sábado, 30 de julio de 2011

Aprendiendo a sufrir


En la tierra de los tíos súper-raros, el que tiene uñas en los dedos de los
pies es un mutante. Eso es lo que descubrí cuando llegué al Grand Targhee
Resort, a los pies de los montes Tetons de Wyoming, para participar en el
campamento “
Badwater Ultramarathon Training Camp”.Durante los cinco
días siguientes, iba a trabajar con una docena de corredores de aventura y
atletas de resistencia extrema que se preparaban para la carrera más
temible de la Tierra: un recorrido de 217 kilómetros por Death Valley y la
ladera del monte Whitney bajo el despiadado sol del verano.
Pero a diferencia de los tíos realmente enfermos que había por allí –como
Toenail Ripper, el soldado de tropas de asalto, o Jungle Boy– a mí no me
interesaba correr 60 horas sin parar por un desierto en pleno julio. Ni me
planteaba hacerme perseguir por unos asesinos experimentados en un
pantano de Georgia, ni atravesar la Amazonia a pie esquivando jaguares y
aquellos peces de río finos como agujas que se te meten en el pene, ni
arrancarme las uñas de los pies para mejorar mis marcas en los
ultramaratones.

►La ventaja de ser extremo

Entonces, ¿qué podía aprender de estos tipos? Pues, para empezar, el
secreto para mantener un perfecto estado de forma toda la vida. Al fin y al
cabo, los corredores extremos se cuentan entre los atletas más resistentes
y mejor entrenados del planeta. Son maestros en aumentar la potencia del
motor sin reventarlo. La resistencia de verdad –ellos lo saben– no consiste
en aguantar durante una carrera de un día; se trata de mantener el tipo
durante años, antes del día de la carrera.
Bajo el aspecto lunático de estos “humanoides” (que corren por carreteras
tan calientes que las suelas se les funden), hay un impresionante fondo de
estrategia, nutrición e innovación. Han tenido que aprender hasta dónde
pueden castigar a sus cuerpos sin romperse, y cómo conseguir el máximo
rendimiento en el mínimo tiempo. Nunca llegarían a la línea de salida si no
supieran cómo entrenar durante meses sin lesionarse, y jamás cruzarían la
meta si no fueran expertos en el cuidado de los músculos y en motivarse.
Son lecciones que se pueden aplicar a todos los deportes, y para eso estoy
yo aquí: para ver cómo se lo montan los tipos que se enfrentan a una
carrera de tres días bajo el brutal sol del desierto, sin hacer lo que haría yo:
abandonar.

►Toma nota de las chicas

El día 1 empieza con Cameron Diaz, ascensiones con repetición y un
acertijo. Primero, la adivinanza: casi todas las mujeres acaban la
“Ultramaratón Leadville Trail 100” todos los años, pero menos de la mitad
de los hombres lo consigue. ¿Por qué?
“Un movimiento incesante hacia delante”, afirma Cameron que, a pesar de
su sonrisa de cine, sus pecas y su melena rubia, resulta ser
Lisa Smith-
Batchen, de 45 años, legendaria corredora extrema que forma parte de
nuestro equipo de instructores. “Piensa en esa colina. Apuesto a que el
instinto te impulsa a atravesarla de un tirón. ¿A que sí?”
Bueno, pues sí. Y me alegro de que saque el tema porque, francamente,
estoy un poco decepcionado. En cuanto hemos empezado a respirar más
fuerte, nos ha indicado que caminemos en vez de correr. Incluso a los ojos
de un aficionadillo como yo, parece algo un poco cagueta. Pero cuando
empezamos la segunda ascensión, la maestría técnica de Smith-Batchen se
hace evidente. Cuando camina, va subiendo a un ritmo suave y tan técnico
como el de un patinador de velocidad. Tiene la pelvis adelantada; respira
siguiendo un ritmo de espiraciones desde el vientre; balancea las manos
como pistones, de la cadera hacia atrás y vuelta.



