la Antártida, centré todos mis esfuerzos en hacer largas y montañosas carreras los fines de semana, con un montón más de trabajo de cuestas también entre semana. Gradualmente, elevé mis millas semanales casi a 100 (160 kms), y el desnivel positivo a 30.000 pies en las semanas de carga (unos 9144 metros positivos). Además, buscaba a propósito zonas de subidas de tuberías de gas o líneas eléctricas, o laderas fuera de senderos con un 40% de pendiente. Como parte del entrenamiento, también corrí las 42 millas del Black Forest Trail en un día (67,5 kms), practique la orientación y la privación de sueño en una caminata sin parar de 70 millas (112,6 kms), en una zona desconocida del Mid-State Trail.

Nunca había entrenado tan duro en mi vida como lo hice para esta carrera, y sabía que mi única oportunidad era empujar lo más fuerte que pudiera sin llegar a lesionarme. Cuando conducía hacia Frozen Head una semana antes de la carrera, sentía que estaba tan entrenado como podría haberlo estado. Durante los últimos cinco meses, no había hecho más que comer, dormir, respirar y vivir la Barkley. Originalmente había planeado ir al parque dos semanas antes, pero me di cuenta de que no había marcas. Solo podría aprender mucho sobre los senderos marcados del parque Frozen Head, y no quería pasarme de entrenamiento en las semanas finales. La semana que pasé allí fue de un valor incalculable, ya que era capaz de recoger cantidad de buenos consejos tan solo charlando con los veteranos que ya estaban acampados en el parque.
Recuerdo haber leído la crónica de carrera de Jonathan Basham, y de cómo se fue con antelación al parque para "sumergirse en él" antes de la prueba. Supongo que este fue ,en parte, también mi objetivo.

Caminando por los senderos de Frozen Head, identificando varios picos, y simplemente "asimilandolo", pude aliviar mis nervios y salir a la prueba con una sensación de calma junto a mi. Durante los días que precedieron a la carrera, me preguntaron varias veces cuál era mi objetivo. Siempre pensaba en algo que había leído en la crónica de carrera de Jonathan: tienes que ir con el pensamiento de los cinco bucles. No puedes ir pensando en un bucle, o en la "Fun-Run" (tres bucles). Tienes que pensar en las 60 horas para terminar. Me entrené para pensar de esta manera. No me conformaría con un "Se negó a continuar". Seguiría hasta acabar o hasta agotar el tiempo.
También sabía, como Jonathan sabía (y Andrew antes que él), que llegaría un punto en la carrera en que tendría que alejarme del grupo, y ser mi propio hombre......y dirigir mi propia carrera....Esto me aterrorizó, pero sabía que tendría que suceder.

Viernes por la tarde

Después de semanas de especulación, Laz finalmente sacó el mapa y nuestros temores se hicieron realidad. Las nuevas secciones de las que nos había advertido eran de hecho reales. Afortunadamente, el resto del recorrido se mantuvo sin cambios respecto a 2010 y 2011, así que sabía que sería posible correr junto a algún veterano, que me ayudara un poco con la orientación si fuese necesario, y sabía que el estudio de todas aquellas crónicas de carrera tendría ahora su fruto.
La colina Check-Mate (Jaque-Mate) sería un monstruo, ya que tendría que superar 1300 pies de desnivel (unos 400 metros positivos) en tan solo media milla (800 metros). Afortunadamente, no sería hasta el tercer y cuarto bucle cuando tocaría afrontarla en sentido ascendente.

Entregué mi matrícula de coche de la Antártida (como cada novato), en vez de una de Nueva York (mi estado originario), charlé un poco alrededor del fuego, y me retiré de nuevo en silencio a mi campamento. Travis y Alyssa Wildeboer compartían conmigo la parcela de acampada, y yo disfrutaba mientras nos sentábamos a contar historias. Ambos acabaron siendo determinantes en mi finalización de la Barkley......pero de eso hablaré más tarde.




Comienzo de la prueba

Oh no!! ¿me he perdido el sonido de la caracola? Frenéticamente me desperté a las 7:45h y el campamento estaba extrañamente tranquilo. ¿Me habré quedado dormido? Comencé a escuchar a algunas personas charlando y mis pulsaciones comenzaron a bajar a medida que entendía que todo estaba bien. Todo el mundo en el campamento parecía pensar que la caracola sonaría este año justo al amanecer. Ahora empezaba a preguntarme si no sería como en 2009, que el comienzo fue al mediodía. Pensé que sería horrible, dada la previsión de 80 grados de temperatura (26,6ºC).
Finalmente sonó a las 8:11h y comenzó la frenética lucha por prepararse. Vine a Frozen Head sin ningún tipo de apoyo, así que tenía el maletero distribuido estratégicamente con el material para cada bucle.




Comencé a organizar mi mochila y a preparar lo que necesitaba. En algún momento, a unos quince minutos del comienzo, me di cuenta de que estaba listo y me detuve a tomar conciencia del hecho de que estaba a punto de iniciar la infame Barkley Marathons. Deseé suerte a Travis y me dirigí hacia la puerta. Cigarrillo encendido...

