lunes, 28 de noviembre de 2011

Partida de Poker contra el diablo.



Hoy he querido rescatar la genial crónica, escrita por mi amigo Mark Woolley, sobre su experiencia en la Badwater 135 del año 2010. Seguro que va a encantar a los que no la hayan leido, y a los que ya la leyeron en su día, es algo para volver a leer de vez en cuando.

Badwater 2010 por Mark Steven Woolley

En Badwater te dan una estaca de madera con tu número de dorsal marcado en ella, afilada y puntiaguda en uno de los extremos. El propósito de dicha estaca, según la organización, es para marcar el punto en el que te has quedado en la carrera por si necesitas atención médica y tienes que abandonar temporalmente. Cuando te hayas recuperado, regresas a la estaca y continúas tu curso. Sin embargo, según los atletas, el verdadero propósito de esta estaca es para clavártela en el corazón; por si mueres en el desierto, para que tu alma se quede libre y no se quede en el infierno de Death Valley (El Valle de la Muerte).

El Badwater ultra maratón de 135 millas (217 kms) de una sola etapa está considerada como la carrera de a pie más dura del mundo. La propia organización lo promociona como tal y nadie se atreve a discutirles eso. Empieza en el punto más bajo del hemisferio oeste, a 85 metros por debajo del nivel del mar, en un lugar conocido como Badwater (aguas malas) en Death Valley, California; y termina en los portales del camino que conduce hasta la cima de Mount Witney, el pico más alto de los Estados Unidos bajos. La dificultad de la carrera radica en las altísimas temperaturas que se experimentan aquí. Solo en el desierto de Libia en el Sahara han registrado temperaturas más altas. Death Valley es un lugar rodeado por altas montañas y esas mismas actúan como paredes gigantes que no dejan que el caluroso aire se escape, sino que forman unas corrientes de convección enormes que simplemente recirculan el aire, otra y otra vez, calentándolo hasta alcanzar temperaturas de 55ºC. El propio suelo, no solo calentado por el calor del aire sino también por los rayos del sol, suele alcanzar los 90ºC y el micro clima sobre el asfalto de la carretera se sitúa entre esas dos temperaturas. A veces pájaros caen aleatoriamente del cielo como piedras, muertos antes de pegar el suelo, sorprendido por uno de los corrientes de aire caliente que desprende del suelo del desierto. Los pobres pájaros se secan tan rápidamente que mueren mientras vuelan. No es exactamente un lugar que favorezca la vida, y menos aún, una carrera de a pie.




Es una carrera muy selectiva y para participar tienes que estar “invitado” por la organización. Como mínimo te exigen al menos 2 carreras de 100 millas acabadas, pero la realidad es que eso no es para nada suficiente, ya que son muchos los ultra corredores que quieren participar en esta prestigiosa carrera y la competencia que hay para conseguir un sitio significa que hay que tener un currículum deportivo muy extenso en cuanto a carreras de ultra distancia para que te consideren apto. Afortunadamente el año pasado acabé el Spartathlon en Grecia, de 246 kms, y eso por fin me acreditó suficiente para presentarme y ser seleccionado. Antes de formalizar la selección la organización te obliga a firmar un documento:

Estaré suficientemente entrenado, preparado y médicamente en forma para competir en este evento. Comprendo que las condiciones extremas de esta carrera, incluyendo pero no limitado a temperaturas en exceso de 130 ºF (55ºC), viento, polvo, altitud y temperaturas superficiales en exceso de 180ºF (90ºC) hace que el riesgo de deshidratación, males de altura, daño significativo a la piel, ampollas, agotamiento debido al calor, golpes de calor, accidentes de tráfico, fallo renal, daño cerebral y la muerte son posibles.

Y lo firmé sin pensarlo ni un micro segundo.

Pero esta carrera no se trata solamente del corredor. Para cruzar Death Valley tienes que tener un equipo de apoyo. En cualquier otra carrera, el equipo de apoyo marca la diferencia entre una carrera mas o menos exitosa, pero aquí en Death Valley, tu propia vida depende totalmente de ellos; sin ellos mueres.

Tuve la gran suerte de conocer dos mexicanos completamente locos en Spartathlon. Ambos son corredores de elite de ultra-fondo y ambos son grandes seres humanos que ahora están entre mis más íntimos amigos. Vicente Vertiz es artista, es el plus marquista de México en los 100 kms y es nada más que un torbellino de intensa energía positiva e alegre, imparable y sin fin. Es un alma libre que busca su expresión a través de sus pinturas y sus carreras de ultra-fondo y esta claro que vive su vida según sus propias reglas. Luis Guerrero es el gerente de una tienda deportiva, gana la gran mayoría de las carreras que hace y tiene una carrera como atleta excepcional, destacando con su 2º lugar en el American Gran Slam de las 100 millas en 2002. Luis es muy disciplinado, organizado y muy enfocado con sus tareas sin perder su humanidad o sentido de humor. Cuando estuvimos compartiendo cervezas después de Spartathlon el año pasado, mencioné que me gustaría correr Badwater y no me dieron tiempo a terminar la frase cuando ambos, Vicente y Luis, dijeron que si me seleccionaban ellos formarían parte del equipo de apoyo.

Junto con Vicente y Luis, Laura mi hija de 15 año también unió al equipo. Laura es muy dulce y simpática; a pesar de solo tener 15 años es muy madura, responsable, enfocada y con una energía adolescente que le da para superar cualquier obstáculo. Es más, me dijo que si me iba a los Estados Unidos, ella vendría también y sobre eso no hubo discusión. Soy un padre tremendamente orgulloso y afortunado de tener una hija así, pero ni yo me podía imaginar a lo que le iba a someter en Death Valley - No es normal hacer esas cosas.

El 4º miembro del equipo era Francisco García, mexicano de origen, viviendo en Los Ángeles y trabajando para el servicio de Correos. Le conocí por el foro de Badwater y los equipos de apoyo. Queríamos una cuarta persona para mayor seguridad y me puse en contacto con Fran por e-mail. Es un gran, gran tipo, siempre muy alegre, muy servicial, con una energía inagotable y con una sonrisa que parece que nunca desparece. Es maratonista, pero después de Badwater, ¡Sospecho que se va a meter en eso de los ‘ultras’! Lo veía en sus ojos, esa chispa de locura que solo los que la poseen pueden reconocer.

