miércoles, 19 de julio de 2023

El pozo de tus miserias



Frente al espejo, erguido, duchado, afeitado, cada cabello en su sitio, la ropa impoluta.....solo unos toquecitos de perfume en cuello y muñecas. 

Frente al espejo, exquisita, bronceada, depilada, cada cabello en su sitio, radiante enfundada en su vestido, unos toques de pintura y perfume en su justa medida.

Se puede salir a lidiar con la vida y regresar sin haberse despeinado. Celebrar fechas, regarlas con alcohol y risas, prolongar charlas hasta el amanecer y comprobar en el espejo del ascensor que sigues en perfecto estado de revista.

Hay gente que hasta ingresada en el hospital consigue lucir radiante..........incluso muertos en el tanatorio.

En la otra cara de la moneda está correr largas distancias. Por mucho que hayamos nacido para correr, que sea un acto primitivo y de fácil ejecución, correr te va a dejar hecho unos zorros.

Dependiendo de tu grado de implicación, serás simplemente una persona sudada y algo despeinada, o un auténtico despojo humano.

Si ya has coqueteado con la ultradistancia, esto que sigue, te va a sonar.

Dices que correr te hace sentir libre, te hace sentir salvaje, que es un regalo que se te ha dado y que alimenta tu espíritu. Seguramente tengas razón en todo, pero ese preciado regalo te ha humillado en más de una ocasión, te ha torcido, revolcado y ahogado en el pozo de tus miserias.

Frente al espejo, un hombro más bajo que el otro, pelo pringoso, ojeras con rastros de sal, baba seca en la comisura de los labios, un churrete marrón en la mejilla, salpicaduras de barro en la frente y un olor a zoológico a las siete de la tarde que tira para atrás. 

En tu camiseta, cercos de sudor seco, un lamparón pegajoso de gel de cafeína, aquella saliva viscosa que quisiste escupir lejos y se frenó a mitad de camino, como la lengua de un camaleón, regresando de vuelta hacia ti, para aterrizar en tu barbilla y en tu pecho. Mocos cristalizados en las mangas....

En tus mallas un país multicolor. En la zona del culo tonos marrones, verdes, negros y blancos. Marcas de haber culeado por una húmeda pendiente de hierba fresca, por una bajada de rocas, por una rodera embarrada y el exceso de crema anti rozaduras en la zona de la raja. En el interior de las mallas ,en la zona de las ingles, cremas, orines y sudores completan la paleta de colores.


En tus calcetines, sangre de la rodilla que te has echado abajo, barro, polvo de la pista forestal, líquido de una ampolla reventada, pegamento de apósito y vaselina guarreada.

Quizás vomitaste, víctima de espasmos y calambres.......quizás algunos trozos te acompañaron hasta meta, si es que lograste cruzarla.

Más allá de lo físico, tu correr liberador y espiritual, ha tambaleado tus cimientos a nivel emocional. Aquella autoestima que construiste con vigas de acero, se vuelve por momentos un frágil castillo de naipes al borde del colapso. Cuestionas tu aptitud, cuestionas tu capacidad y tu imagen de "Ser Indestructible" se va difuminando lentamente. Ahora solo piensas en abandonar....... tú, que ya habías vendido la piel del oso antes de cazarlo.



Si consigues remontar el vuelo, ganar la batalla mental del momento, continuar en movimiento y logras cruzar la meta, recuperarás tu autoestima, pero con limitaciones, con cicatrices que van a perdurar. Te reconocerás vulnerable, con fisuras, con debilidades que te pueden hacer fracasar si no te sale el santo de cara. 

Correr largas distancias requiere humildad. El gallo más fiero del corral se puede ver cagado encima, literalmente, sentado en una piedra o en un bordillo, con el pernil chorreado y el ego malherido. Nunca mires a una prueba por encima del hombro. Nunca menosprecies a otros corredores. Puede que no logren mantener tus ritmos, pero a los suyos, suelen acabar cuando tu abandonas. Se humilde, el universo te lo recompensará. 

En pocas situaciones te verás tan lamentable ante el espejo como al finalizar una ultra. Estarás al nivel del alcohólico que ha tocado fondo y abandona su higiene corporal. 