Primer Bucle

Empecé a correr por la pista forestal hacia el comienzo del sendero, con el grupo de cabeza, sintiéndome bien y preparado para hacerlo. Durante toda la subida de Bird Mountain voy en cabeza, con Nick justo por delante, y Jared a remolque justo detrás. A unos 200 metros están Brett, Alan, Bev, Wouter y algunos más. Inmediatamente me pregunto si voy demasiado fuerte. No debería estar por delante de Brett. Confío en mi pulsómetro y continúo. En la cima, comenzamos a orientarnos por la nueva sección en busca del primer libro. A la luz del día lo hacemos rápidamente, arrancamos nuestras páginas y comenzamos el escarpado y abrupto descenso por la colina Ckeck-Mate (Jaque-Mate).
Todos tomamos rutas ligeramente diferentes, pero todos terminamos en la confluencia de Phillips Creek juntos, y arrancamos nuestras páginas del libro número dos.
En este preciso momento tomé la primera decisión importante que me llevaría hasta el final. Antes de la prueba me dije a mi mismo que para ser realista y acabar los cinco bucles, tendría que acabar el primer bucle en menos de 9 horas 15 minutos. Esto se basó en el tiempo de Brett del año pasado (que fue de noche). Cuando comenzamos la subida a Jury Ridge, decidí caminar a mi propio ritmo e ir a por esas 9 horas. El grupo principal estaba tirando con tanta fuerza que sabía que me quemaría. No era necesario hacer el bucle en 8 horas, así que los dejé ir.

Durante todo el North Boundary Trail estuve solo, con Byron al alcance de la vista. Corrí sólidamente en los llanos y las bajadas, y caminé enérgicamente en las subidas. Todo mi entrenamiento de cuestas quedó demostrado. Me sentía fuerte. Hice hasta Garden Spot en menos de tres horas, y comencé la navegación (mapa-brújula) hacía Stallion. Necesitaba agua desesperadamente, y cuando llegué a donde pensaba que debía estar.....no había agua. ¿Como? Vi a Byron acercarse y le pregunté:
-"¿Donde está el punto de agua?"
-"Oh....está allí detrás, a unos cuatrocientos metros colina abajo"
-"¡Maldita sea!"
Retrocedí por el sendero, con el ritmo cardiaco en el límite, recargué agua, y regresé a tope. Perdí un cuarto de hora, pero necesitaba el agua desesperadamente.
Mi paso por Stallion fue bueno, arranqué la página del libro "Yellow Indian", y luego me encontré en la cima con un grupo con el que me había cruzado mientras regresaba a por el agua. Paul Melzer estaba en dicho grupo y me regaló unas palabras de ánimo. Encauzamos el camino de descenso desde Fikes/Stallion hasta New River con bastante éxito,donde elegí el paso húmedo hacia la autopista (en contra de la lógica). Poco tardaría en darme cuenta de mi fallo. En el otro lado, recogimos la página del libro "Pantano" en la base de "Testicle Spectacle" (Espectaculo Testiculo) y comenzamos la fangosa escalada infestada de brezos. Llegué a la cima y fui recibido por algunos miembros del equipo de grabación del documental. Hice un trabajo rápido bajando la colina "Meth Lab" (Laboratorio de anfetas) e hice un buen rodeo de Raw Dog Falls hasta el sexto libro. Frente a la pared de escalada determiné que era una locura, admití mi debilidad, y escogí la opción para "chochitos", recorriendo el camino largo.
Una vez en la parte superior de la pared, salté por el pequeño valle hasta el barril oxidado, y subí a la carretera cerca de Pig Head Creek, aun solo. La subida de Pig Head Creek era un poco confusa, pero una vez en la antigua pista forestal, la seguí fácilmente hasta la carretera. Mi confiada sonrisa se borró rápidamente de mi rostro mientras giraba y contemplaba "Rat Jaw" (Mandíbula de Rata). ¡Santo Infierno! Parece tan jodidamente intimidante..... aunque en realidad no es tan dura como algunas de las otras subidas.



Justo cuando comencé la subida, el grupo de cabeza venía a la carga bajando. Ahora estaban a unos 40 minutos de ventaja sobre mi y seguían corriendo duro. Me curré la subida y fui recibido por decenas de espectadores que animaban en la torre. Que grata sorpresa. Saludé a Alyssa,  le dije que Travis estaba justo detrás de mí, y bajó a su encuentro. Me crucé con Travis unos diez minutos más tarde, y conduje mis pasos hacia la prisión. En la base de Rat Jaw, Tim Englund me alcanzó, después de tomar un giro equivocado a la prisión y verse obligado a retroceder.
Nos curramos el camino hasta el túnel (el camino correcto), volvimos a mojarnos los pies, arrancamos nuestras páginas, y comenzamos a subir "The Bad Thing" (La Cosa Mala) junto con Nick Hollon, que también nos había alcanzado. Esta subida era confusa, pero aun así hicimos buen tiempo hasta llegar a Indian Knob.

Ahora llegaba la parte que me traía más nervioso. En todas las crónicas que había leído, la zona de Beech Fork parecía causar la mayoría de problemas. Yo estaba sinceramente preocupado por cómo encadenarlo, y sin mi altímetro me sentía desnudo. Tim, Nick y yo estuvimos de acuerdo en navegar juntos, y nos las arreglamos para encontrar el camino correcto. Por suerte, Nick había participado el año pasado, y recordaba algunas referencias visuales clave. Fui tomando anotaciones de mi brújula en la bajada, y tratando de memorizar cualquier hito que me sirviera de referencia. "The Beech Tree" (El Haya) era justo como se describe en las instrucciones, y solté un gran suspiro de alivio cuando llegamos. "No ha sido tan malo" pensé. Por supuesto, hacerlo de noche y a la inversa, todavía estaba por venir.
La subida de "Big Hell" (Gran Infierno) fue interminable, pero nos llevó derechos a la piedra con libro número once. Una vez más, tomé múltiples anotaciones de la brújula. Arrancamos nuestras páginas, y sonreí ante la idea de completar mi primer bucle en la Barkley. Trotamos toda la bajada desde la cima sin incidentes. Nick se adelantó, y Tim y yo corrimos juntos en poco más de 9 horas. Mi objetivo de bajar de 9:15h se llevó a cabo, a pesar de mi fiasco en el punto de agua y en el rodeo a la prisión. Me sentía bien.