Como he dicho antes, soy una persona altamente afortunada de conocer y tener a esta gente tan apañada en el equipo de apoyo, y con el sentido de humor mexicano se denominó al equipo como “Team Cabrón”; cuando llegamos a Death Valley lo pintaron por todo el coche al lado de mi nombre y número de dorsal. Badwater es un evento por equipos, el corredor solo pone las piernas. Si el corredor logra cruzar meta, es por el trabajo del equipo; el corredor solo forma una parte de ello, una sola pieza de la maquinaria que denomina un equipo. Si falla el corredor falla el equipo y viceversa.





La carrera de Badwater tiene 3 salidas. Una a las 6 de la mañana, otra a las 8 y la tercera a las 10. Los más lentos empiezan en la ola de las 6, los intermedios a las 8 y los más rápidos a las10. La idea es que todo el mundo llegué a The Oven –el horno- al mismo tiempo. Yo formé parte de la ola de las 8 de la mañana, junto con el resto del Team Cabrón, el 12 de Julio de 2010. Nos encontramos a 85 metros por debajo del nivel del mar en el lago seco de Badwater, preparados para comenzar la batalla y para enfrentarnos al destino con el diablo en su propio campo de juego. La carretera aún estaba sumida en la sombra de la montaña, pero las temperaturas ya estaban a 38ºC. Posamos para un par de fotos y los distintos medios de comunicación nos grabaron para sus reportajes. En los EEUU, Badwater es un evento deportivo muy importante con considerable cobertura en los medios. Diez segundos antes de las 8 en punto, hicimos una cuenta atrás y la carrera dio comienzo, dándole la espalda a aquel maravilloso lugar formado por los brillantes cristales blancos de sal.

Correr por Death Valley es toda una experiencia. El desierto canta con su voz de sirena y desde que las primeras personas llegaron a explorar el valle en los años 1700 ha atraído a exploradores y pioneros, seducidos por su increíble belleza solo para traicionarles y reclamar sus vidas por haber sido tan atrevidas. Death Valley se nombra así porque muchas personas han perdido sus vidas aquí. Y este corredor de Badwater, también seducido por la voz de una sirena empezó su viaje por el Valle de la muerte lleno de ilusión de tener la prueba más importante y exitosa de su carrera atlética y cuando empezamos a correr, la idea de la muerte estaba muy, muy lejos de cualquier pensamiento que rodeaba mi mente.

Correr bajo esas condiciones significa que el ritmo es bastante lento y eso te permite charlar con los demás. Es curioso, los otras atletas no son rivales, al menos entre la gente con quien estaba corriendo el único rival era el desierto en sí y la camardería y el buen rollo entre todo el mundo me hace recordar porqué somos seres humanos. A lo mejor es porque todos somos almas parecidas o a lo mejor es simplemente porque tuvimos un rival en común. Hablé con todo el mundo, inicialmente con un Americano llamado Chris que ha terminado esta magnifica carrera 8 veces y en menos de 48 horas, lo cual significa que tenia 8 de las prestigiosas hebillas en su posesión. Chris era muy simpático y no paraba de darme consejos de cómo manejar la carrera, todo con su acento fuerte americano y en la manera que solo pueden hablar los yanquis. Me encantaba.





Luego paso un largo rato corriendo con James Adams del Reino Unido. 3 semanas antes James, junto con Tim Welch y yo pasamos 4 días entrenando juntos en el sur de España cerca de mi casa. James tiene un actitud hacia la vida que no he visto en muchas personas y ha elegido el mundo de ultra fondo para expresarse. A el no le interesaba los logros, las medallas, la fama o cualquier sentimiento superficial así relacionado. Lo que a el le interesaba era correr y correr al limite de lo que el era capaz. Le conocí en Spartathlon el año pasado y hacer Badwater era su sueño desde hace muchos años y todo su camino como ultra corredor hasta ahora estaba enfocado en que algún día, iba a emprender este viaje por el infierno de Death valley. Compartí el sueño con James y ahora vivimos parte del mismo juntos.

Pero correr bajo condiciones tan difíciles significa que cada dos kilómetros aproximadamente el equipo de apoyo tiene que mojarte con agua helada y atenderte. Ya no había sombra y las temperaturas rápidamente han alcanzado los 44ºC y ni hemos llegado a las 10 de la mañana. Mi hija Laura tenía el spray y me echaban agua helada encima mientras Vicente y Fran me pasaban botellas de agua fresca con sal añadida. Fran trabajaba en preparar las cosas y Vicente se ocupó de preguntarme lo que me hacía falta. Para la sal uso un producto que se llama Elite Water. Lo prefiero con diferencia a las pastillas de sal ya que siempre estas tomando sal con el agua que estás bebiendo. Después de un tiempo corriendo la carrera se asentó, y solo tuve contacto con los corredores que iban a la misma velocidad que yo, junto con sus equipos de apoyo, ¡y todos se cuidaban de mojar a todos los corredores! Estaba bebiendo una cantidad de líquido increíble: unos dos litros y medio por hora.

En las entrañas de la profundidad del valle, entre los vastos llanos de arena amarilla y las montañas multicolores completamente despejadas de vegetación parece que no crece absolutamente nada, pero hay vida. En el agua salada hay pequeños moluscos adaptados a las condiciones y hay plantas. No son muy abundantes pero arañan la vida en un lugar tan inhóspito. Parece que hay zonas que tienen un poco más de humedad que otros lugares y aquí crece una especia de arbusto bajo y con hojas pequeñas. Hay varias fuentes alimentadas por aguas subterráneas y así surgen los oasis que han sido convertidos en centros turísticas. También, y aunque parezca mentira, hay un sinfín de pequeños animales altamente adaptados al desierto, además de animales más grandes como los gatos salvajes de las montañas. Los animales que nos tenían más preocupados eran los escorpiones y las serpientes, que con un mordisco podrían poner fin a tu carrera.