►Reduce la marcha

Cuando reduzco la marcha e imito su técnica me sorprendo al observar que
estoy avanzando tan rápido como si estuviera corriendo, pero con un
esfuerzo mucho menor. En lo más alto de la colina puedo volver a
emprender la carrera sin tener que apoyar las manos en las rodillas para
recuperar el aliento.
“El error que cometen muchos hombres es machacarse demasiado –o unos
a otros–, para luego caer fulminados”, explica Smith-Batchen. Se creen que
eso les da un aire más duro pero, en realidad, puede delatar falta de
confianza. Si tienes fe en tu preparación, no necesitas demostrarlo en cada
subida. De modo inconsciente, hay hombres que quizá preparan una excusa
por si no llegan a la meta. Los que hacen esfuerzos supremos y luego
abandonan pueden acabar perdiéndose entrenamientos a causa de alguna
tendinitis, o encuentran disculpas para retirarse antes de que las cosas se
pongan difíciles.
“El verdadero reto de una mujer es la superación personal”, dice. Mientras,
pienso en las muchas veces que me he retirado avergonzado de partidos de
baloncesto, carreras a campo través o circuitos de pesas, normalmente
porque mis pelotas se ponen a firmar cheques que mis músculos no pueden
hacer efectivos.

►Piensa con el pene

“Antes de empezar una carrera, pienso: ‘muy bien, ¿dónde tengo el pene?’”.
Ray Zahab no es un obseso del sexo, como podría desprenderse de la
pregunta. Tiene 33 años y ya ha ganado en categoría individual la “Arctic
Yukon Ultra”; también, por equipos, se llevó la “Jungle Marathon”, de 192
kilómetros; mientras obtuvo un meritorio tercer puesto en la “Trans 333”,
carrera de 320 kilómetros sin paradas a través del desierto del Teneré, en
Níger. Ahora está demostrando que unos pequeños cambios posturales
pueden tener un efecto sorprendente a largo plazo en la velocidad y la
resistencia.
Según Zahab, la clave son los músculos que soportan el tronco. La mayoría
adquiere el vicio de dar largas zancadas cuando pretende ir rápido, y baja la
cabeza cuando el cansancio hace mella. Puede que sea algo natural, pero,
en realidad, lo que uno consigue es oponer resistencia a su propio cuerpo.
Cuando te agachas, vuelcas el peso hacia abajo en vez de echarlo adelante.
Si das zancadas largas y aterrizas sobre los talones, en realidad estás
propulsando el peso hacia atrás.
En lugar de eso, mantén los hombros en línea con la cadera e impúlsate al
lanzar el pie atrás en vez de alargar la zancada. Para acelerar, echa el
cuerpo adelante desde los tobillos en lugar de doblarte por la cintura;
crearás una caída suave y controlada en vez de tirones que te sobrecarguen
los músculos.
Deberías aplicar esta técnica siempre: al correr, al pedalear en bicicleta o al
moverte por la pista de baloncesto. Además de moverte más rápido con
menor esfuerzo, protegerás las piernas al apoyar el peso sobre la parte
central de los pies, más fuerte y protegida por el arco, evitando caer sobre
los sensibles nervios de los talones o encima de los frágiles tendones de los
dedos de los pies.

► ...Pero guarda la compostura

Zahab tiene dos métodos para conservar la posición correcta. En primer
lugar está la prueba “digital”, que efectúa justo antes de empezar a correr:
si puede levantar los dedos de los pies sin caerse hacia atrás, es que está
equilibrado. La segunda prueba es la del pene, que diagnostica durante la
carrera si tiene la cadera lo suficientemente adelantada. Cuando siente que
descuida la biomecánica, Zahab echa una mirada a su apéndice para
asegurarse de que la pelvis no se queda atrás. “Si está ahí delante, vas
bien”.
Cuando sigo sus consejos, noto que, por primera vez en semanas, los
tendones de Aquiles no me duelen. He corrido muchos kilómetros y
ascendido muchas cuestas en bici para prepararme, lo cual no ha sido muy
inteligente: al llegar tenía las pantorrillas fatigadas y con agujetas. El alivio
que siento cuando estiro completamente la columna vertebral es tan bestia
que enseguida uso la prueba del pene de Zahab para adoptar un
recordatorio mental: “¡¡Si cojeas, estira!!”