Tiempo del bucle: 9:07h





Segundo Bucle

Quería entrar y salir del campamento en menos de 25 minutos. Era crítico para mí encontrar el segundo libro antes de que oscureciera. No quería tener que navegar por la nueva sección de la colina Chek-Mate a la luz del frontal.
Entrego las páginas y me voy a mi coche a avituallarme. Todo lo que quería hacer era sentarme y descansar, sin embargo tuve que atenderme a mí mismo y reabastecer mi mochila. Estaba contento de haber hecho un listado antes de la carrera, con todo lo que debía hacer entre un bucle y el siguiente, de esa manera no necesitaba pensar mucho. Me abastecí de alimentos, S-caps (pastillas de sal), agua, bebía un Ultragen (batido recuperador), y finalmente me senté a descansar un poco. Alyssa se ofreció a hervirme un poco de agua para que me tomara una sopa caliente, y con gusto acepté. Me sentó bien meterme en el cuerpo una ración de fideos ramen. Cuando se acercaban los 25 minutos  que me marqué como límite, me fuí hacia la puerta amarilla para salir de nuevo, y ví que Tim acababa de salir. Perfecto. Laz me dío mi nuevo dorsal y salí trotando para alcanzar a Tim.

Hacemos un trabajo rápido en la subida a Bird y a lo largo de la nueva sección. Cuando llegamos al libro número uno, encontramos a alguien buscando a Tim el camara. Aparentemente se había alejado del sendero y ahora estaba perdido. La búsqueda está bajo control, y nosotros descendemos la colina Check-Mate mientras aún hay luz. A lo largo de North Boundary Trail el Sol se empieza a poner, y hacemos un trabajo rápido en las 5 o 6 millas que hay hasta Garden Spot. Esta vez cogemos agua rápidamente y correteamos a lo largo de Stallion Ridge sin complicaciones. El primer gran test fué el descenso hacia New River en la oscuridad. Le mostré a Tim el camino que ahora conocía, y funcionó perfectamente. Después de un poco de confusión en el New River, tratando de encontrar el famoso "paso", optamos simplemente por mojarnos los pies de nuevo y girar a la derecha por donde suponíamos. Sintiéndonos fuertes, subimos "Testicle Spectacle" iluminados por la Luna, consiguiendo otro buen puñado de arañazos, y tomando una pausa arriba para comer algo.
Raw Dog Falls y Pig Head Creek tampoco nos suponen un problema, y empiezo a ganar confianza en mi navegación.

Cuando comenzamos la subida a Rat Jaw, noto que Tim se va quedando atrás. Me imagino que me atrapará en la parte superior, así que continuo subiendo. Cuando llego a la cima , hay un montón de gente acampada animando. Alyssa también está allí, ha decidido caminar para encontrarse con Travis. Charlamos un poco mientras me avituallo, y finalmente aparece Tim.....pero parece agotado. Se sienta y me dice que siga adelante. Mal trago. La idea de hacer la sección de Beech Tree (el haya) solo en la oscuridad, era un poco aterradora, pero sabía que tenía que moverme. Esta fué la segunda gran decisión que me llevó a finalizar. Bajé Rat Jaw solo, y de nuevo me crucé con Travis en el camino de bajada. En la prisión no perdí el tiempo, y continúe dirigiéndome a Razor Ridge y Bad Thing. Saqué mi brújula y ,con cuidado pero de manera constante, fuí subiendo Indian Knob hasta dar con la piedra correcta.

Con toda mi concentración, comencé el descenso hacia Beech Fork. Me quedé en el rumbo correcto y confié en mi brújula. Cuando se me empezaba a hacer eterno, reconocí un hito y entonces supe que todo estaba O.K.
El sonido del agua se hacía más fuerte y acabé acertando justo en la confluencia. Miré hacia arriba, con seguridad.....y vi el haya. Big Hell se me hizo de nuevo interminable, pero sabía que si seguía subiendo por la cresta, acabaría topandome con la roca. Lo bueno de la roca Chimney (chimenea) es que está la más lejana al Sur. Así que sabía que si llegaba a una roca, y podía ver otra más al Sur, no estaba en la roca correcta. Llegué al libro, justo donde yo suponía que estaba, y eso me hizo sentirme muy confiado, ahora si. Nada me detendrá, pensé. Estaba tan emocionado que corrí todo el regreso al campamento a buen ritmo, llegando tan solo 20 minutos detrás de Alan y Nick, y a nueve de Bev.

Tiempo total: 20:01h (Tiempo del bucle: 10:20h)

Tercer Bucle

Pasé por mi rutina de nuevo. Me reabastecí, me puse calcetines secos, comí algo, me cambié de zapatillas.... Alyssa me hizo un poco de espagueti y devoré unas cuantas barritas de Snickers. Pensar en el siguiente bucle empezaba a preocuparme. Sentí que tuve suerte en el segundo bucle, y me preocupaba que la suerte se acabara. Pero luego me di cuenta de que cuando llegara a la cima de Chimney volvería a amanecer. ¡ Increible! Justo cuando me dispongo a salir, escucho que Bev aún está en el campamento y que le gustaría tener compañía. ¡Aun mejor! Nos reunimos, nos despedimos de los demás y salimos para nuestro primer bucle en sentido contrario a las agujas del reloj.