Los primeros 80 kilometros de la carrera se desarrollaron bien, pero el calor es muy fuerte. Unos 50ºC. Pasamos Furnace Creek en unas 3 horas y entre aquí y Stovepipe Wells pasé a Tim Welch, otro amigo con quien he estado entrenando previamente. Tim ha perdido 20 kilos para estar aquí y aunque no es el corredor más rápido del planeta es muy fuerte y tiene un afán de superación increíble. La BBC estaba obsesionada con él ya que estaba también intentando recaudar fondos para la investigación en la diabetes. Su hija de 7 años padece de esta enfermedad.

Vicente también tenía el sueño de correr por Death Valley y estaba aprovechando el momento y corriendo tramos conmigo, teniendo cuidado de no pasarse ya que sabía que iba a necesitar sus cuidados más adelante. Me encantaba su alegre compañía.

En Stovepipe Wells paramos media hora para refrescarnos en la piscina y antes de seguir corriendo me pesé. 65 kgs. Perfecto. Pero algo no iba bien, a pesar de estar en mi peso ideal y por tanto debo de haber tenido el estado de hidratación ideal tenía el estomago muy hinchado, con una sensación de malestar que me resulta difícil de explicar. Tenía como un nudo en el estomago que no dejaba pasar el liquido al cuerpo. No le hice mucho caso y seguí, después de todo el peso era correcto. Pero mirando hacia atrás se queda claro que mi sistema digestivo ha tomado una parada. Después de 10 horas, procesando unos dos litros y media de liquido por hora ha dicho basta, y se cerró el estomago y no dejaba pasar el precioso liquido a mi cuerpo y empezaba la cuenta atrás con mi cita con el diábolo.

Al salir de Stovepipe Wells la carrera sigue una cuesta con un desnivel de 1500M hasta Towns Pass y a pesar de no tener una pendiente muy pronunciada me ví obligado a caminar. De frente tenia una de esas famosas corrientes de convección de Death Valley. El viento soplaba a unos 30 a 40 kms por hora y para colmo, directamente a la cara; pero en realidad ese no era el problema. El problema de verdad eran los 47ºC y a pesar de que el sol ya ha bajado el calor seguía tan fuerte como antes y con un efecto secador bestial. Caminaba cada vez más lento y empezaba a tener dificultad con mi equilibrio. Cuando llego al coche de apoyo pedí la silla y me senté. Al rato salí otra vez y el coche de apoyo se avanzó otros dos kilómetros a la espera de que llegase. Me encontraba muy mareado, tanto que de repente tenía que sentarme y en seguida tumbarme en el suelo seco y abrasador del desierto. El mareo seguía y no tenía más remedio que vaciar el contenido de mi estomago en un acto totalmente involuntario y sin control. Ahora varias personas estaban encima de mí, muy preocupadas e intentaban cuidarme en la medida posible. Era el equipo de apoyo de Dave Corfman formado por Kyle Fahrenkamp, Gail Lance, Dan Corfman (el hermano gemelo de Dave) y Phil Rosenstein. Pasaba el coche médico y pidieron asistencia. Los médicos (Jeff y Kim) llegaron en seguida mientras los otros buscaban mi equipo de apoyo. Parece que llegaron en nada pero aparentemente tardaron un tiempo en encontrarles. Creo que perdí el conocimiento. Los médicos dejaron instrucciones de que descansara algo y que bebiera muchos líquidos y de que si seguian los problemas habría que ir al hospital. Me tumbé en el coche e intenté beber. Después de media hora decidí intentarlo de nuevo.





Vicente estaba muy preocupado y decidió acompañarme ya que no andaba nada bien. El coche de apoyo me esperaba a un solo kilometro como medida de seguridad. Era las 12 de la noche y aun marcaba 47ºC. ¡La temperatura no ha bajado absolutamente nada! Andaba borracho y muy, muy lento. Cuando llegó al coche me sente en la silla y me caí mareado otra vez al suelo, esta vez sin poder controlar la caída. Enseguída vomité de nuevo y me quede tumbado en el suelo del desierto en un charco de mi propio vomito completamente incapaz de moverme. Estaba totalmente fuera de juego. Miraba a Luis y por un instante no dijo nada, pero veía en sus ojos todo lo que quería decir. No hacía falta decir nada. “Estas jodido chico” dijeron sus ojos. Luis sacó la estaca y por un momento me imaginé que me la iba a clavar en el corazón, cuando lo clavó con un golpe seco en el suelo donde había caído. “Vamos al hospital Mark. Estás mal” dijo. Internamente estaba muy cabreado a la injusticia de todo esto y la brutalidad del desierto pero no tenía ni fuerzas para protestar.

En el hospital de campo en Stovepipe Wells me chequearon y me pesaron. Todo era correcto menos una pérdida de 5 kilos de peso y los síntomas evidentes de no poder mantenerme a pie, constantes mareos y la incapacidad de enfocar mis ojos. Estaba altamente deshidratado y me obligaron a una parada hasta que hubiera recuperado al menos 3 kilos del peso perdido. Luis empezaba a darme vasos de isotónica como un padre con un niño chico, obligándome a beber. A pesar de mis protestas de que iba a vomitar de nuevo, el precioso líquido, lleno de sales quedo dentro de mí y mi cuerpo empezaba a absorberlo. Poco a poco, muy poco a poco, recuperé el peso y me encontraba algo mejor. Empezaba a pensar que no todo estaba perdido y que esa carrera aun no había terminado.

Después de 3 horas hidratándome llegó Jack Deness, un corredor del Reino Unido de 75 años, una leyenda viviente y todo un personaje. Ese era su 12º Badwater y ya tenía el record de la persona más mayor de haberlo terminado con 70 años. Jack también estaba malo y se tumbó en otra de las camas. Pasó otra media hora y por fin convencí a Luis de que tenía que regresar a la carrera. La barrera de tiempo estaba muy cerca de cerrar y no quería quedarme fuera de ella. Di la mano a Jack, le deseé todo la suerte del mundo y le dije que nos veríamos en la meta. Absolutamente nada de rendirse. Muchas veces en un ultra maratón no se trata de cómo corres, o a qué velocidad, ni de cuánto corres, sino cuantas veces eres capaz de levantarte del suelo.

