martes, 13 de marzo de 2012
Gritos de Piedra (Crónica del UTSB)
No dejes que nadie destruya tus sueños, que nadie se atreva a mermar tu ilusión. Es mas, usa el desprecio de los demás al igual que un velero usa el viento para llegar a puerto.
El menosprecio ha de ejercer en ti justo el efecto contrario al deseado.
Este fin de semana, en el Ultra Trail Sierras del Bandolero, he presenciado varias historias de superación, he visto luces diminutas transformarse en faros sobre acantilados, y he visto destellos cegadores difuminarse y desaparecer como simples fuegos artificiales.
Es lo grande de los ultramaratones, te da tiempo a ver y oír, si estas dispuesto a mirar y a escuchar, si estas desnudo, con los brazos abiertos, esperando a que la lluvia te empape.
Viajar hasta el lugar donde se desarrollan las pruebas, es ya un ritual que me encanta. En la carretera, junto a Javi y a Sergio, la charla hace mas corto el camino, cada uno expone sus miedos, sus sensaciones previas a la batalla, y hay un cruce de consejos sacados de nuestro, cada vez mas dilatado, libro de recuerdos.
Llegados a Prado del Rey (Cadiz), la banda sonora de "Curro Jimenez" nos recibe en la zona de recogida de dorsales. Una vez mas, saludos y abrazos a los mismos de siempre, los amigos y amigas con los que ya has compartido decenas de calvarios, caras que has visto con expresión de dolor, de desesperación, y también de felicidad extrema.
Anaime y Fali "el coleta" se unen a nuestra mesa, y disfrutamos con la charla y con la comida. En las mesas de alrededor todo son corredores y familiares.
Vamos al instituto donde dormiremos al terminar la prueba. Preparamos los sacos y aislantes para la vuelta, y nos ponemos la ropa de faena. La tensión se masca en el ambiente.
Se acercan las 18h, hora de salida de la prueba, y la gente se aglomera en la plaza del pueblo.
Miro a Antonio, un chaval de Málaga que acabo de conocer, y noto el miedo en sus ojos. Miro a Sergio K2 y noto los nervios que trata de ocultar. Miro a Javi y siento su desconfianza, lo noto algo asustado, no está creyendo en sí mismo. Evaristo y Jose Carlos son todo ilusión, se enfrentan a lo desconocido, les va a tocar sufrir de lo lindo, pero es el precio que hay que pagar si te metes en estos fregados.
Hablo con Sergio Medina, un amigo al que hacía mucho tiempo que no veía, y me sorprende que esté aquí. Hace tiempo que corre, pero nunca a este nivel, nunca una distancia tan larga y con este desnivel. Me dice su predicción de tiempos y pienso que se va a llevar un enorme palo, son tiempos para el que va a ganar, no para nosotros, unos simples mortales.
Miro en mi interior y veo a alguien que quiere llegar, que sabe que va a pasar malos momentos, que va sufrir todo tipo de dolores, pero que sabe lo duro que se hace asumir una derrota, penar por un abandono, y no quiere repetir ese mal trago, no al menos en este momento.
Así que dan la salida, y comenzamos a trotar. Vamos juntos, Sergio, Antonio, Javi y yo, formando grupo con los amigos de Jarapalos.
Hasta la localidad de El Bosque se corre con facilidad, un par de despistes con la señalización, pero llegamos bastante rápido. A partir de aquí la cosa cambia. Una fuerte subida nos sirve de presentación, y poco a poco el terreno va cambiando, el sol deja paso a la luna, y la tierra deja paso a la roca caliza. La zona del Puerto del Boyar y la Meseta del Simancon, son un laberinto de piedras, cuchillares, escalones, bloques, aristas que se sienten en la suela de las zapatillas. El tiempo pasa deprisa, pero el terreno ganado es muy poco, los kilómetros parecen estirarse como una masa pegajosa, se hace muy duro avanzar. Ya van cayendo torres que algunos habían levantado antes de empezar, los números se distorsionan, la moral flaquea. Los frontales están encendidos, pero hay luces que se van apagando.
La bajada a Villaluenga se lleva el Oscar al mejor actor del año. Una pared vertical que nos va cediendo sus escalones naturales para acercarnos poco a poco a tierra firme. En la oscuridad se escuchan reproches, maldiciones y avisos de por donde se puede pisar. Bromeo y grito el famoso "Me siento seguroooooo, la la la la la" de los anuncios de Pepe Reina, y mas de uno se ríe......por no llorar. La verdad es que no era para tanto, pero en la oscuridad, y si no se tiene mucha soltura en este tipo de terreno, la cosa se multiplica, y mucha gente lo pasa bastante mal.