La escalada a la cima de Chimney la hacemos suavemente, y después de encontrar el libro, bajamos cautelosamente Big Hell. Voy fijando el rumbo, pero empiezo a temer que podría estar en la linea de cresta equivocada. Bajamos, bajamos, bajamos, y nada de agua....Finalmente, justo cuando empiezo a entrar en pánico, escucho el arroyo. Sin embargo, cuando llegamos a la parte inferior, no estoy seguro si estamos río abajo o río arriba de la confluencia.
Empiezo a dirigirme río abajo por un largo camino y no encuentro nada. Por último, tomamos la decisión de dar la vuelta e ir río arriba, ya que simplemente no recuerdo que el arroyo sea tan ancho. Después de otros 20 minutos o así, finalmente llegamos a la confluencia. Gracias a Dios...crisis superada. Perdimos 20 minutos, pero podría haber sido mucho peor.
Subir Zip-Line también fue un poco confuso, pero me las arreglé para detectar la roca y llegar al punto exacto. A medida que mi confianza va creciendo de nuevo, nos abrimos paso por Bad Thing y bajamos desembocando justo en Razor Ridge.

A partir de este punto, se que puedo clavar el resto del camino con mucha confianza (excepto quizás la colina de Check-Mate) . No hace falta decir que me sentí realmente emocionado de que hubiésemos pasado la parte difícil del circuito. A medida que subimos Rat Jaw, empiezo a ganarle terreno a Bev, pero siempre logra recuperarse.....así que no me preocupo. En la parte superior, comemos algo, damos la vuelta, y hacemos rápidamente el bucle de Pig Head, rodeamos Raw Dog Falls, y subimos la colina de Meth Lab.
Bajar Pig Head era un poco confuso, pero pude discernir débilmente la pista forestal, lo suficiente para orientarme. Después de un descenso resbaladizo, e infestado de garrapatas, por Testicle Spectacle, finalmente llegamos a New River. 
Podría decir que Bev estaba empezando a disminuir el ritmo, pero me dijo que solo quería subir Stallion con seguridad, ya que era donde ella se sentía menos segura. Este era uno de mis puntos fuertes del recorrido, así que decidí acompañarla todo el trayecto. 

Durante la subida, podía sentir que estabamos ralentizando, pero quería al menos llegar a la cumbre antes de tirar por mi cuenta. Varias veces me dijo que no la esperara, pero era agradable tener compañía, y ella me ayudó a atravesar la zona de Beech Fork. 
Una vez en la cima, tomé la decisión de acelerar el ritmo. Pensé que si ella quería quedarse conmigo, lo haría. De lo contrario, sabía que encontraría su camino de regreso al campamento desde allí. Miré hacia atrás después de unos diez minutos, y no la vi. Una parte de mi quería esperar.....pero luego pensé en el consejo de Andrew Thompson a Jonathan.....y tomé la decisión de marchar.
Apreté con fuerza el resto del bucle. Quería hacerme con el pequeño colchón de tiempo que pudiera. Además, como se acercaba Check-Mate, empezaba a preocuparme un poco. Este era el único lugar complicado que aún tenía que hacer en sentido inverso. Hice un trabajo rápido en la sección de North Boundary. Durante parte del trayecto me golpeó la lluvia. Los truenos y relámpagos eran un poco aterradores, pero todo pasó rápidamente.
Cuando estaba descendiendo a Phillips Creek, pude ver a Alan y Nick en la distancia. Les grité, pero no me oyeron, y comenzaron a dirigirse hacia la colina Check-Mate. Me tocaría hacerlo solo. 

Saqué mi mapa y mi brújula en Phillips, y tomé el rumbo adecuado a la derecha, hacia el pequeño drenaje que definía la colina de Check-Mate, y empecé a subir. ¡Dulce Madre de Dios....era jodidamente empinada! También fue dolorosamente lenta. Sentía como que no hacía ningún progreso, y no conseguía ver la cresta. ¿Me estaba desviando del rumbo? Son solo 1300 pies (400 metros) de desnivel? Me entra un poco de pánico, pero decido confiar en mi brújula. Después de una agotadora escalada final, me encuentro con una cresta que no me era familiar. Camino por ella y salgo justo a la carretera donde se encuentra el libro numero uno. ¡Guau! En este punto tomo la decisión de que si consigo llegar a hacer el quinto bucle, suplicaré hacerlo en el sentido de las agujas del reloj......no quiero hacer esta subida dos veces más.  
Después de un merecido suspiro de alivio, me desvío por el sendero de regreso al campamento, adelantando a algunos excursionistas (con una mirada bastante confusa).

Llego al campamento entre vigorosos aplausos y felicitaciones por conseguir completar la "Fun Run" (tres bucles). Me sorprendió mucho, porque honestamente, yo ni siquiera había pensado en ello. Fué estupendo. Alan y Nick habían llegado tan solo 7 minutos antes que yo. Tomo la decisión de aligerarme para poder salir al cuarto bucle con ellos. Bucle temido. La noche, bucle inverso. Materia asustada.

Tiempo total: 32:21h (Tiempo del bucle: 11:45h)

Cuarto Bucle

Examino mis movimientos en el coche. Disfruto del descanso y me hidrato bien. Se que habrá suficiente luz hasta Beech Fork, así que me siento cautelosamente optimista. Preparo mi equipo y mis provisiones, y me recuesto en la silla. En este punto me doy cuenta de que no he pegado ojo en 33 horas, ni siquiera un guiño. Sorprendentemente, todavía me siento bien. Veo que Alan y Nick se dirigen ya a la puerta, así que decido mover mi trasero. Me tomo unos minutos para guardar el resto de provisiones, y con las prisas me pongo por error un par de calcetines usados (y húmedos). Consigo mi nuevo dorsal, y comienzo mi lenta marcha, alejandome del campamento, hacia Chimney Top.
En poco tiempo, alcanzo a Alan y Nick, y decidimos navegar juntos por el área de Beech Fork. Pienso que esto es perfecto. Recogemos las primeras páginas en Chimney Top, y noto que las plantas de mis pies me empiezan a arder. Me resulta extraño, ya que nunca he tenido problemas con los pies durante las carreras.
Descendemos Big Hell, y acabamos deambulando por todo el lugar. De alguna manera hemos perdido el rumbo, e incluso entre los tres somos incapaces de encontrar el haya. Finalmente lo encontramos, pero ya casi ha oscurecido. Y entonces......entonces vino Zipline.