Al salir del hospital hablé con Laura, mi hija. Estaba asustada y estaba pasando su propio bajón. Solo tiene 15 años y acaba de ver como toda la furia del desierto ha arrojado su padre al suelo en un acto clínico, brutal y sin piedad. Ella también ha pasado todo el día en los 50ºC y eso estaba pasándole factura a ella también, a pesar de no haber corrido. Le dije que descansara y que durmiera en el coche. Mañana por la mañana reevaluaríamos la situación, y sobre todo que no se preocupase por mí. Estaba con 3 hombres súper competentes y que le iban a cuidar, pero su miedo no era por ella, estaba enfocado en mi.

Cuando regresamos a la estaca empecé a caminar, otra vez con Vicente, el magnífico Vicente que se dedicó a cuidarme en la carrera durante el resto de la noche, siempre a mi lado, siempre vigilándome y con Fran dedicándose a preparar las bebidas y la comida. Luis se dedicó a conducir y cuidar a Laura. Únicamente caminamos con el objetivo de acabar dentro del límite de 60 horas. Calculamos que si mantenía una velocidad de 5 kms a la hora podría entrar y acabar. Empecé la carrera con ideas mucho más grandes, de hacer una marca mucho más rápida pero el desierto decidió darme una lección en humildad y ahora solo pensaba en la posibilidad de terminar. Había que terminar, sí señor, eso era el nuevo objetivo: terminar.


Pero a medida que iba subiendo Towns Pass refrescó y afortunadamente me sentí mucho mejor y hasta mi apetito volvió. Comí un poco y a medida que desarrollaba las últimas horas de la noche, empecé a sentirme cada vez más fuerte. Llegamos a Towns Pass, a 1500M por encima del mar, justo antes del amanecer. Solté el freno y empecé a correr cuesta abajo, aprovechando la inclinación. Sobre esta hora Laura también me dijo que se sentía mucho mejor y que también ha pasado su bache de la noche. Vicente subió al coche otra vez, satisfecho de que he pasado lo peor y me dejaba correr por libre. Y que libre me sentí. El aire fresco de la mañana me dio nueva vida y combinado con la comida, que ahora estaba comiendo, la velocidad a la que corría era más que decente y ya empezaba a alcanzar y pasar a otros corredores. El animal corredor que llevo dentro, que llevo dentro de mí, producto de mis antepasados ancestrales estaba despertando de su profundo sueño. El animal que me abandonó en la noche ,cuando el desierto me arrojó al suelo, ha vuelto por fin. No estaba todavía despierto del todo pero sentí su potente y salvaje presencia, estaba allí y aunque no lo sabía en ese momento me iba a acompañar durante el resto de la carrera.

En poco tiempo estaba corriendo al lado de Brendan Mason, de Australia. Brendan me dijo que su próxima reto era cruzar el canal del mar entre Inglaterra y Francia nadando. ¡Qué alegría estar entre otros locos! Comentamos que nos interesa pasar el siguiente valle antes de que se levantara el sol porque al otro lado del valle nos esperaba otra cuesta como Towns Pass. Tuvimos en mente los 50ºC grados de ayer y no nos apetecía tener que subir otra cuesta con tanto calor. En poco tiempo me despedí de Brendan y corrí hasta llegar al siguiente control de Panamint Springs. El cierre de control en Panamint Springs era de 30 horas y llegué en 24:22, unas 5 horas y media dentro del límite. El equipo de apoyo insistió en que descansara, que durmiese un poco, pero me limité a comer algo y arreglar los pies. Pero no les convencí de que me había recuperado definitivamente de mi bache de la noche anterior y que me sentía fuerte. Veía en sus ojos que no estaban convencidos y que seguían muy preocupados por mí. Eso no es de extrañar ya que ver una persona tumbada en el suelo en el charco de su propio vómito dos veces seguidas da lugar a preocuparse. Pero lo que no sabían, porque yo era la única persona en todo el desierto que lo sabía, era que el ancestral animal corredor estaba ya a mi lado y estaba a punto de liberarse. No les dí más oportunidad de discutir y empezé la marcha cuesta arriba hasta Father Crowly point y ellos no tenían más remedio que seguir conmigo.



Pero el calor del día anterior no llegó. Subiendo la cuesta la temperatura no estaba tan mal como me había imaginado y subía con alegría y soltura. No corrí a propósito; solo caminaba a pesar de sentir el potente animal a mi lado, pidiendo que lo soltara, porque me preocupaba la hidratación y no quise volver a caer en la misma trampa que ayer. A veces hay que saber controlar ese animal a pesar de su potencia. Cerca de la cumbre, volví a cruzarme con Brendan. Me pasó cuando mi equipo me obligaba a una parada en Panamint Springs. El me dijo que iba a intentar bajar de las 48 horas y recibir la hebilla prestigiosa, pero yo le dije que solo pensaba en terminar, que anoche pensaba que todo estaba perdido, que con terminar me doy por satisfecho. Su pacer, Greg, decía que debo reevaluar mi meta, pero no me dio tiempo a pensarlo porque el animal a mi lado ya ha tomado la decisión por mí. ¡Vamos a correr y correr fuerte!

Y así fue, la liberación del animal me hizo sentirme completamente libre también y empezaba a correr con una soltura difícil de explicar en los llanos que llegan a Darwin Pass. Cada 2 kilómetros veía el equipo de apoyo con Fran, Vicente, Luis y Laura y parece que ellos mismos se habían dado cuenta de que me había recuperado de verdad. Correr así era una delicia y las temperaturas solo oscilaban entre 35 y 40 ºC, todo un lujo. Sin embargo, no perdí la cabeza y controlaba la velocidad a propósito para no perder más liquido del que estaba poniendo dentro. Ya he visto que mi sistema digestivo no podía manejar 2 litros y medio por hora sin estrellarse y me limité a una velocidad que me permitía mantener hidratado con el paso de un litro por hora. Eso era lo que me parecía prudente.