Salimos de Villaluenga en dirección a los Llanos de Libar. Mirar hacia atrás y ver la hilera de luces que bajan por la pared vertical hasta el pueblo es impresionante. Corremos todos juntos, el terreno te invita a ello, y la pendiente te lo pone fácil. Juan, Marga, Enrique, Paco, y el resto de amigos de Jarapalos llevan un ritmo similar al nuestro, así que estamos haciendo "la goma" todo el tiempo, bromeando y cambiando impresiones.
Javi hace rato que se quedó retrasado. Lo hemos esperado un par de veces, pero no aparece. Me duele continuar sin el, dejarlo tirado, pero no quiero descolgarme de todo el grupo. Entre todos es fácil seguir las marcas, pero en cuanto te despegas del grupo tienes que andar concentrado mirando a todas partes buscando una señal. Deseo que se enganche con otro grupo, un poco mas atrás, para que no tenga que estar solo.
Tras cruzar los Llanos del Republicano, afrontamos la subida al Puerto del Correo, otro tramo de rocas, zona técnica que solemos decir. Llegados al punto mas alto, ahora toca bajar hasta los Llanos de Libar, zona donde de nuevo se puede correr.
A partir de este punto la carrera da un respiro. El terreno se vuelve pista y caminos, llegando a Montejaque, subiendo y bajando de la Ermita, y viendo a lo lejos las luces de Ronda.
Kilómetro 60. Ronda nos recibe una vez mas, como casi siempre, cansados y polvorientos. Pillo la bolsa que nos ha traído la organización de la prueba, para cambiarme de ropa y ponerme algo seco. En este punto, Sergio k2 y Antonio, continúan para no enfriarse mientras están parados esperándome, así que a partir de este punto mi compañero de batalla va a ser Sergio Medina.
La gente está ya muy quemada. Ves caras de desesperación, gente que no a va a salir de Ronda, que van a tirar la toalla. Pensar en lo mucho que queda por delante, y lo que ha costado llegar hasta aquí, mina la moral de muchos corredores.
Al salir de Ronda nos cruzamos con Javi que está llegando ahora. Su cara es un poema, el sueño siempre ha sido su principal enemigo, pero ahora se que no va a rendirse. Conozco a Javi, y se que es una mula testaruda, tendrán que darle con un palo en la cabeza si quieren que abandone. Respiro, ahora me siento mejor conmigo mismo, pensar en Javi me remordía la conciencia.
El frió hace acto de presencia al amanecer, bajando la famosa Cuesta del Cachondeo. El campo tiene un fino manto de escarcha.
Camino de Benaojan nos saltamos un cruce. Con la charla nos hemos despistado, menos mal que un corredor consigue captar nuestra atención gritandonos desde lejos.
Tomamos el sendero que pasa por encima de la Cueva del Gato, y enganchamos con otro sendero que llega hasta la estación de Jimera de Libar. Esta parte es ideal para correr, es una chulada, pero no me apetece nada hacerlo. Me han salido un par de ampollas en una zona del talón donde nunca antes las había tenido, y me hago una sesión de mi famosa "pedicura", a lo bestia.
En la estación de Jimera veo a las mujeres de Evaristo y Jose Carlos. Les están haciendo el seguimiento día y noche con su coche, viviendo y sufriendo la carrera de otra forma. Ellas también forman parte de esta aventura, las ves cada tres o cuatro horas, en algún cruce, preocupadas por sus chicos, y animando al resto.
Subimos hasta Cortes de la Frontera, y volvemos a encontrarnos con todo el grupo, con los de Jarapalos, con Sergio K2 y con Antonio. Ellos están a punto de salir del avituallamiento, y nosotros vamos a comer un poco de pasta y a repostar agua antes de continuar.
En este puesto hay gente sentada en un par de tresillos, tapados con mantas. Han abandonado la carrera y esperan a que la organización los devuelva a Prado del Rey.
Desde Cortes hasta Villaluenga es un auténtico matadero. La montaña de roca caliza vuelve a cebarse con nuestros cansados y doloridos cuerpos. El problema no es el desnivel, lo duro es moverse entre las rocas.
Mi compañero Sergio lleva rato maldiciendo, pensando en abandonar, está pasando un bajón. Yo prefiero no quejarme, eso no va a allanar el camino,es mejor buscar la parte positiva de todo esto.