Por alguna razón, la subida a Zipline fué un desastre. Seguimos la antigua pista forestal correctamente, pero luego perdimos nuestro rumbo durante mucho tiempo. Continuamos hacia arriba, pero nos las arreglamos para encontrar las referencias de matorrales y rocas erroneas, y teníamos que andar retrocediendo. Fué horrible. No entendía como podía ser mucho más difícil que la última vez que lo hicimos....esto no iba nada bien.
Después de unas horas, literalmente, llegamos a la cumbre y rodeamos la piedra.......pero no tenía grieta.¿Que demonios? ¿Dónde está el libro? Cálmate John, cálmate. O.K.

"¿La roca de The Indian Knob que tiene el libro es la que queda más al Norte chicos?"
"¿Tal vez?"
"¿Vemos otra piedra más al Norte?"
"¿Tal vez?"
"¿Tal vez si o tal vez no?"

Terminamos paseando por la cumbre durante otra media hora, tratando de encontrar la piedra angular derecha. Yo estaba tratando de liderar al grupo, y sentía como si estuviera desperdiciando no solo mi tiempo, sino el de los demás. Estaba cansado, irritado, y empezaba a quejarme......estaba tan condenadamente frustrado....Finalmente encontramos el libro, y comenzamos el descenso menos pendiente por The Bad Thing. Pero de nuevo nos fué mal. Vagamos por las crestas de bajada, sin la seguridad de ir por el camino correcto. Eventualmente vimos las luces de la cárcel y nos dirigimos hacia ellas.
Finalmente....después de más de 5 horas, llegamos a la prisión. Yo estaba moralmente desinflado, y muy enojado conmigo mismo. Sin embargo, de alguna manera tuve que arrancarme una sonrisa, al reconocer que acababa de tener mi momento "Out There" del que tanto hablaba Ed en su libro. Supongo que todos tenemos que superar nuestros momentos, y yo acababa de superar el mio. Yo sabía que desde este punto podía encontrar todo el camino de vuelta al campamento sin problemas, pero también empezaba a notar que la quemazón de mis pies iba a peor.

En la subida a Rat Jaw, tanto Nick como Alan comenzaron a quedarse atrás. Rápidamente decidí que no iba a esperar. Simplemente no me lo podía permitir. Hice un cambio brusco en la cima, y apreté en la bajada hacia la carretera. Nick se recuperó y siguió adelante, cosa que me emocionó. Me confundí y me perdí brevemente mientras me dirigía a Pig Head Creek, e hice un par de giros erróneos. Pensé que Nick ahora estaría muy por delante. Pero, cuando llegué a Raw Dog Falls, sin embargo, algo sucedió. Encontré a Nick con el libro, sentado en el suelo y medio dormido. Empezó a hablarme, pero no se le entendía, y estaba medio ido. Me miró y me dijo que solo necesitaba descansar un poco.
Por mucho que me doliera, sabía que tendría que dejarlo. Continuamos juntos, pero pronto se quedó detrás.
Subí la colina de Meth Lab y luego bajé por la fangosa y resbaladiza Spectacle. Al llegar abajo me giré y vi una luz frontal a lo lejos. Esto me dió la esperanza de que Nick había tomado un segundo aire y se había recuperado.......pero ya no lo volví a ver mas.

A medida que subía a Stallion, y hacía la sección Norte, mi enfoque cambió radicalmente frente al dolor miserable que ahora sentía en la planta de los pies. ¿Que diablos les pasaba? Nunca había tenido ningún tipo de problemas con ampollas, ni nada parecido, así que ¿porqué tanto dolor? Cada vez que plantaba el pie sobre una zona inclinada, me estremecía de dolor. Afortunadamente, el tramo actual era por una pista bastante plana, por lo que fuí capaz de soportarlo. Sin embargo, esto cambió cuando me topé con la colina Check-Mate. Cuando empecé la horrible subida, cada paso suponía una quemazón y un dolor en mis pies, que subía por todo mi cuerpo. Fué la subida más larga e insoportable de toda mi vida. Mis ojos estaban literalmente inyectados de dolor. Cuando finalmente llegué a la cima, una fuerza de voluntad inexplicable, me permitió caminar por el sendero de Bird Mountain. Entonces llegó el momento. El primer gran punto de inflexión de la carrera.
Cuando me acerqué a Los Pilares, miré mi reloj. De alguna manera, la subida a Check-Mate me había supuesto más de una hora, y ahora solo tenía 14 horas para terminar un quinto bucle. A eso tenía que añadir que todavía tenía que regresar al campamento, que no había dormido nada, y asumí que las puertas se me estaban cerrando. Me senté en el sendero y me quité las zapatillas. Mis pies eran un desastre. Grandes ampollas, piel macerada, zonas en carne viva......una pesadilla.

¡Maldita sea! ¡Hijo de puta! Grité todas las maldiciones que podáis imaginar. Mis piernas se sentían geniales.....¡quiero correr! Pero mis pies....Me maldije por ponerme calcetines húmedos ¡Estúpido idiota! ¿Como has podido ser tan imbécil? ¡¡Mierda !!
Respiré hondo, y esbocé una débil sonrisa. La carrera había terminado para mi.

Lo dejaba.