Al llegar al control del cruce a Darwin, a 90 millas (144 kms) volví a cruzarme con Chris, con quien había compartido una conversación al principio. Intercambiamos unas palabras pero mis piernas no querían frenar y seguía adelante. Después de unos kilómetros empezaba a correr al lado de Joe Judd y su pacer Mandy Miller, dos americanos súper simpáticos que iban más o menos a la velocidad que a mí me parecía cómodo. Charlamos de todo y de nada, simplemente disfrutando el momento en compañía de espíritus libres parecidos. Pero después de un par de horas así, la bestia a mi lado empezó a cantar en su lenguaje ancestral y tenía que correr más. Lone Pine estaba a unos 30 kms de distancia y 21 kms después, a 2500M por encima del mar, cuando se acaba la carretera, estaba la meta. La noche estaba llegando y las temperaturas se empezaban a suavizar, nada del secador del pelo gigante de la noche anterior y me despedí de Joe y Mandy y empezaba a correr como si fuera la única cosa que mi cuerpo sabía hacer. La sensación de correr libremente sin ningún tipo de freno era espeluznante en un entorno tan salvaje como el desierto en que me encontraba y hasta mi propio equipo casi no creía lo que estaban observando. ¿Cómo era posible que ese tío que estaba tumbado en un charco de su propio vomito, que ni pudiera mantenerse de pie la noche anterior y ahora estaba corriendo como una bestia? Si digo la verdad, tampoco lo entiendo pero a veces no hay nada que entender, solo vivir el momento y dejarte ir con esa criatura salvaje que cantaba desde la profundidad del tiempo, que corría a mi lado y que no da explicaciones a nadie.

Ahora, en vez de cada 2 kilómetros el equipo de apoyo estaba esperando a cada 4 porque no les daba tiempo suficiente para organizarse y descansar. Fran era el único que salió del coche, siempre disponible hasta el último momento dándome bebidas frescas en cada momento y con la sonrisa interminable que llevaba. Era un héroe para mí.

Pasé el pueblo de Keeler en un abrir y cerrar de ojos y llegué a Lone Pine 38 horas y 20 minutos después de haber salido, lo cual me dio 21 horas y 40 minutos para los 21 kilómetros de cuesta arriba que me quedaban, o más concretamente 9 horas y 40 minutos para conseguir la hebilla de los sub 48. Claramente estaba a mi alcance.





Vicente tenia ilusión por hacer la ultima media maratón conmigo y los dos nos pusimos a caminar a ritmo alegre cuesta arriba. El animal ancestral a mi lado, después de haberme acompañado todo el día decidió que eso ya era suficiente y se fue. Podría haberle llamado para que regresara cuando quisiera, pero ha hecho su trabajo y le dejé ir. Supongo que regreso al pasado y sé que estará allí la próxima vez que lo necesite. Había partes de la cuesta que eran perfectamente corribles, pero seguimos caminando a paso ligero. Rasgar unos minutos más de la marca no tenía sentido y seguimos en la oscuridad de la noche juntos cuando escuché algo que no he escuchado en mucho, mucho tiempo. Era agua. Al lado nuestro había un río, formado por el deshielo de Mt Whitney y estaba haciendo el dulce ruido de una cascada que levantaba el alma. ¡Qué alegría escuchar agua! El contraste era brutal, desde las profundidades de Death Valley hasta el lado de una montaña donde crecían arboles y donde corría agua. Simplemente increíble. Pero no nos podíamos detener mucho y tuvimos que seguir.

Y seguimos, y seguimos, curva después de curva en una subida que parecía no tener final. Después de cada curva esperamos ver la meta solo para ver otra curva hasta que por fin vimos unas luces y nuestro querido equipo de apoyo. Sacamos las banderas española y británica, nos abrazamos y cruzamos meta todos juntos, todos unidos por un momento en el tiempo que nunca olvidaré en toda mi vida. ¡He acabado el Badwater ultramaratón!

Justamente después de haber acabado, cuando el director de la carrera Chris Kosman estaba colgando las medallas en mi cuello vi a James Adams. James ha acabado la carrera unas 3 horas antes y ha decidido esperar en meta, arropado por unas mantas hasta que todos sus amigos han entrado en meta. Yo era el último. Eso dice mucho de James y simplemente decir aquí que tiene mi respeto como ultratleta, ser humano y amigo. Es todo un caballero. Tim Welch, otro amigo también, termino en unas 44 horas pero como salió 2 horas antes que yo, entró unos 10 minutos antes. Nadie había esperado una recuperación tan fuerte por mi parte (porque no conocen el animal salvaje que me acompaña en estos momentos) y como él estaba reventado se fue a su hotel.




Reflexiones:

Tardamos 42 horas y 36 minutos y 39 segundos. Digo “tardamos” en vez de “tardé” porque no hice eso solo. Badwater es un trabajo en equipo y sin el equipo de apoyo morirías en Death Valley antes de cualquier otra consideración. Por el equipo de apoyo estoy eternamente agradecido. Laura mi hija, Vicente, Luis y Fran. Las palabras no hacen justicia para lo que quiero decir en gratitud a vosotros. Me habéis ayudado en alcanzar uno de los sueños de mi vida: correr la Badwater ultramaratón.

Correr ultra maratones es como vivir la vida. En los momentos más bajos, cuando se pierde toda esperanza hay que seguir. El simple acto de poner un pie adelante del otro significa que te estás moviendo y con el paso del tiempo las circunstancias cambian. Si has seguido, si no te has rendido, si no has abandonado y hundido en tu propia miseria estás en situación de aprovechar las nuevas circunstancias y triunfar. Pero solo puedes triunfar si sigues allí.

A las 59 horas y 15 minutos llegó Jack Deness, el señor de 75 años. En la ceremonia post carrera no tuvo tiempo ni de cambiarse de ropa y cuando entró en la sala, todo el mundo se puso de pie y le aplaudieron. Es mi intención seguir como Jack.

Y por fin, me gustaría compartir con vosotros algo que escuché en Death Valley en respuesta a unos no corredores cuando preguntaron porque lo hacemos. La respuesta era algo así: “Cuando ves una persona bailando pero no escuchas la música, te parece incomprensible esa persona, incluso te puede parecer completamente loca con tantos movimientos tan raros. Solo cuando escuchas la música puedes entender a la persona que baila”. Para entender a un ultramaratonista solo hay que escuchar la música.



Cronica de Laura Woolley Dominguez. Equipo de apoyo e hija de Mark Steven Woolley.