Mientras tanto, observo sorprendido a otros dos tipos poniéndola en
práctica con la misma atención. Uno de ellos es Jim Simone, ex soldado de
asalto reconvertido en corredor extremo. A su lado está Marsall Ulrich,
también conocido como “Toenail Ripper” –alias “Arrancauñas”–. En el
documental “
Corriendo por el sol”, Ulrich es el tipo que aparece frente a
cámara explicando por qué las uñas de los pies no eran más que un lastre y
decidió extirpárselas.
Ver que estos dos auténticos chiflados siguen el consejo de Zahab sin
rechistar es todo lo que necesito para convencerme; si su técnica aún
precisa retoques, a mí me queda mucho por delante.

►Créate tu propio infierno

El tercer día estudiamos el caso de Frank McKinney. McKinney era un
magnate de la propiedad inmobiliaria de 41 años que nunca había corrido
una maratón y que vivía en la primavera eterna de Delray Beach (Florida),
a casi 200 kilómetros de la cuesta más próxima. Y en seis meses iba a
correr cinco maratones por el Death Valley, para rematar la temporada con
una ascensión de casi 3.000 metros de altura al monte Whitney.
Así las cosas, ¿cómo iba a aprender a subir montañas si no tenía pendientes
que ascender? Muy fácil: como no podía ponerse la resistencia enfrente, se
la puso atrás. Ató el extremo de una cuerda a la rueda de un todoterreno, el
otro a un cinturón de entreno y empezó a correr arrastrándola. También se
creó su simulador del Death Valley.
Metió una máquina de cinta sin fin en una habitación libre y la rodeó de
lámparas de calor, de un calentador de aire, un deshumidificador y unos
ventiladores enormes para reproducir los terribles vientos del lugar (los
ventiladores quedaron bastante maltrechos cuando su mujer intentó
reproducir una tormenta del desierto echándoles arena).
El plan funcionó. En seis meses, McKinney cambió y pasó de ser un tenista
dominguero a un miembro del distinguido grupo de los que acaban la
“Badwater”.

“Es sorprendente lo mucho que puedes adaptarte al entorno si te centras en
los conceptos básicos que debe aprender tu cuerpo – observa Smith-
Batchen–. Piensa en la bicicleta de montaña o en las carreras a campo
través: además del puro acondicionamiento físico, la habilidad esencial es
tener rapidez en manos y pies. La comba es un buen medio para conseguir
eso”.

►Cuatro meses más tarde

Apenas me reconozco de cintura para abajo. Literalmente, soy otro hombre
distinto. Ahora, por ejemplo, puedo correr más tiempo y mayores distancias
que nunca, pero el impacto es prácticamente igual o inf erior a cero.
“Inexistente”, sería la palabra. No hace tanto, solía pensar que la maratón
era una gran cosa; ahora corro una cada mes, y aún me sobra energía para
ponerme a reparar mi vieja BMW o a jugar con los chavales (una
experiencia ultramaratoniana, por cierto).

Lo más extraño del tema, es que este aumento de la carga de trabajo no
me ha provocado ni una mísera lesión, y que ya no me acuerdo de las que
arrastraba con anterioridad. Todos aquellos incómodos problemas de pies y
de tendones de Aquiles que me habían agobiado durante años han
desaparecido como por arte de magia. Cada vez que siento el menor
pinchazo en las pantorrillas o los isquiotibiales pienso en Ray Zahab,
compruebo la posición de mi “paquete” y la corrijo. Os puedo asegurar que
se trata de un remedio casi infalible...
Por supuesto, no me he pasado al bando de los “freaks” extremos. Por este
motivo, no me encontraréis atravesando el Death Valley en julio, ni
hundiéndome en un mar de arena como un vulgar escarabajo, ni
compitiendo con un antiguo miembro de las tropas de asalto por ser el
primero en atravesar un pantano de Georgia. Pero hay una carrera de 80
kilómetros en México que me está tentando...



Publicado por Christopher McDougall en la revista Menshealth.

lunes, 25 de julio de 2011

Barkley Marathons 2011



Brett Maune se convierte en el décimo finisher en la historia de esta descabellada carrera. Con un tiempo de 57 horas y 13 minutos, Brett se une a la lista de los extraterrestres que han conseguido terminar la durisima prueba antes del limite de 60 horas. Tan solo otros nueve corredores, de mas de mil aspirantes, lo han conseguido desde el nacimiento de esta prueba en el año 1986.