Derramé el agua que me quedaba sobre mi cabeza. Sentí una especie de paz y de calma, al saber que todo había terminado.
Saqué del bolsillo una pequeña nota que alguien me había dado. Era una foto de un trébol de cuatro hojas, para darme suerte. Supongo que la tuve durante cuatro bucles.
Mientra me calzaba de nuevo las zapatillas, comencé a pensar en las innumerables horas de preparación, la cantidad horas de entrenamiento de cuestas que había hecho para poder tocar esa puerta una quinta vez, y me sentí cabreado.
Entonces, un pequeño pensamiento surgió en mi mente. Travis. Él parecía el tipo de hombre capaz de lidiar con unos pies maltrechos como los míos. Tal vez, solo tal vez, podría saber cómo reventar las ampollas,  o vendar mis pies o yo que sé.......cualquier cosa que me permitiese una vuelta más.
Una oportunidad, tal vez tuviese un Ibuprofeno de 600 mgs. Ni siquiera sabía si él estaría en el campamento, o si andaría aún en el cuarto bucle, pero tenía que intentarlo. Además, pensé que podría haber alguien más en el campamento que supiera una solución mágica. Tenía que probar suerte. Me dije antes de comenzar la carrera que no abandonaría, y lo dije en serio. Estaba en el segundo punto de inflexión de la carrera. Así que corrí. Corrí todo lo que pude, y sentía como si corriera sobre cristales. Empecé a cantar en voz alta para distraerme del dolor. Supongo que era lógico escoger canciones de grupos como Rage Against The Machine y no de Paul Simon.
Corrí hasta llegar a la puerta amarilla, y allí estaba Travis dándome ánimos y alentandome. Me dijo: "Estás en una forma estupenda, y vas por delante de donde estaba a estas alturas J.B. en 2010". Lo miré y le dije, "Travis, tengo problemas tio, y no se si tienen solución".

Tiempo total: 46:26h (Tiempo del bucle: 13:30h)






Quinto Bucle

Mientras nos dirigiamos al coche, descubrí que tanto Alan como Nick habían caído. Así que, aparte de Brett Maune y Jared Campbell, yo era la única persona que quedaba en carrera.
Cuando nos sentamos y me quité las zapatillas, se escuchó un colectivo "Ooooouuuuccchhh!!!" con todo el mundo alrededor. Estaban muy mal. Travis, Paul, y algunos más, me tranquilizaron, y me dijeron que me los podrian remendar, aunque probablemente me seguirian doliendo.
Pasé por un doloroso proceso de cura de ampollas, drenaje de heridas, y demás remedios caseros. Al final, mis pies eran un amasijo empolvado, pero me sentía mucho mejor al caminar sobre ellos.Paul me dio un par de calcetines secos y confortables, y volví a cambiarme de zapatillas.
Cuando me levanté, y me dí cuenta de que todavía podría tener una oportunidad de conseguirlo, les dí a todos mi más sincero agradecimiento por los remiendos, y me dirigí hacia la puerta para hacer historia.

-Me gustaría salir para el quinto bucle por favor
-¿En qué sentido?
-¡En el de las agujas del reloj!
-Aquí tienes tu dorsal......cuidate....

Miré mi reloj, y tenía 12 h 45 mins para completar el bucle. Al salir por la puerta amarilla, me despedí de todos y les dí las gracias. Escuché a Ed decir: "¡Esto es histórico!¡Nunca ha habido un tercer corredor en el quinto bucle!".....Genial....pensé...

Ahora, estaba en territorio sagrado. El mágico y codiciado quinto bucle. No podía creer que formara parte de ese grupo tan especial. Independientemente del resultado, en este punto, estaba muy emocionado por estar en mi quinto bucle.
Mientras subía hacia Bird Mountain, Laz hizo sonar fuertemente un cencerro,  indicando que estaba en el bucle final. Fué increible....

Mi estrategia era simple. Fuí ganado todo el tiempo posible, ahora que los pies no me dolían demasiado, y que estaba en la Sección Norte. Sabía que lo necesitaría cuando llegara a Beech Fork.
Mientras subía por Bird, me di cuenta que aún no había pegado ojo, y que posiblemente me enfrentaría a una de esas historias ridículas de 2005. No había nada que pudiera hacer al respecto, así que ¿porqué preocuparme? Tenía pastillas de cafeína por si me hicieran falta. Sorprendentemente, después de 47 horas, todo me seguía funcionando.

El descenso de Check-Mate fué lento y doloroso, pero di bien con Phillips, y comencé el largo proceso de moverme hacia Garden Spot. Corrí siempre que pude, y seguía pensando que estaba haciendome un buen colchón de tiempo. No me di cuenta de que apenas me sostenía. Llegué a Garden Spot en poco menos de cuatro horas, acertando justo en el punto de agua. Cuando llegué allí, el Sol incidía con fuerza y hacía calor. Me senté allí a cocerme, y me bebí casi una garrafa de agua.
Me derramé por encima de la cabeza otra garrafa para bajar mi temperatura corporal. Una vez refrescado comencé a subir hacia la cresta de Stallion. Cerca de la cresta, miré hacia arriba y vi a Jared bajar en dirección a mi.

Este fué uno de esos momentos raros, muy raros y mágicos en la Barkley, cuando dos corredores se cruzan en el quinto bucle......y me estaba sucediendo a mi. Intercambiamos algunas palabras, y tuve una sonrisa ridícula en mi cara durante un rato. Nunca olvidaré ese momento. Dos desconocidos se encuentran, en medio del bosque......en medio de la nada....en la misma búsqueda. Inmediatamente pensé en la primera subida a Bird Mountain, en el primer bucle, cuando Jared y yo caminamos juntos. Con la mirada un poco sorprendida en su cara me pregunta:

- "¿Estás en el quinto bucle?"
- ¡Claro que si!
-"¡Impresionante, vamos a hacer una edición de tres finishers John!"
....y luego se fué.