Sabía que mi padre estaba loco, que le faltaban un par de tuercas allí arriba… pero después de Badwater he llegado a la conclusión de que le hace falta visitar un médico o algún psiquiatra… quizás deberían ir haciéndole espacio en el manicomio. Y es que sí, hay que estar verdaderamente loco (o borracho hasta las trancas) para enviar una solicitud a Badwater.
Es una carrera que te lleva al extremo, un juego contra el diablo en un horno abrasante. Tal es el nivel de calor que consumir 2 litros de agua a la hora no es algo raro; no se puede sobrevivir en esas condiciones solo. El corredor depende enteramente del equipo de apoyo que le sigue.
No es tarea fácil, ni para el corredor ni para el equipo de apoyo. El corredor pone las piernas, el equipo lleva el peso. Si piensas que en Badwater el corredor es el único que trabaja, estás equivocado.
Cuando el corredor sufre, el equipo sufre; cuando el corredor fracasa, el equipo fracasa. Badwater no es una carrera en solitario: es una carrera en equipo, un equipo del cual depende tu vida. Como parte del equipo de apoyo no solo tienes que cuidar de tí mismo, debes también asegurarte de que al corredor no le falte de nada. Como dije antes, mi padre está loco, pero ¿quién está más loco aquí? ¿El loco que corre Badwater o los que siguen al loco? Yo creo que lo último. Acepté el reto de Badwater pensando que sería algo fácil y una nueva y divertida experiencia, sin tener idea de que me metía en la boca del lobo. Cuando a uno le mencionan ‘50º C’ piensa: “Buff… hace calor allí entonces, ¿no?”. ¿Calor? ¡calor es poco! Lo que uno se encuentra en Death Valley es un HORNO. Uno no puede describir con palabras lo que se siente al estar 13º C por encima de la temperatura corporal; es algo indescriptible, inimaginable, INHUMANO.
La distancia no fue un reto.
La falta de sueño no fue un reto.
Beber 2 litros de agua cada hora no fue un reto.
El único y verdadero reto de Badwater es el CALOR.
Aquellos que encienden el aire acondicionado a la primera de cambios que den media vuelta y se busquen otro sitio, porque Badwater no es lugar para niñitas colegialas asustadas de sudar un poco. Es por esto que el equipo es IMPRESCINDIBLE. Y sí – fue duro. Sí – lo pase mal. Sí – el calor fue insoportable. Pero sí – fue una experiencia increíble. Como dije antes, cuando el corredor sufre, el equipo sufre; Cuando el corredor fracasa, el equipo fracasa. Pero cuando el corredor está animado, el equipo está animado; y cuando el corredor triunfa, el equipo triunfa con él. Cuando nos dimos cuenta de que podíamos completar la carrera en menos de 48 horas nos entro a todos un ‘subidon’ de adrenalina por el cuerpo, no solo por el hecho de pensar que podríamos regocijarnos en la comodidad de una cama antes de lo previsto, si no por la idea de que podríamos completar uno de los ultra-maratones más extremos y difíciles del mundo en menos de 48 horas.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Scott Jurek, probablemente el mejor.



Cuando hablamos de ultrafondo, cada persona hace una asociación mental inmediata e inconsciente sobre dicho concepto. Para unos representa la prueba de 100km en ruta, para otros los ultra trails por montaña, otros dirán que las pruebas de 24h o 48h en pista,y cruzando el charco pensarán en las 100 millas.
Si mencionas esta palabra en presencia de Scott Jurek, en su mente se formará una imagen abstracta, a modo de "collage", con retales de asfalto, tartan, tierra y roca.

Scott, posee el historial mas sorprendente y completo del ultrafondo actual. Tan solo el griego Yiannis Kouros puede hacer sombra a sus cifras. Sus tentaculos se extienden por senderos, carreteras y circuitos cerrados, con igual brillantez.

Y a estas alturas algún lector se preguntará ¿y quien es ese Scott Jurek?
Cuando Scott era un chaval, su madre contrajo esclerosis múltiple, y despues de clase cuidaba de ella y hacía las labores de la casa, mientras su padre estaba trabajando. Esto reducía su tiempo libre practicamente a cero, así que para cuando salía a correr al monte con sus compañeros, era incapaz de alcanzarlos, y todos se reían de el. Incluso entrenando mas duro que ellos, nadie se podía explicar porque era tan lento. Su madré se fué deteriorando y tuvo que ser internada en un centro de cuidados especiales. Así que de repente, Scott se encontró con las tardes libres y con un montón de presión emocional que soltar corriendo por las montañas.
Cuando mas falta le hacía, encontró un amigo, un corredor ambicioso y competitivo que le pidió que le acompañara a una prueba de 50 millas en Minnesota. Para Scott era su primer ultramaratón, jamas había corrido ni siquiera la mitad de esa distancia, pero ese día corrió como nunca antes, superando a su amigo, y entrando en meta en segunda posición. Aquel día descubrió que todas esas burlas de sus compañeros, toda esa agonía de ver el sufrimiento de su madre, toda esa frustración por ser tan lento, le habían otorgado un don especial. Para cuando el resto de corredores comenzó a notar sintomas de dolor y fatiga, Scott no sentía nada, llevaba tanto tiempo conviviendo con esas dos sensaciones, que ahora ya no eran algo extraño, ahora eran sus aliadas.



Años despues, Scott era invencible. Sus gritos, aullidos y alaridos, justo antes del comienzo de la Western States 100, dejaban desconcertados y perplejos al resto de corredores. En los puestos de control lanzaba golpes de Kung-fu al aire, dejando atónitos a los voluntarios, y para cuando llegaba a meta, en primera posición, hacía rodar su cuerpo por el suelo. Disfrutaba como un loco de la carrera. Pero eso no es todo, cada año, al llegar a meta, Scott, en vez de irse a la ducha y a dormir a un hotel, se metía dentro de un saco de dormir y esperaba sentado en meta a que llegaran todos y cada uno de los corredores que lograban acabar la prueba, y todos eran recibidos por sus aplausos y gritos, desde el segundo hasta el último del día siguiente. Scott ganó esta prueba durante siete años seguidos, y aún posee el record de la misma.