Ya en la ducha, te crujen varios huesos y se te sube un gemelo, mientras luchas por agacharte a frotar la mierda de tus tobillos, entre espasmos y gemidos. El agua y el jabón, descubrirán con gran escozor rozaduras de las que no tenías constancia. Mientras te secas con la toalla, te dan escalofríos y te tiembla la barbilla. El dolor y las nauseas serán tus compañeras en las próximas horas.



¡Nunca más!, decías, ¡nunca más!. Ahora han pasado unos días desde que saliste del pozo de tus miserias.....o quizás han sido unos meses...el caso es que de nuevo te pican las ganas de volver a meterte en él....y sabes que lo vas a acabar haciendo. 

miércoles, 26 de abril de 2023

Sin bandos ni enemigos

 



Que difícil se hace vivir en paz. Por mucho que te empeñes en ser una persona serena y paciente, el mundo te acecha en continuo para agredirte de mil maneras. Correos maliciosos, virus, malwares, llamadas desde el extranjero, timos telefónicos, intereses financieros desorbitados, precios abusivos de combustibles y alimentación, engaños en talleres de reparación, obsolescencias programadas, vecinos problemáticos, alquileres asfixiantes, alimentos perniciosos, contaminación, radiación elevada...

No hay manera de sentarse a tomar una caña en una terraza, sin que aparezcan a tratar de sacarte un par de euros, con historias penosas. El mismo tipo te puede abordar cada día en el parking del centro comercial, con la llave de un coche en la mano, simulando que se ha quedado sin gasoil y pidiéndote algo prestado para poder reponer combustible. 

Te ves obligado a revisar la cuenta del restaurante, porque continuamente ves como te intentan cobrar bebidas de más o platos que no has consumido. Uno se siente cutre revisando una cuenta, pero idiota si no lo hace, porque tristemente descubres como una y otra vez te quieren tomar por tonto y sisarte el dinero.

Me irrita y me ofende ver como gran parte de las retribuciones de mi trabajo van a parar a impuestos y que en realidad, políticos y dirigentes, lo usan para pagar el silencio de sus zorras o para comprar el veredicto de los jueces.

Te arañan el coche y da igual, se caga un perro en la acera y el dueño no la recoge, vuela una lata vacía de Power King por una ventanilla del coche y por la otra una cajetilla de tabaco......y no pasa nada.

Todo da mucho asco.

Uno quiere vivir en paz, sin bandos ni enemigos, pero se hace imposible.





Para vivir en paz tienes que escapar. Es así, por desgracia. Huir en busca del silencio, aunque sea por cortos espacios de tiempo. Nada te garantiza que no vayas a tropezar con algún agresor, pero las probabilidades son muy bajas. 

No es necesario buscar la soledad, pero sí la compañía adecuada. Quedar con "selváticos" o "pedrusqueros", el día pactado a la hora acordada, y perderse durante horas por bosques de helechos o laberintos de roca caliza. Poco importa lo que vas a comer, ni cuantas horas vas a invertir. Tomarás agua de cualquier chorrito que te ofrezca el entorno y te refrescarás en pozas o riachuelos. 

La Última Selva 2023

Verás el agua caer en cascadas y excavar pozas, mientras transitas en equilibrio de roca en roca, cruzando ríos o remontando cauces. Saldrás de la espesura del bosque y enfrentarás fuertes pendientes. Levantarás la cabeza y verás la cruz que corona el risco al que te diriges. El cielo se oscurece, el viento te azota y comienza a golpearte una fina lluvia. Destreparás entre los bloques del risco y descenderás abriéndote paso por la cerrada vegetación. Correrás sobre el manto de hojas secas que cubre el sendero, en un bosque cubierto de helechos hasta donde alcanza la vista. 


La Laurisilva te envuelve, su belleza te atrapa. Alcornoques tapizados de musgo, rododendros de flores lilas, lianas que cuelgan a tu alrededor, pequeñas plantas carnívoras que atrapan insectos en su resina.
El sonido del agua que corre y que salta, el del viento entre los árboles y entre las rocas, el olor de la vegetación y de la tierra húmeda.....todo forma parte del decorado.
 
Sin bandos ni enemigos, desconectados del mundo exterior, desconectados del mundo agresor, de los problemas del día a día. 