Motivado, me moví rápido en la bajada de Stallion/Fykes, y llegué a New River. Mis pies aguantaban bien, pero estaban empezando a dolerme de nuevo. Sabía que si vadeaba el río, no terminaría. Necesitaba mantenerlos secos. Busque en los alrededores un cruce seguro, y logré encontrar algunas rocas por donde ir saltando. ¡Si lo hubiese hecho al empezar la carrera!....
Una vez seguro al otro lado, sabía que la subida a Spectacle sería calurosa. Así que decidí usar cinco valiosos minutos, y meter en el río la parte superior del cuerpo para refrescarme. Fue una sensación estupenda. No quería levantarme. Miré el reloj y tuve un motivo de alarma, al comprobar que iba un poco por detrás de mi tiempo estimado. Corrí a toda prisa por la calle y llegué al libro número 5, con cuidado de no pisar en la zona pantanosa. Cuando subí Testicle Spectacle me recibió un miembro del equipo que estaba grabando el documental. Al parecer, estaban esperando a que apareciera. Cuando llegué a la cima, escuché a uno de ellos decir por radio "John se dirige a la bajada de la línea eléctrica y sigue en movimiento".

La zona de Raw Dog me fué bien, pero la subida de Pig Head Creek la hice dolorosamente lenta por alguna razón. Simplemente no tenía fuelle. Recordé mis geles con cafeína, y decidí que era el momento de tomar alguno. Estaba preocupado por el posible efecto, pero necesitaba un empujón.
Cuando rodeé la carretera hacia Rat Jaw, me sentí realmente aliviado. Tan terrible como parece la subida a Rat Jaw, decidí que era mi favorita. Se sube rapido  y es fácil de navegar. Además, tienes la posibilidad de que haya gente animando en la cima. ¿Habría alguien esta vez?
Hago mi camino hasta la mitad de Rat Jaw, desde donde ya se consigue ver la torre. Arrugo los ojos para ver al lejos ¿Eso es gente?...entonces los oigo.

-"Wooooohoooo !!!! ¡¡ Vamoooos John!!!!




 



 Ahora estaba seguro. Wouter y Paul habían subido a esperarme. Increible. Nada como un poco más de motivación para llegar a la cima. Cuando llegué a la torre, me dicen que el guardabosques se había llevado todo el agua y el libro.

-¿¿Comoooo??
-"No te preocupes, hemos recuperado el libro y una garrafa de agua para ti"

Gracias a Dios. No estoy seguro de que habría dicho Laz si me falta un libro (....y si me hubiese quedado sin agua). Hubiese tenido testigos de que había pasado por allí, pero sería una patada en las pelotas , independientemente. No perdí el tiempo. Comí, bebí y rellené mis botellas de agua. Quería bajar de la torre con cinco horas de margen. Pregunté a Paul y a Wouter si opinaban que era suficiente, y me dijeron :"Por supuesto".
Me preguntaron si quería algo especial para cuando acabase, y dije sí: helado, galletas de chocolate, etc...










 Cuando empecé a bajar de nuevo Rat Jaw, me quedaban justo cinco horas para el cierre de meta. Estuve recibiendo gritos de ánimo de los chicos hasta que me perdieron de vista. Fué increible. Me recordó un poco a un vídeo que había visto en Youtube ,donde Wouter había grabado a Jonathan en 2010, bajando Rat Jaw en su quinto bucle (excepto lo de la niebla, por supuesto). Cuando llegué al tramo final de la bajada, resbalé con algo y me deslicé un buen trecho por una zona plagada de espinos. Huelga decir que me hice un buen  puñado de arañazos "allá donde el Sol no brilla". Es algo que solo puede pasarte en el quinto bucle...
En la cárcel finalmente me enfrento a un serio dilema. Realmente no hay una manera fácil de mantener los pies secos atravesando el túnel. Trato de caminar por el centro lo mejor que puedo, pero al final, recuerdo que es inevitable caminar por la parte más profunda. A remojarse.

Rápidamente comienzo el ascenso a The Bad Thing, ahora haciendo cálculos de tiempo en mi cabeza. El problema es que mi mente no está para matemáticas en este momento. Trato de razonar si es posible subir The Bad Thing en menos de una hora, que sería muy bueno. Llego a la cima y estoy frente a la roca equivocada. No recuerdo si Indian Knob queda más al Norte o más al Sur. Estoy empezando a perderme. Avanzo hasta la siguiente roca, y afortunadamente es la correcta. La había encontrado en tan solo 50 minutos desde que abandoné la cárcel, y me convencí de eso era bueno.......aunque no sabía porqué...Mi mente se estaba nublando en este punto, y me muevo a través de Indian Knob en plan robótico. Comienzo el descenso de Zipline y escojo un rumbo horrible. No recuerdo tantas piedras, y tengo que andar corrigiendo el rumbo constantemente. Mis pies están húmedos y vuelven a palpitar.....todo comienza a desmoronarse, y entro en pánico.

De repente me doy cuenta de que no recuerdo haber arrancado la página de Indian Knob. Llevaba bajando 30 minutos. Abro frenéticamente la mochila y saco la bolsa con las páginas. Pienso inmediatamente: "Oh no, no recuerdo haber sacado la bolsa allí arriba" Oh no....Oh no ....Oh no....Hago el recuento con cuidado "....6,7,8,9" . Nueve. ¿Está bien?....o se supone que eran diez??  ¿Por que es tan dificil? Vamos a ver....Check-Mate Hill, Phillips, Garden Spot.....Ummm....Raw Dog, no espera... Indian Yellow.....Ummm. Mierda!!

Después de diez minutos llego a la conclusión de que me quedan por conseguir las páginas de Beech y de Chimney, y que son 11 páginas en total. Así pues, nueve páginas era lo correcto. Bueno, acabo de perder diez minutos, tengo que llegar al haya antes de que todo se desmorone.
Mis pies están palpitando y no veo ningún hito reconocible. Reviso frenéticamente mi reloj cada cinco minutos. Sigo enredado con las matemáticas para calcular cuanto tiempo necesito para llegar al campamento antes del corte.
¡Espera!¡recuerdo este árbol! Todos esos hongos repartidos por el tronco. ¡Si! ¡Ahí está la vieja pista forestal! Fué en ese momento cuando empecé a sentir realmente que lo iba a conseguir. En realidad iba a terminar la Barkley.