Un mes despues de ganar la Western States 100 del año 2005, se le escuchaba aullar en la salida de la Badwater 135, una de las pruebas mas duras del planeta. Sus 220km y las temperaturas que rondan los 50ºC , hacen de esta prueba algo realmente inhumano. Scott salió disparado, con sus alaridos de costumbre, pero poco a poco, el sofocante calor le fué haciendo mella. Para cuando llevaba 60 millas, su cuerpo era un amasijo de vómitos, sudor y saliva, desplomado a un lado de la carretera. Varios corredores lo adelantaron, y se vió frustrado y sin esperanza alguna de poder continuar. Ni siquiera su eqipo de apoyo se molestó en darle animos al ver su estado.
Así que Scott se quedó allí tumbado, pensando en que no había nada que pudiera hacer, ¿o había algo? ¿y si comenzaba de cero? ¿y si imaginaba que se acababa de despertar y estaba de nuevo en la salida? Despues de retarse a si mismo, se levantó, comenzó a correr y destrozó el record de la prueba con 24 horas y 36 minutos.

Scott ganó tambien la prueba al año siguiente. Ha ganado tres veces consecutivas la Spartathlon de Grecia, la prueba mas exigente y emblemática del ultrafondo en ruta, con sus 246km entre las ciudades de Atenas y Sparta. Y el año pasado, 2010, quedó segundo en los campeonatos del mundo de 24h batiendo el record de EEUU con 266km.
Poner el palmares completo de Jurek ocuparía mucho espacio, así que me lo ahorro.

Seguramente no es el corredor mas famoso, ni mediático, ni el mejor pagado, pero es el que tiene el historial mas sorprendente de la última década, y aún sigue dando guerra en la actualidad. Su bestia negra es el Ultra Trail du Mont Blanc, la prueba que no ha conseguido doblegar, pero todo superheroe tiene su kriptonita, así que habrá que dejarselo pasar.





martes, 22 de noviembre de 2011

Kilian en Canal+ Francia.

Os dejo este reportaje sobre KIlian producido por Canal+ Francia. En el pais vecino se toman mas interes por KIlian ,y nuestro deporte, que en el nuestro. Una pena.

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lunes, 21 de noviembre de 2011

Sergi, el nomada del kayak.


Esta noticia aparecía en el periodico digital Laverdad.es del 30 de Julio de este año 2011:

Empezó con una idea similar a la de Christopher McCandless en la película 'Hacia rutas salvajes', de vivir en armonía con la naturaleza y le sucedió como a Forrest Gump, que empezó a correr y no pudo parar hasta recorrer Estados Unidos de costa a costa. En este caso, a bordo de un kayak. Sergi Rodríguez emprendió un viaje de película, casi sin querer, que se ha convertido en una larga travesía lejos de la sociedad, sin más fin que encontrarse a sí mismo y sentirse en armonía con la naturaleza.
Partió el pasado 11 de junio desde Argeles Sur Mer, un pueblo cercano a la frontera costera entre España y Francia con la intención de pasar un mes bordeando la costa con su kayak, para dormir en playas tranquilas y disfrutar de la Costa Brava. Pero una vez llegó a Castellón, «sin saber bien por qué» siguió el viaje hacia el sur, indicó el joven. Ayer hizo escala en Alicante con 680 kilómetros a la espalda, 49 días de ruta y una mochila llena de aventuras que, por lo que parece, seguirá llenándose.
Sergi Rodríguez es un joven catalán nacido en Granollers hace 27 años. Estudió Ingeniería Mecánica en Barcelona, Inglaterra y Alemania. En el país germano vivió cuatro años y acabó la carrera. Se especializó en energías renovables y medio ambiente, su verdadera pasión, la naturaleza. Al término de sus estudios, decidió emprender un viaje de fin de carrera diferente. Aquejado de molestias físicas en los pies y las rodillas y guiado por su amor por el mar, decidió invertir en un kayak como medio de transporte. «Tras años de estudios y trabajo me entraron ganas de desvincularme de todo. Creo que la felicidad no se encuentra en el dinero que tienes o pretendes tener, sino en vivir en armonía con sí mismo y con la naturaleza, que es la que nos da la vida», explicó el navegante, a lo que añadió «recorriendo la costa desde el mar se ve cómo el hombre llena todo de edificios y eso hace daño a los ecosistemas».
Con esta máxima, llenó su kayak con los utensilios básicos: una tienda de campaña, un neceser de aseo personal, algunos objetos para pescar, un camping gas, un libro y una cámara de fotos sumergible «de las de carrete», concretó. El presupuesto: «lo poco que ahorré trabajando durante los años de carrera y el cariño de la gente, ya que cada vez que llego a un sitio y explico el viaje, me invitan a sus casas y me ofrecen comida».




Pues resulta que apurando los dias de playa, un domingo a primeros de septiembre, quedamos con varios matrimonios de amigos para pasar el día en la playa y hacer una barbacoa. Y mientras charlaba sentado en la arena, vi pasar cerca de la orilla a un chico en un kayak. Al ver el petate que llevaba amarrado sobre la embarcación, pensé que vendría de lejos, y mi reacción fué gritarle para llamar su atención y preguntarle, entre voces y gestos, si quería comer. Al verlo maniobrar y acercarse, me fuí a ayudarle a sacar el kayak del agua, y comencé a hablarle en ingles, ya que por su aspecto pensé que era extranjero. Así que nos sentamos, abrimos unas latas de cerveza, y mientras el comía algo (de todo menos carne), yo le hacía cantidad de preguntas sobre su aventura.
Sergi, me pareció una luz al final de un tunel, en una sociedad marcada por la generación NINI (ni estudio ni trabajo), plagada de caraduras televisivos que viven del cuento y de vender sus vergüenzas al mejor postor. El, con la valentía de salir al extranjero a estudiar, sacar una carrera en dos lenguas que no son la suya, y con esas ganas de sacar el jugo a la vida y lanzarse a la aventura en un simple kayak, es como un espejo en el que muchos jóvenes, y otros no tanto, deberían mirarse.



