miércoles, 23 de agosto de 2017
TRAVAILEN
El Drakensberg Grand Traverse (DGT) es un recorrido de entre 220 y 240 kilómetros, a través de la cordillera Drakensberg, en Sudáfrica. No hay una ruta prescrita, ni un sendero marcado, pero si hay una serie de puntos de control que hay que pasar para poder decir que se ha completado la ruta. Entre estos puntos de paso, se encuentran seis cimas de más de 3000 metros de altura:
- Mount aux Sources (3282m)
- Cleft Peak (3277m)
- Campagne Castle (3377m)
- Mafadi (3451m)
- Giant's Castle (3314m)
- Thabana Ntlenyana (3482m)
El desnivel positivo acumulado, según la ruta que se elija, oscila entre 7000 y 9000 metros. Normalmente se suele tardar entre 10 y 12 días en completar la ruta, dada la ausencia de sendero, y la dificultad del terreno. La altitud y el mal tiempo, son variables que dificultan la consecución del reto.
La regla principal es que se debe hacer en autosuficiencia total (sin ayudas ni asistencias externas) y completarla a pie. Se permite el uso de mapa y GPS.
En la primavera de 2014, Ryan Sandes y Ryno Griesel (poseedor del récord de la ruta por aquel entonces), se unieron con la intención de rebajar el récord de Ryno: 60 horas y 29 minutos.
El documental "Travailen", muestra la odisea de estos dos "animalitos" para conseguir rebajar el récord en nada menos que 18 horas, dejándolo en 41 horas y 49 minutos.
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domingo, 13 de agosto de 2017
Historia de un matao
Cuenta la leyenda que ,en un lugar cercano, existía un corredor que era un matao. Todos los que lo conocían sabían de su afición por correr, y opinaban sobre su dolencia crónica de no ganar. El tío era malo corriendo (un matao vaya) , y aparte gestionaba mal su vida: malgastaba horas en algo que no lo haría triunfar ni destacar.
Ser un matao parecía no importarle en absoluto, todo lo contrario de lo que sucedía con los miembros de su entorno social y laboral; parecía importarles demasiado, y se empeñaban en recordárselo a diario. Se diría que vivían enfocados en que dejara su afición.
Regularmente le mostraban estudios, estadísticas, titulares y necrológicas, que certificaban los efectos negativos, lesivos e incluso mortales de dicha práctica deportiva. Definitivamente, correr lo mataría, y lo que es aún peor, moriría por practicar algo que ni siquiera se le daba bien, y en lo que jamás había triunfado.
Con todo este bombardeo, cualquiera habría tirado la toalla, pero aparte de matao, el sujeto en cuestión era tozudo.
Ser un matao ,en eso de correr, no anula al individuo. Este señor tenía personalidad, inteligencia, ética, ideología, pensamiento, cultura, opinión, educación, actitudes, aptitudes y destrezas en otras áreas.
El problema era que escuchaba a los demás.
Escuchar es una virtud, un bien escaso en la sociedad actual, donde todo el mundo quiere hablar, soltar su mierda, avasallar, imponer su discurso......Escuchar si, pero aceptar solo lo aceptable.
Por momentos, el matao se sentía un matao. Bastaba un mal día, un mal entreno, una molestia articular o muscular, para asumir su rol de matao.
Cierto día, en medio de una conversación con su grupo social, escuchó a uno de los interlocutores decir a otro : -Ya quisieras tu ser la mitad de bueno que fulano jugando al ....
En su mente analizó aquel concepto. Ser la mitad de bueno en algo, comparándolo con alguien de primer nivel, era considerado aceptable para el resto.
Ser la mitad de guapo, la mitad de simpático, la mitad de fuerte, la mitad de sexy, la mitad de inteligente, la mitad de influyente, la mitad de rico, la mitad de hábil.......no paraba de escuchar a la gente usar las comparaciones para infravalorar a los demás.
Básicamente, lo que lo hacía ser un matao, era un tema de velocidad o rapidez. Así que imaginó que, el día menos pensado, le tocaría escuchar eso de: -Ya quisieras tu ser la mitad de rápido que fulano...
Por pura estadística, decidió comparar sus resultados deportivos con gente de primer nivel, para determinar si "querría ser la mitad de rápido" o para sorpresa de propios y extraños "ya era la mitad de rápido".
Tomó primero a Takahiro Sunada, recordman mundial de 100 kms con 6 horas 13 minutos. Por sorpresa, su tiempo en pruebas de 100 kms, doblaba exactamente el récord mundial, así que a todos los efectos era la mitad de rápido que Takahiro, no menos.
Luego le tocó el turno a Yiannis Kouros, recordman mundial de 24 horas en pista con 303 kms. De nuevo su marca en 24 horas lo situaba en posición de decir que ya era tan solo la mitad de rápido que Kouros.
Turno ahora de la maratón y el récord mundial de Dennis Kimetto con 2 horas 2 minutos. Una vez más, el matao podía decir que era tan solo la mitad de rápido, o incluso menos que Kimetto.
Siguió comparando récords mundiales, desde la media maratón a carreras por montaña y ultra trails, consiguiendo el mismo resultado.
Por desgracia, este argumento sólo le valió a él para reforzar su autoestima, puesto que, para el resto de detractores de su causa, era un tipo el doble de lento, no la mitad de rápido que los buenos corredores, y lo que ahora parecían tener en cuenta, era el tiempo que hacía que el ganador había salido de la ducha , antes de que el matao hubiera cruzado la meta.
¿Que sabe de la muerte alguien que no ha muerto?¿que está ahí?¿que a todos nos llega? Ve a morir y luego nos cuentas. Puedes escuchar a un vivo hablar de la vida, tan solo eso. El muerto puede hablar de la muerte, y de la vida, porque vivió.
Argumentos de sillón y telediario. Don matao decidió no aceptar más opiniones llegadas de pancetas parlantes.
Huyendo de los linchadores de tridente y guadaña, de esa jauría a la puerta de la casa del ogro, que decide que por ser diferente es peligroso, y debe ser aniquilado.
Huyendo topó con la tribu de mataos. Descubrió a sus semejantes. Gente que pasaba por lo mismo que él.
Los otros mataos eran igual de mataos que él: malgastaban horas en algo que no los haría triunfar ni destacar.
Aún así, sorprendido contempló como entre mataos había comportamientos absurdos. Mataos que se creían menos mataos, y se organizaban por jerarquías. Siempre habrá un tuerto en cada país de ciegos.
Desolado, comprendió que el matao es humano, y que el humano es matao. Cada humano es un matao en algo, y trata de desviar la atención, importunando a los demás, señalando sus carencias, y nublando sus virtudes.
Ya fuera en lo de correr, o en lo de freír un huevo, siempre habría alguien dispuesto a criticar.....siempre habrá alguien hablando de tu nariz, para que no se fijen en sus orejas.
Finalmente, meditó. En la vida, como en el correr, tu eliges si quieres sufrir ; si cada día tu carrera acabará en dolor. El autocontrol podía llevarle a disfrutar de cada carrera, a aislarle del exterior.
Podría tratar de mejorar por propia ambición. Forzar y jugar con el dolor por su propia elección. No tenía que demostrar nada a nadie. No necesitaba forzar cada día por callar a los demás.
Correría la distancia apetecida, al ritmo apetecido. Elegiría las pruebas por atractivo, no por moda.
Saldría a correr vestido corredor, no disfrazado de hombre anuncio.
Sería un matao, siempre sería un matao, el más matao de todos los mataos, pero sería libre......y sería feliz siéndolo.
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