 Ahora corres bajo un sol que aprieta, por una pista polvorienta, a un ritmo "alegre". Te vas acercando a la civilización, alargando la zancada. Aun queda tiempo para remojarse en el rio, ponerse ropa seca y compartir charla y comida. Brindas con cerveza, por un gran día, por tan buena compañía y por repetir otra escapada, con las mismas caras, con el mismo decorado de fondo.   




viernes, 17 de marzo de 2023

Ultralopitecus

 

Gran Trail Courmayeur



Hace cuatro millones de años, el extinto Australopithecus, fue el primer homínido bípedo que se conoce. Posteriormente, esta especie evolucionó a los Homo habilis y finalmente al hombre moderno, el Homo sapiens sapiens. 

Por culpa del Australopithecus, acabaste con las ingles rozadas, dos uñas negras, un pezón en carne viva y dos ampollas como dos bombillas de 60 watios, hace un par de semanas, cuando acabaste esa maldita ultramaratón. 

Al igual que aquel homínido, tu, Ultralopitecus, no eres muy listo que digamos. Millones de años de evolución no han servido para mucho, al menos en tu caso.

Sentado como un chimpancé frente al teclado, pulsando el "intro" compulsivamente, soltando blasfemias mientras refrescas con el F5 , nervioso y violento, porque no vas a conseguir plaza para la próxima edición de ese puto ultratrail que, si consigues inscribirte, te va a dar dos revolcones como los que da una vaquilla a un cuñado borracho en una comunión con capea.

Pero al menos hay una buena noticia: ser tan primitivo te puede estar salvando la vida.

El Homo Sapiens, u hombre moderno, en su moderna sociedad, está sucumbiendo a una serie de plagas que él mismo ha propiciado: Obesidad, hipertensión, depresión, cardiopatías, diabetes, alergias, insomnio, cáncer y una larga lista de trastornos. La esperanza de vida ha aumentado una barbaridad en los dos últimos siglos. Se viven más años, se muere más viejos, pero se van padeciendo más enfermedades. Sueltas una y enganchas otra. Enfermas, te medican, nueva enfermedad, nueva medicación. En cada casa un armario lleno de medicinas. En un mismo día: dolor de cabeza = pastilla, dolor de espalda = pastilla, gases = pastilla, estreñimiento = pastilla, pesadez de estómago = pastilla, insomnio = pastilla ...

Lo peor es que no hay medicamento inocuo, o sea , que todos los medicamentos hacen daño. Cada día, los medicamentos son más potentes y la gran mayoría de ellos -más del 90%- apenas tienen 25 años. Es un dato a tener en cuenta: cada vez se logran medicamentos más potentes, más activos, más fuertes, más eficaces y por lo tanto, más peligrosos. Nadie duda de la importancia de los medicamentos, pero toda droga (y los medicamentos lo son ) puede provocar efectos indeseables.




Al hombre moderno le pierde la inmediatez. Despertar con dolor de cabeza nos dispara al armario de los medicamentos. A nadie se le ocurre esperar un rato, salir a dar un paseo, contemplar el mar y ser testigos de como el dolor desaparece. El resto de animales de la naturaleza no dispone de una caja de paracetamol de 1 gramo, así que me imagino que somos criaturas blandengues, con poca tolerancia al dolor.

El Ultralopitecus, por contra, acostumbrado a sufrir dolores varios, fatigas y calambres, tiene una mayor tolerancia al dolor y, en consecuencia, una menor dependencia de los fármacos analgésicos y antinflamatorios.

El Homo Sapiens vive confinado en oficinas, viviendas y locales, siempre bajo luces artificiales. Se afana en vivir siempre a la misma temperatura, con aparatos de aire acondicionado en épocas calurosas y estufas y calentadores en las frías. Lo más cercano a la intemperie y a la naturaleza, es su salvapantallas de Windows ,con un paisaje alpino de fondo.

 El Ultralopitecus, se carga de vitamina D en sus horas expuesto al Sol. Domina el juego de las capas, quitando o poniendo prendas según la temperatura o las inclemencias del tiempo. Conoce la bajada de temperatura al amanecer, la humedad de la niebla, la súbita oscuridad que precede a la tormenta. No le importa pasar un poco de frío y está habituado a pasar calor. Se refresca en chorros, lagunas y fuentes, y se cobija en vivacs y refugios mientras espera que amaine el temporal.