Seguí bajando, llegué a la bifurcación....y luego a Beech Tree.  Me remojé la cara y el cuello, y comencé la última gran subida de la prueba. Un "Big Hell" más para acabar. Cada paso que doy pienso que estoy más cerca de la última cumbre. Cerca de la cima, veo el rastro de hojas secas. Se que estoy en el camino correcto para dar con la roca. Miro hacia arriba y consigo verla, menuda emoción. Al acercarme , de repente se transforma en un árbol caído. ¿Qué diablos acaba de pasar?

¿Sabes? acababa de tener una alucinación. Genial, creo, pero empiezo a preguntarme incluso si estoy en la montaña correcta. Mi mente está tan perdida, que me empiezo a convencer de que he subido a un pico totalmente diferente. ¿Cómo es posible? Quiero decir que, ¿hay un camino aquí, no?. Me estoy desmoronando, y el Sol está empezando a ponerse. Sigo subiendo con la esperanza de que algo bueno suceda. Justo cuando estoy dispuesto a rendirme y tumbarme en el suelo, veo el contorno de algo. ¿Quizás otra alucinación? Podría ser la roca. Mientras camino hacia ella, consigo ver la bolsa de plástico que contiene el libro. Lo había conseguido. 
Me senté en una piedra, arranqué mi última página de la Barkley, y respiré profundamente. Disfruté del momento. Aquí estaba yo. Solo en la tercera noche de la Barkley, a pocos kilómetros del campamento, con las 55 páginas recogidas. ¡La Hostia! Fué una sensación increíble. Eché un vistazo al libro y leí el título "Is This Your Day?" (¿Es Este Tu Día?). Y me bajé rápidamente de mi nebulosa. ¡Tengo que moverme!¡ Sería ridículo no llegar al corte teniendo todas las páginas! 

Miro mi reloj: me queda una hora y veinte minutos. Puedo hacerlo. Comienzo a caminar de vuelta por la cresta y noto como mis pies desaparecen en el suelo. Me imagino que cuando llegue a la pista de Chimney, seré capaz de caminar más rápido. Sufrí el camino de piedras hasta la cumbre. Me quedaban una hora y siete minutos. Comienzo a bajar, y en la parte más empinada siento un dolor insoportable en los pies, así que tengo que tomarlo con calma.
Me quedan 60 minutos. Comienzo a caminar deprisa.....incluso pruebo con un híbrido entre trotar y caminar. Es feo, pero avanzo. Cuando estoy cerca del arroyo, antes de la subida final, empiezo a tropezar. Puedo sentir mi cabeza flotando, y siento que estoy perdiendo tiempo. Solo UNA SUBIDA MÁS JOHN!! Hago el tramo hasta Rough Ridge y cuando estoy en "la silla de montar" me detengo. Miro abajo el sendero, levanto la mano y le hago "una peineta", le digo que se joda. Tambien le digo, de manera bastante cortés (creo que incluso con acento escocés, por alguna razón), que puede besarme el trasero (aunque probablemente dije "culo"). Miro el reloj, me quedan 42 minutos.



El Final


Me tomo media pastilla de cafeína, solo para estar seguro, y comenzar la bajada final por la carretera. A cada giro puedo sentir que me acerco a la puerta, y me hace bien. Doy otro giro , y ahora puedo ver luces a lo lejos de la carretera.....y no pude contenerme. Solté un grito enorme. Alcé los puños al aire y solté otro grito con toda la potencia de mis pulmones. Grité: "¡¡ despierta Frozen Head, estoy llegando!!"
Encendí mi frontal, ya que estaba lo suficientemente oscuro como para necesitarlo. Llegué a la señal que indica el giro hacia la estación del guardabosques, y seguí derecho hasta el puente. Cruzo el rio y me dirijo hacia el área recreativa, y veo lucecitas a través de los árboles. Entonces me pareció escuchar un débil silbido. Miré mi reloj, me quedaban 30 minutos. Por primera vez en toda la prueba, finalmente y con calma, lo asimilo.....en realidad voy a acabarla. De repente el dolor de mis pies ha desaparecido. 

Aparezco cerca del aparcamiento de la zona de picnic, y hay una furgoneta con algunos miembros del equipo de filmación, que esperaban para ver si llegaba antes del corte.....esa era la causa del silbido. Querían filmar mi última carrera llegando al campamento, y no podían contener los aplausos. Realmente, al principio no sabía quienes eran, todo lo que veía eran luces, pero no importaba. Tenía una misión. Saltar al camino, trotar hasta el puente, y correr camino a aquella mágica puerta amarilla.
Llegué al puente con 23 minutos de margen, y doble la curva camino arriba hacia el campamento.
Noté como empezaba a tambalearme, la adrenalina de la última carrera me estaba mareando. . Doblo la última curva y aún no escucho a nadie en el campamento. Pero entonces veo la puerta, y rugen los aullidos. Consigo controlar una delicada y débil carrera hasta la puerta, extender mis manos lentamente, y tocarla.
Tiempo Final: 59h 41 min 21 sg

Y allí estaba yo. Estaba en esa foto. Estaba de pie en la puerta, tras el quinto bucle de la Barkley, viviendo lo que se sentía al haberlo hecho. Justo como lo había imaginado cuando vi esa foto, muchos meses atrás, con Brett allí de pie, y esa foto me atrajo. No hay palabras para describirlo, pero es un sentimiento como ningún otro.

Ahora soy un finisher de la Barkley.

-John Fegyveresi-