Ya conté en este blog en que consiste esta carrera, su historia y el perfil de los corredores que habían conseguido acabarla. Para el que quiera empaparse de todo dejo el enlace a aquella entrada pinchando aquí.

Pero ¿quien es Brett Maune?. Hasta Septiembre de 2009 solo era un desconocido, pero saltó la noticia de que se había batido el record del John Muir Trail en autosuficiencia con una marca de 3 dias 14 horas y 13 minutos. Esto suponía mejorar la marca que tenía Mark Davis "con asistencia" en seis horas, y mejorar la que tenía Michael Popov en autosuficiencia en 19 horas. A Brett lo crucificaron en los foros de internet, cuestionando su credibilidad, un tipo sin curriculum previo en carreras de 100 millas parecía insultar al resto de especialistas en la materia. Su aspecto y su mochila parecian provocar a los demas ultrarunners. Así que tuvo que entrar al trapo y defenderse dando explicaciones en internet a diestro y siniestro. Pero seguian sin creerle.
¿Y que hizo el bueno de Brett? pues como todos le hablaban de un mundo que desconocía, se puso a indagar en eso de las pruebas de 100 millas, de eso que le comentaban aquellos que se hacían llamar ultrarunners. Como el mismo cuenta: "a raiz del record me enteré de que habían pruebas organizadas de 100 millas que la gente hacía corriendo. Yo vivía sin saberlo en mi universo paralelo, haciendo ultra-caminatas y aventuras en las montañas desde siempre. Comencé a investigar sobre pruebas de 100 millas, para ver si alguna lograba interesarme, y encontré dos que me parecieron las mas duras: Hardrock y Barkley."




Brett presentó su candidatura para ser aceptado como aspirante a participar en Barkley en 2010, pero fué rechazado. Con un curriculum ultra, consistente tan solo en su record del John Muir Trail, consigúió ser aceptado para la edición de este año 2011, y empezó a entrenar. Contactó con algunos veteranos para conseguir consejos sobre como enfrentarse a esta prueba, y el pasado Sabado dos de Abril se puso en la linea de salida junto al resto de corredores.
No solo fué el único en llegar, sino que estuvo en tiempos de superar el record de la prueba, aunque al final se le complicó la cosa. Ahora forma parte de los diez únicos hombres del planeta que lo han conseguido, y en su curriculum ultra ya tiene una prueba de 100 millas, la mas dura del mundo.

El dia 4 de Abril, en aquel post del foro donde lo habían "crucificado" por afirmar haber batido el record del JMT en autosuficiencia en 2009, alguien escribió: " Creo que Brett acaba de contestar a tantas preguntas sobre su record del John Muir Trail. Acaba de convertirse en uno de los diez que ha terminado Barkley. Buen trabajo Brett.", a lo que otro tocapelotas contestaba: "Eso no prueba que el record del JMT sea cierto, pero ahora merece el beneficio de la duda".

Colorin colorado, y fiel a mi estilo os dejo unos videos de Charlie Engle en su intento de completar la Barkley Marathons en 2010. Espero que os gusten.







Mas información sobre la carrera aqui.

sábado, 23 de julio de 2011

Hardrock 100 (2011)


El pasado dia 8 de Julio se celebró, una vez mas, la Hardrock 100, en Silverton, Colorado (EEUU). Esta prueba se caracteriza no solo por su desnivel, sino por su altitud, pasando la cota 4000m en alguna ocasión. El frances Julien Chorier (archi-conocido por sus victorias en pruebas tan duras como el Grand Raid Reunión o Andorra Ultra Trail) arrasó al resto de competidores haciendose con la victoria en 25h 17min, dos horas por delante del segundo, Dakota Jones. El podium lo completó Nick Clark con 27h 43min. Julien ha marcado el tercer mejor tiempo en la historia de esta prueba, con mas merito si tenemos en cuenta que la prueba ha sido dos millas mas larga que el año pasado por un cambio en el recorrido.
En la categoría femenina, Diana Finkel ganaba la prueba con 29h 27min, quedando ademas quinta en la general. La española Nerea Martinez, ganadora la semana pasada en la Ehunmilak, se retiró de la prueba.






jueves, 21 de julio de 2011

Ehunmilak, el gran oso del norte.