Canfranc-Canfranc Ultra 


El hombre moderno evita caminar, usando el vehículo para ir al gimnasio, dentro del cual se sube en una cinta para caminar en el sitio. Se pasa periodos engordando, para luego pagar al dietista para perder lo engordado. Una vez perdido el peso acordado, comienza un nuevo ciclo de engorde. Así de por vida.

El resto de animales salvajes, viven delgados sin necesidad de dietistas. Ya sean herbívoros, como gacelas o ciervos, o carnívoros, como leopardos o hienas, comen la cantidad adecuada, sin repetir plato ni picar entre comidas. 

El hombre moderno busca la felicidad en comilonas y aparatos electrónicos. Evita el contacto con otros iguales, canjeándolo por leves conversaciones de chats o mensajes de texto.  

El Ultralopitecus busca la felicidad en la incomodidad. En dormir tirado en el suelo o en pasar la noche atravesando montañas, privándose del sueño de manera voluntaria. En comer mientras corre o camina, o a lo sumo sentado sobre una piedra. Se mantiene en movimiento aceptando de antemano que llegará el dolor, dada la enorme distancia que se propuso recorrer. Disfruta de la compañía presencial, de la conversación directa, sin fibras ni cables de por medio. Sabe caer y volver a levantarse, una y otra vez, y no renuncia a su objetivo. Si enferma lucha por sanar, por seguir siendo salvaje y primitivo, por volver lo antes posible a la incomodidad del pulso acelerado y los arañazos de la maleza. 

El Ultralopitecus es un hombre moderno, pero uno que se aferra a su lado primitivo, ese que requiere de desafíos que le hagan mejorar, de adversidades que lo mantengan activo y en continuo proceso de adaptación. 

Si has perdido tu lado primitivo, aun estas a tiempo de recuperarlo y regresar a tus raíces nómadas.



jueves, 9 de marzo de 2023

Correr sin hacer ruido


 Deberíamos correr sin hacer ruido. Básicamente, si generas ruido, provocas rozamientos y desequilibrios. Si arrastras las zapatillas, te frenas a ti mismo, como el que amarra un neumático y se lo ata a la cintura. Sin darte cuenta, tu pulso se eleva, necesitas más aire y aumenta tu temperatura corporal. Prueba a correr lento, cayendo sobre los metatarsos, evitando generar ruido.

Si tu respiración suena, estás corriendo fuera de tu respiración. No lo hagas más duro de lo que ya lo es. No vayas por delante de tu respiración.

Nada hay más incomodo que una china en la zapatilla o que el contenido de tu mochila botando en tu espalda. Asegúrate de adaptar el material a los diferentes compartimentos de la mochila, de manera que no vayan bailando, que queden ajustados y comprimidos con las diferentes cintas y elásticos de ajuste. No querrás ser un sonajero andante en un apocalipsis zombie. Porque si, amigos y amigas, todo nos arrastra a un apocalipsis zombie.

El cine nos ha ido avisando, a lo largo de los años, sobre plagas y pandemias. Justo hace 60 años, en 1963, Alfred Hitchcock nos avisó sobre el ataque de los pájaros. Como no hicimos mucho caso a aquel aviso, hoy vivimos bajo la tiranía de gaviotas y palomas, que lo mismo te arrancan el bocata de las manos, que te cagan a ti, a la fachada o al vehículo, por puro placer. Gaviotas de gimnasio, con la violencia de un pitbull, capaces de sacar del bombo la bolsa de basura industrial con los restos de la comunión de tu sobrino.  

Luego llegaron las películas de pandemias. Títulos como "12 monos", "Virus", "Contagio", "Infectados" o "Estallido", nos pusieron en aviso de la pesadilla que ya hemos vivido con el Covid19. Vernos encerrados durante una cuarentena, usando guantes y mascarillas, con las calles desiertas y vacunados en masa, eran hasta entonces imágenes de ciencia ficción para nosotros. 

El siguiente aviso que nos trae el cine es el Apocalipsis Zombie. Tenemos zombies lentos y atontados, como los de la serie "The Walking Dead" o la película "Zombies Party", y zombies veloces e hijoputas como los de "28 días después" o "Guerra mundial Z". Recientemente, la plataforma HBO Max, ha estrenado una nueva serie , "The last of Us", como para refrescarnos la que se nos viene encima.