Le caliento la cabeza con mi filosofía del sufrimiento y el abandono, le pongo mil ejemplos, le narro situaciones parecidas, y por último le digo: -no tenemos otra cosa mejor que hacer que terminar esta puta carrera y regresar para contarlo.
Volvemos a pasar por el Puerto del Correo, pero esta vez de día. Las montañas que nos rodean son alucinantes, parecen órganos de una catedral de piedra, merece la pena volver a pasar por aquí, a pesar de las maldiciones de Sergio.
Llegamos a Villaluenga, kilómetro 107 de carrera, y nos reciben con una ovación. En el control nos cuentan que la gente va callendo como moscas, y que el número de retirados no deja de crecer.
Sergio no tiene muy claro continuar, dice sentirse feliz con esos 107km y que no necesita mas castigo. Así que le como el tarro para que siga conmigo al menos hasta Grazalema.
Nuevo cambio de ropa, algo de comida, y vuelta a la batalla.
Saliendo de Villaluenga nos volvemos a saltar las marcas, y esta vez nos damos cuenta al llevar un buen rato sin ver ninguna señal.
Una vez encontrado el camino correcto, comenzamos a subir monte arriba. Este tramo de la carrera se nos hace eterno y duro, saltando de roca en roca, buscando las marcas, volviendo a caer la noche, y Grazalema que no llega nunca.
De Grazalema a Benamahoma el camino es muy confuso. Nos pegamos a un corredor que dice conocer bien el recorrido porque lo ha entrenado varias veces. Y menos mal que lo seguimos, porque había zonas donde las marcas habían desaparecido.
El sueño se va apoderando de nosotros, y ese café que tanto necesitamos se ha acabado en Benamahoma. Nos dicen que en el control de El Bosque si hay café, así que ponemos el piloto automático y caminamos por el sendero paralelo al Rio Majaceite en dirección al siguiente control, en el kilómetro 134 de carrera.
Llega la gran sorpresa de la noche. Mi gran amigo Paco Contreras y su padre, "Super Paco", nos dan caza antes de llegar a El Bosque. Lo de este hombre es impresionante, ya me habéis leído mas de una vez contar sus azañas.
En el control tampoco queda café, así que nos despedimos de los Pacos, y seguimos en dirección a Prado del Rey.
De este tramo recuerdo poco, caminaba medio dormido, incluso llegé a soñar dos o tres veces. Abría los ojos y me veía caminando en modo automático. El camino era una pista amplia, con subidas y bajadas, muy monótono.
Llegando a Prado del Rey, vi que algún corredor seguía la carretera que llegaba al pueblo, pero las marcas te indicaban bajar en dirección Zahara de la Sierra, para luego subir una larga cuesta que te llevaba hasta la meta, en el centro del pueblo.
Ya en meta, recibo la chaqueta de finisher y el diploma, así como el aplauso de los poquitos voluntarios que se encuentran allí.
Como bien dice una frase de Mark Allen, impresa en el pasaporte Bandolero:
"Puede continuar y sus piernas le dolerán una semana, o puede renunciar y su mente le dolerá para toda la vida"
Por suerte, Sergio Medina terminó esta carrera, lo mas duro que ha afrontado hasta el momento. Antonio de Málaga, se pegó a Sergio K2 para llegar a una meta que el no imaginaba cruzar. Javi luchó como una fiera, y venció a la distancia y a los que no creyeron en el. Y Evaristo y Jose Carlos encontraron la gloria ,y a un par de mujeres cansadas, en la Plaza de Jose Antonio de Prado del Rey, a media hora del cierre de meta.
Mi enhorabuena a todos, por saber sufrir, y por no dejar que nadie os robe los sueños.
Fotos gracias a: Miguel Angel Pozo Morales.
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18 comentarios:
te sigo
Lo dejo para leer esta noche, así que comentaré otra vez.
De entrada, ¡¡¡qué fotos nocturnas y qué terreno!!!
Buena carrera y mejor crónica, Iván. Ahora toca reposar y seguir oyendo el eco de esos gritos de piedra.
Lo del Tío Paco...homérico. Una referencia para todos.
aiiiii mi chuli!!
saliste de Ronda con tu escudo por delante y volviste a Prado del Rey con él, aju, aju, aju.
Te he encontrado de causalidad leyendo el foro de los 101, ya que me la estoy preparando para hacerla por primera vez. Te sigo con tu permiso ya que tengo mucho que aprender de gente como tú. Espectacular la crónica y esa carrera al alcance de muy pocos.