Pensaba rascar mi interior y expresar con mis palabras lo acontecido este pasado fin de semana en la Ehunmilak, pero mi compañero de equipo, Manuel Lopez, ya se ha encargado de hacerlo, así que me ahorro el trabajo y copio-pego su relato.
En resumen, abandonamos en el km 80, con 5000m positivos y otros tantos negativos en las piernas. Las duras bajadas tocaron mis rodillas y decidí tirar la toalla antes de acabar lesionado. Volveré a acabar lo empezado, lo prometo.

Cronica de Manolo:

En el norte vive un oso. Un gran oso que te está esperando. ¿Te atreves a retarlo?

Ehunmilak es la más desafiante prueba de montaña a la que nos hemos enfrentado. Tremendo. He visto nacer muchas carreras, que año a año van creciendo y mejorando. Pero Ehunmilak nació ya con pelo en el pecho, por no decir en los huevos. Se nota que la organización está formada por corredores, y de Euskadi sin duda.

Primero, dar las gracias a esos más de 1200 voluntarios que se vuelcan con la carrera. Cuanto trabajo hay detras de una prueba como ésta.

Segundo, volver a darle las gracias a todos lo voluntarios.

Tercero, gracias a la organización. Esta carrera TIENE que seguir. El esfuerzo es inmenso, como toda la prueba. Pero tenéis un potencial tremendo. Esta carrera DEBE ser un referente. A ver si me explico, UTMB no tiene que dar puntos a vuestra carrera, sino que vosotros deberíais darle los puntos a ellos. De 10, fiesta de la pasta, avituallamientos, trazados, señalización, insisto, de 10.




En cuanto a nuestra carrera, hay poco que contar. Iba a decir que el oso nos mordió, pero la verdad es que sólo le vimos los dientes.
Como siempre es un placer llegar y empezar a saludar a compañeros de tantas batallas. No quiero nombrar a nadie porque seguro que se me olvida alguno. Un placer saludar a tanta gente buena, y poder ponerle cara a conocidos de los foros.


Arrancamos muy bién, a buen ritmo, trotando cuando se podia, subiendo a buen ritmo, charlando con unos y otros. Las piernas van de fábula, el descanso de la última semana nos ha sentado muy bién. La gente anima una barbaridad. La noche pasa muy bién, casi sin sueño para mi. El clima es perfecto, no hace viento y la luna llena lo ilumina todo. Vamos en camiseta de manga corta, y sólo tiramos de manguitos para abrigarnos un poco.
Pero la bajada del Erlo hasta Azpeitia nos cascó las rodillas, y aunque tiramos hasta Tolosa, y llegamos con 3 horas de margen, decidimos parar, tomar nota de la clase de terreno y de cómo se traza en Euskadi una carrera de montaña, y con esos apuntes volver en otra ocasión mejor preparados.




Veníamos pensando en numeros: 168 kms, 11.000+. Números que ya conociamos de otras batallas.Pero esto no son números.

Que nadie se espere aquí las elegantes subidas en zig zag a los Col de los Alpes, por senderos perfectos. Esta gente, si tiene que subir, lo hace en linea recta, “Parriba ostias”. Vale, yo subo. Pero llegas arriba y, a la hora de descender es lo mismo. “Ostias, pabajo”. Mi rodilla dijo basta, y con 90 kms por delante, y encima los duros de verdad, crei que era más prudente volver en otra ocasión.




Nos quedó por descubrir la segunda parte de la carrera, la dura de verdad. Paco, que hizo la corta, alucinó con la bajada del Aizkorri. Mark, Fali y Paco, que terminaron la larga, pasaron una segunda noche muy dura, con lluvia y niebla, y con las peores bajadas del recorrido. Son unos gigantes.

Tengo una cita con Ehumilak. No se si el año próximo, o dentro de dos, pero volveré.


Cierro con una cita de “El Gran Lebovski”, que mi amigo Jose Antonio repite mucho. Y es cierto.

"A veces te comes tu al oso, y otras veces te come el a tí"

Esta ocasión ha sido de ésas. Pero nos da la oportunidad de mejorar y volver. Ya lo hicimos en otras ocasiones.