Aunque suene a broma, en 2011, los centros para el control y prevención de enfermedades (CDC) de Estados Unidos, lanzaron la "Guía oficial para sobrevivir a un apocalipsis zombie" , denominada "Preparedness 101: Zombie Apocalypse". 


Así que, señoras y señores, tras los volcanes, sunamis, gaviotas, guerras, cuñados, virus, suegras y demás desgracias......llega el Apocalipsis Zombie.

Al menos, los que corremos, tenemos algo a nuestro favor. Aparte del hecho de que, al estar en forma, podremos huir de las hordas asesinas, ya estamos acostumbrados a pasar penurias, dolores, fatigas, noches sin dormir y penar bajo las inclemencias del tiempo..... pero a tu cuñado, el sedentario y tocapelotas, se le vienen cositas....

De momento, vivamos con la esperanza de que, en nuestro apocalipsis zombie, nos van a tocar los lentos atontados, porque como nos toquen los hijoputas y veloces, estamos todos jodidos (al menos los mataos asiduos a este blog). El que quiera, por si acaso, que se ponga a hacer series en pista. Yo, por mi parte, paso de las series y me la juego al 50%. 

No me veo entrenando para ganar velocidad a estas alturas. Veo más productivo entrenar el famoso "balconing" de los guiris borrachos en las Baleares o algo tipo parkour, con trepadas, paso de obstáculos, etc.


Tirando de optimismo, la sociedad actual está inmersa en el sedentarismo y la obesidad. Los niños y jóvenes viven horas y horas sentados, jugando con móviles, ordenadores y videoconsolas. Cuando se mueven lo hacen con patinetes eléctricos o sus papás se encargan de llevarlos en coche al cumpleaños de su amiguito, a tan solo 150 metros de distancia de su propio domicilio.

Los adultos, abrazados a la comida basura, y presos del sillón, también se pasan sus horas y horas de sedentarismo voluntario. Esclavos del futbol televisado, las telenovelas turcas, la infinita oferta de cine de los portales de streaming (tipo Netflix, Amazon Prime,HBO, etc), reducen su movilidad al mínimo indispensable. Para colmo, ascensores, escaleras mecánicas, robots aspiradores, compras por internet, comida a domicilio, supermercados a domicilio y un largo etcétera, anulan prácticamente la necesidad de desplazarse, y como ya se sabe, el ser humano, cuanto menos hace, menos quiere hacer.

En conclusión, el primer zombie, por probabilidad, tiene un 85% de papeletas de ser obeso. Si este zombie regordete tiene que comenzar a perseguir victimas para propagar la epidemia, tirará a por otro obeso, que será más fácil de atrapar. Ahora tenemos dos zombies obesos cansados, tratando de atrapar a más gente. Llegarán a un McDonald´s (da igual la hora del día) y formarán una carnicería, lenta, pero carnicería. Tendremos una veintena de zombies lentos, que no infartan porque ya están muertos, pero con ganas de infartar.

Si la cepa infecciosa de origen, correspondía a la que transforma en zombie veloz e hijoputa, el índice de obesidad mundial habrá jugado en nuestro favor. Podéis ahorraros las series en pista, hacedme caso.

Habrá que correr, eso seguro, pero los ritmos serán más amables y aeróbicos. Así que, de momento, podemos seguir con nuestro entrenamiento habitual, pero no os relajéis mucho, porque esto se nos viene, si o si.

Aquellos que somos más montañeros, podemos ir practicando puntería con el piolet o con la punta de los bastones. Según la extensa filmografía, habría que apuntar al cráneo, ya que parece que es lo único efectivo para acabar con la vida (aunque ya está muerto) de un zombie. 
 

Que yo recuerde, los zombies no saben nadar. Al menos no me suena ningún zombie dando brazadas en un río o en una playita. Para colmo, si era más de chiringuito que de coger chorritas, antes de ser infectado, no creo que se vaya a tirar detrás tuya al agua para atraparte. Así que ahí tienes otra alternativa de escape. Recuerda lo de nadar un rato cuando vaya llegando el buen tiempo.