Enhorabuena por la carrera a ti y a todos tus compañeros que tambien la consiguieron terminar, la cronica me ha encantado, la he vivido como si estubiera alli mismo. No consigo imaginar como puedes llevar al cuerpo a esos extremos y además superarlos, lo dicho: Felicidades por la nueva gesta conseguida.
Gracias a todos. Así da gusto escribir.
Mucha suerte a los que teneis una ultramaratón por delante, y recordad la frase de Mark Allen:
"Puede continuar y sus piernas le doleran una semana, o puede renunciar y su mente le dolerá para toda la vida"
Un abrazo.
Enhorabuena por la carrera, muchas gracias por tu BLOG (con mayúsculas)
José
Muy buena cronica casi me veo corriendo,pero todavia no empezaremos por Ronda.
Enhorabuena por tu Blog
Buena crónica y buen titulo, que me recuerda lo putas que lo pasamos saltando aquellas rocas, ufff!!!.
Un abrazo y nos vemos en la siguiente aventura.
Hola Ivan. Primero que nada darte la enhorabuena por ser finisher de este tremendo ultra sierras del bandolero. Me gustaria poder comentarte algunas cosas sobre este ultra con respecto al UTMB, pues como bien comentas en el web también has podido terminar con éxito. Si lo crees oportuno te dejo mi correo electronico "santivilafames@gmail.com" y si te parece bien me pasas el tuyo y te comento mis dudas y consultas. Muchas gracias y espero poder estar en contacto.
Lo dicho: ENHORABUENA!
"Ya van cayendo torres que algunos habían levantado antes de empezar, los números se distorsionan, la moral flaquea. Los frontales están encendidos, pero hay luces que se van apagando".
Muy buena esta frase.
Cuando la moral está alta, pensamos que nos comeremos el mundo y soñamos, o fantaseamos,con cosas imposibles, inviables desde que hemos aterrizado sobre la cruda realidad que marca el reloj o los kilómetros realizados.
Me gusta tu redacción porque emplea las palabras adecuadas para describir unas situaciones que no son comunes a todos los humanos, a un catalán o a un gallego, a un negro o un blanco...
Lo bueno es que cuando las espectativas coinciden con la realidad que estamos
viviendo, entones llegan las lágrimas de emoción... andar solo por el monte tiene la ventaja de que nadie te ve comportándote como un niño tonto.
Muchas gracias por tu crónica... es difícil seguir diciendo cosas bellas después de haber narrado un montón de carreras.
..."nos son comunes a todos"...
Gracias Suso. Lo bueno de escribir este blog es que la gente que suele leerlo "escucha nuestra música", y ya han pasado por situaciones parecidas o están a las puertas de hacerlo.
Mientras quede algo que contar seguiré escribiendo, y lo bueno es que ,en este mismo momento, hay cientos de pirados por todo el planeta poniendo su resistencia a prueba, así que de mommento el blog está a salvo.
Un abrazo y enhorabuena por tu reciente aventura.
Nunivak, te he enviado un e-mail.
FELICITACIONES HERMANO UNA VEZ MAS
YO AHORA MISMO ESTOY UN POCO BAJO DE MORAL PERO NO DESISTO EN SEGUIR TUS
PASOS Y ALGUN DIA HACER ESTA U OTRA ¨CARRERITA DE MONTAÑA¨
POR AHORA ME CONFORMARE CON VERLO EN TU BLOG.
SALUDOS A TODOS LOS QUE ESCUCHAMOS LOS GRITOS DE PIEDRA
Gracias Aza. De moral baja y esas polladas olvidate. Haz lo que te apetezca, si te apetece salir a correr hazlo, sino haz lo que mas te agrade. Yo corro porque ahora mismo es lo que mas me apetece hacer, mañana Dios dirá. Yo no puedo contagiar a nadie, ni convencer a nadie de que correr "es la hostia", porque para empezar comprendo que correr es duro, pero llega a enganchar de una manera brutal. Tu ya lo has probado, y ya sabes lo que hay, cuando quieras volver... hazlo, yo te ayudaré y te acompañaré siempre que pueda.
Muy buena crónica que he encontado por casualidad revisando literatura del UTSB. El año pasado me vi obligado a abandonar en Ronda con rotura en gemelo de mi pierna izquierda y este año lo voy a intentar por segunda vez, con más fuerza si cabe. Tres compañeros de nuestro club terminaron también,. pero dos de ellos dicen que no repiten.
Curiosamente veo que has puesto en esta entrada un par de fotos nuestras, pero para eso están, para compartirlas. Un saludo montañero.
http://clubmarathonnocturnis.blogspot.com.es/
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