Ojo! hay mucho alelado, con mal color de piel, caminando como si le pesaran las pelotas, balbuceando letras de reggaetón ininteligibles. Tranquilo, no es un zombie (aunque lo parezca) no provoques una situación de alarma. Hay que esperar a que las autoridades declaren la situación de emergencia. Hasta que llegue el momento, disfrutad, pero no bajéis la guardia. 

Saludos.  








 

jueves, 2 de marzo de 2023

El Catecismo de los que no corremos una mierda.



 Ser una mierda de corredor está bastante bien. Te puedes permitir no tener un plan de entrenamiento, no tener un calendario, ni por supuesto un entrenador. Serás un mojón de corredor, pero serás uno libre de ansiedad y de presiones. Lo importante es admitir que lo eres y sentirte cómodo en tu estatus de corredor mojonero. 

Puedes ser un cutre corredor, pero al menos sé inteligente: no te inscribas en algo para lo que no estás preparado. Si lo haces y la cagas (porque seguro que la vas a cagar), pensarán que, aparte de malo corriendo, eres gilipollas. Así que, juega en tu liga, que será esa para la que estés preparado en cada momento. Lo mismo eres muy malo, pero haces muchos kilómetros y aguantas como un perro a un ritmo trotón. En ese caso, puedes inscribirte en alguna burradilla con tiempos de corte amables. Pero afina bien los cálculos porque, como te pille un corte, te van a dar para el pelo. La gente se cansa de ser condescendiente con los que no corremos una mierda. Aguantan tu cara de Pepota, roja y sudada, mordiendo la medallita, un número casi ilimitado de veces. Pero como la cagues dos veces seguidas y tu licra marque pancetilla, te van a dar la del pulpo. 

El que corre una mierda no se lesiona. Es así, y eso jode. Si te lesionas es porque eres un dejao, no porque te exprimas. El que lleva su plan de entrenamiento, tiene su calendario de carreras y sus objetivos, vive en el filo de la navaja. Saldrá a correr con molestias, a un ritmo determinado, aunque ese día no esté para fiestas. Poco a poco acumulará cansancio, no podrá cumplir con las horas de sueño , se le inflamará algún tendón o esa contractura que no elimina (porque ni para ,ni va al fisio) lo hará cojear y dañará su cadera. Ahora el tipo te odia. No soporta tus fotos del fin de semana......un puto paquete acabando cosas, semana tras semana, sin una puta lesión.

Ser un paquete te exime de colgar Stravas. Sí tío, no tienes que colgar nada que atestigüe ritmos ni distancias. Hay peña que vive pendiente de eso, ahí detrás de la cortina, contabilizando tiempos y kilómetros, sobre todo los que están lesionados, temerosos de ser superados por sus homólogos. Puedes colgar tu careto, tu careto y unas antenas, las antenas sin careto, tus zapatillas llenas de barro, un rebaño de cabras o tu silueta recortando el horizonte.......pero sin cronos ni datos. Es la polla !! 


Si tienes una genética de mierda juegas con ventaja. Si vas así ,como un poco deslucido, lo vas a petar siempre. Si tienes un buen día, sorprenderás al personal y te lloverán los elogios. Si tu desempeño ha sido de pena, nadie te lo va a tener en cuenta, y aun así, te caerá algún elogio, ya verás. Ahora, como la genética juegue a tu favor, estás jodido. No hay piedad con un bien-hecho. 

El caos manda. Correr al retortero suele dar buenos resultados, al menos sicológicamente. Si sales hoy a correr y ya no vuelves a hacerlo hasta pasados cuatro o cinco días, no puedes esperar milagros y lo sabes. Tener conciencia de ese hecho es liberador. No vas a tener luchas mentales que resientan tu autoestima . Eres un boniato cocido porque te la suda todo y no puedes esperar otra cosa. Vives en paz. Para colmo, si con ese caos, te sientes más suelto y descansado, puede hasta que rindas más que cuando probaste a entrenar en serio. Entonces, has encontrado el Santo Grial del correr.

Cómprate las zapatillas que te salgan del nabo/chumino. Es tu dinero. Que nadie te diga en que puedes gastarlo. Sabes de sobra que esas zapatillas cojonudas no te van a hacer mejorar milagrosamente, pero te vas a quedar más ancho que dios. Esto mismo es aplicable a mochilas chaleco, bastones de carbono, relojes GPS y resto de parafernalia. El efecto relajante de gastar tu dinero en lo que te da la gana, evita que lo gastes en fármacos antidepresivos o en más gin-tonics de la cuenta. 

Sigue poniéndote el primero en la línea de salida. Que más dará, si de todas formas te van a adelantar. Al menos tendrás tus siete segundos de gloria, ahí, codo con codo con la élite. Seguro que has salido ya en un puñado de vídeos y en fotos de páginas especializadas. Hay tíos que se matan entrenando y no han salido ni una puta vez en ningún reportaje. Llegan a casa el domingo por la tarde, revisan infinidad de reportajes fotográficos y vídeos que ya han colgado......y no salen ni de refilón, mientras tú sales en una docena, sonriente y saludando a la cámara. Tú compartes mogollón de fotos y ellos solo una triste foto de la clasificación o de la medallita sobre la cama. 

¿Has probado a cortarte con las cervecitas?¿has mejorado al hacerlo? Seguramente no y si has mejorado ha sido a nivel hepático, no deportivo. No le eches la culpa a la cerveza. Hay gente que bebe 0,0 y tampoco le cunde mucho. Si vas a estar con cara de amargado y no vas a ganar Bandoleros, no te trae a cuenta privarte de una rubia fresquita. La cerveza no es el problema, eres tú, si es que consideras que tienes un problema.

Correr una mierda te permite tener varias aficiones. Puedes diversificar, distribuir tu tiempo y repartir las cargas en otros grupos musculares, al realizar otras actividades. Sin darte cuenta, quitas estrés al tren inferior y eso tiene efecto antinflamatorio y ayuda a la recuperación. Puede darse el caso de que, sin pretenderlo, estés mejorando tus sensaciones y tus registros (si es que los mides) . 

Puedes ser de los que desayuna Pepsi Max y Donetes, y vive a base de chistorra, costillas y chuletones, como mi gran amigo Arthur. Es un puto gordo-lento, como él mismo se define, pero luego se casca las 100 millas de Ehunmilak, dejando cadáveres con buena pinta por el camino y eso tirando de bocatas de panceta y de chorizo......nada de geles ni barritas. Si te va bien así ¿pa qué más?, como dice él.

Y en fin, hay muchas ventajas al ser un truño de corredor, siempre y cuando no estés disconforme con el hecho de serlo. Si por el contrario, no ves las ventajas, y no te encuentras bien en tu posición, deja de leer este tipo de mierdas y ponte a entrenar en serio. Puede que te venga mejor leer Diariodeltriathlon.es, y sus artículos raritos, que esta porquería de blog. 


P.D: Si quieres resultados ponte en manos de un entrenador. Tengo colegas que entrenan con Rafael Romero (Pastor de Pinsapos), o con Kapurro´s Team, y están teniendo resultados cojonudos. Han sacado todo el potencial de ellos, y con trabajo y compromiso, están llegando donde no imaginaban (incluso con una genética de pena). Puedes seguir un plan pillado de un libro o una web, y quizás obtengas alguna mejoría......o quizás acabes lesionado, pero nada te hará mejorar como un plan personalizado para tí, que tendrá en cuenta tus limitaciones, la base de la que partes y un estudio realista de tu potencial. 

Si no quieres resultados, sigue como vas y se feliz, que es lo único que importa.




miércoles, 1 de marzo de 2023

GOLDEN TRAIL SERIES

 


La Golden Trail Series consiste en un circuito de siete carreras que se disputan en Europa y EEUU. 

La distancia de las pruebas oscila entre los 21 y los 42 kilómetros, lo cual hace que los ritmos de los favoritos sean bastante altos, sobre todo en las vertiginosas bajadas. Entre los corredores que disputan el circuito se encuentran Remi Bonnet, el japonés Ruy Ueda y nuestro Manuel Merillas. Entre las chicas se encuentra Nienke Brinkman , que lo mismo se cuelga el bronce en el europeo de Maratón de Rotterdam (con un tiempo de 2 horas 22 minutos y 51 segundos) que se cuelga el oro en Zegama, con récord incluido ( 4 horas 16 minutos y 43 segundos) . Otra de las chiscas a destacar es nuestra kamikaze Sara Alonso (bronce en Zegama 2022) , que se deja literalmente el pellejo en cada carrera. 


Nienke Brinkman


En el canal de Youtube de la Golden Trail Series, han creado una serie de varios capítulos titulada "Chasing Dreams" (Persiguiendo Sueños) . Hace unos días vi un capítulo de la segunda temporada, correspondiente al circuito del pasado 2022, y consiguió engancharme. Los vídeos disponen de subtítulos en varios idiomas, incluido el español. Dejo aquí la 2ª temporada completa. Al que le guste puede también visionar la 1ª temporada que está disponible en el canal. Estoy seguro de que os va a gustar.



viernes, 24 de febrero de 2023

Ylva la salvaje

 


Ylva nació un jueves de niebla. Su llanto se mezclo con el aullido de los lobos. Máni, la Luna nórdica, quiso verla nacer, y aunque ya había amanecido hacía rato, permaneció en el cielo durante su primer día de vida. Silje, su madre, era una mujer fuerte. Salía sola a cazar al bosque, incluso el día antes de dar a luz a Ylva.  Su padre, Einar, la vio nacer mientras avivaba el fuego. Nada tuvo que hacer. Silje no necesito palabras ni manos que agarrar. Le bastó respirar profundo y emitir  un par de bufidos.

Ylva fue una niña feliz. Se crio entre juegos ,con los niños del poblado, y correteando junto a Haakon, un perro de raza buhund que su padre encontró en el bosque cuando solo era un cachorro.

Ylva y Haakon dormían juntos, arropados bajo una piel de alce. Al amanecer corrían juntos entre los abedules del bosque y subían a la cima del monte a despedir a la Luna.





Ylva vivía enamorada. A veces de un chico, a veces de una estrella, a veces no sabía de qué, pero musitaba una canción y se sentía enamorada.......quizás del viento.

Cuando Haakon murío , Ylva lloró tres lunas. Era ya una jovencita, pero Einar, su padre, le regaló otro cachorro y le puso de nombre Sigurd , que significa "guardián".

Silje la enseñó a cazar. Cubría su cabello dorado para que el Sol no lo hiciera brillar en el bosque y  delatara su posición a la presa. Sigurd se quedaba inmóvil , oculto entre helechos , mientras Ylva se desplazaba sigilosamente entre los arboles. Al tensar el arco, Sigurd levantaba las orejas y olisqueaba el aire, presintiendo que Ylva tenía una presa a tiro. El tañido del arco rompía el silencio y Sigurd arrancaba a correr hacía la presa herida.



Ylva no quiso atar su vida a la de un hombre. Sabía que vivir enamorada solo le traería problemas. A veces se enamoraba de un hombre a la mañana y al caer la tarde se enamoraba del atardecer y olvidaba al hombre. En un mismo día, se podía enamorar de un joven, de la voz del herrero y de los ojos de Niels, un señor casado y amigo de Einar desde la niñez. Al salir la Luna , ese mismo día, se sentaba a contemplarla, musitaba su canción, y el viento se llevaba el amor de los tres y le dejaba el de la Luna. 

Junto a Sigurd se marcho a conocer otras tierras durante tres años. Cargó tan solo con lo esencial: su arco, una piel de alce y un cuchillo. 

Conoció montañas y vivió en una cueva durante unos meses. Como cuando era una niña, corría al amanecer montaña arriba para despedir a la Luna. Luego bajaba a ver el arcoíris que formaba el Sol en la cascada. En verano, se bañaba desnuda y se secaba al Sol sobre el musgo seco de las rocas. 


Siempre que llegaba a un poblado, Ylva sonreía a la gente y Sigurd jugaba con los niños. Siempre había alguna señora que la invitaba a quedarse bajo su techo. Por la noche, charlaban junto al fuego y la señora escuchaba sus historias, añorando haber vivido salvaje como Ylva. 

A los tres años regresó a casa. Permaneció una semana junto a sus padres y se volvió a marchar. Vivió en otros bosques, corrió en otras montañas para despedir a la Luna al amanecer y se enamoró de otros rostros. Luego los olvidó y se enamoró de otro atardecer.