A día de hoy, nos hemos encontrado en Facebook, y me cuenta que sigue su aventura, y que ya está por tierras gallegas. Ya veis, y salió a dar un paseo de unos días cerca de casa!! Para mi sorpresa, me comenta que escribió en su blog sobre nuestro encuentro, y he pegado el trozo que me dedicó (en ingles, ya que va alternando sus entradas en castellano, catalan e ingles):

"a big family from La Linea shouts at me very energetically, and asks me to stop if I am hungry, and join them for a meal. Laughing I cannot deny. I can hardly step out of the kayak that each of the members is introducing themselves and I receive kisses from all the women. It happens so quickly that i already find myself sitting with them with a plate full of food in front of me and thousand questions in the air. One of the members, Ivan, practises running with incredible passion. It remembers me to Juli, also an addicted to this sport, or way of living. Ivan has an interesting blog called "occasional nomad". So it is very easy to share points of view and opinions with him. When I leave they sing to me "Adios con el corazon", which is very emotive.How many presents I think... all these livings are very beautiful and i feel grateful for all of them."


Blog de Sergi: gramyege.blogspot.com

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viernes, 18 de noviembre de 2011

El Zen del correr



Hoy traigo un libro. Escrito por Fred Rohé en pleno "Boom" del correr en los setenta, con todo el espíritu "hippie" que se pueda otorgar al arte de correr. Es corto, fácil de leer, sin tecnicismos, llevándonos a una conclusión : no salgas a correr sin más, sal a disfrutar.

Dejo la versión traducida al castellano, y un enlace donde podeis descargar el original en inglés. Muchas páginas son fotos en blanco y negro, pero no las pongo para ahorrar espacio. Las fotos, al que le interesen, puede verlas en el enlace al libro original en inglés, al final de la entrada.
Espero que os guste.

EL ZEN DEL CORRER

Las 4 primeras pag son de fotos, en blanco y negro, y presentación de la editorial.

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En el invierno 1969, después de aproximadamente nueve meses de carreras regulares, yo visitaba a mi amigo Reps, un escritor de libros poeticos sobre la vida (Zen Carne, Zen Huesos; Diez Modos de Meditar; Los Nuevos Usos del Instrumento Humano).


-" Quizá deberia escribir un libro sobre running" -- le dije.
-" Quizá deberias esperar" -- contestó.
-"OK. No he ganado el derecho de escribir tal libro aún. Debería esperar unos tres años. "

Pero lo hice. Escribí la primera versión esa tarde, allí en la isla de Hawai, delante de la ventana de Reps mirando montaña abajo hacia los verdes campos de caña de azúcar hasta el azul Pacífico, utilizando el alfeizar de la ventana como mesa.


Ahora es el otoño 1973 y he sido un corredor regular durante más de cuatro años. El libro ha sido aumentado por varias explosiones creativas cortas, intensas, después de unos particulares e inspiradores paseos sobre mi pista de correr favorita, la playa del océano de San Francisco. Parece que he ganado el derecho de presentar El Zen de la Carrera. Esto realmente expresa la alegría de la carrera.

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Esta experiencia es una forma recién descubierta de meditación o un camino más, para que te descubras a tí mismo, así que te sugiero que alegremente, exhultantemente, realices una carrera corta. ( Corto podría ser 10 yardas ó 10 bloques - eso lo decides tú.)

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Realiza tu carrera en la zona donde más aire limpio que puedas encontrar. Ve con tan poca ropa como te sea posible, para que te repongas bañado por el sol y el aire.


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Si hay una playa o un parque sin mucho cristal roto, corre con los pies desnudos. Esto te da un masaje en el pie que estimula todos las terminaciones nerviosas en las plantas de tus pies, que a su vez estimulan todos los órganos de tu cuerpo. Al ir con los pies desnudos también te conectas con la tierra, este contacto directo con la Gran Madre Tierra implica que se establece un equilibrio eléctrico entre tú y el planeta.


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En esta danza de júbilo que es tu carrera, aspira profundamente por la nariz y suelta el aire poco a poco por la boca.


Podrías hacer 4 pasos inspirando, y sueltas el aire en el quinto paso. La forma de contar es RITMICA - no sería de 4/1, sino 2/1 ó 5/3 - TU ritmo.


(Por otra parte, podrías sentir que echar el aire por la nariz te va mejor que hacerlo por la boca, si es así, hazlo de esa manera, nadie mejor que tú te puede decir lo que tienes que hacer.)


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Al principio puedes jadear abruptamente con cada paso. ¿y qué?corre un poco más, ritmicamente como si bailaras, alegremente, disfrutando de este regalo que nos han dado y poco a poco a la par que tu carrera se alarga, tu respiración también lo hará.


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No te sobrepases, infra-pásate, no estás corriendo porque tengas prisa por llegar a alguna parte.


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Serás capaz de correr incansablemente si sigues esta simple regla :
corre dentro de tu respiración, no corras delante de tu respiración.
(tienes que correr para descubrir lo que esto significa)

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Cada vez que corres creas la calidad de tu propia experiencia. Los corredores a menudo hablan de dolor, y desde luego si quieres puedes tener todo el que quieras simplemente llevandote más allá de tus propios límites cada vez que corras. Es tu decisión correr para castigarte o para disfrutar de tus sensaciones. Si como yo, eliges la última opción, cada carrera puede ser gozosa. Las palabras clave son “¡Tómalo con calma!” conviertete en corredor, gradualmente, pacientemente, relajadamente.

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Puedes ser víctima de tu imaginación si te imaginas asombrando a tu gente con tu progreso y poderio. Conocemos a este mecanismo como Ego. Llamamos a este estado Ambición. Ser Grandes Corredores no es el logro que necesitamos, es el autocontrol. Sin él, el ego nos fuerza a la ambición y el precio de ambición es el dolor. No seamos egocéntricos. Tomémoslo con calma.



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Reconvertirte en corredor será un placer cuando progreses corriendo menos. La clave del método “progresar con menos” consiste en hacer menos de lo que piensas que puedes. Si piensas que puedes galopar, simplemente pasea. Si piensas que puedes correr alrededor del bloque, simplemente corre hasta la esquina.

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Tienes el resto de tu vida para progresar en la carrera de larga distancia. ¿Para qué la tensión? ¿Para qué el dolor? ¿Por qué no correr relajado y tranquilo como si fuera un baile? Cuando comiences a hacerlo así verás que correr ya es suficientemente duro por si mismo sin que le añadas dureza extra por tu cuenta.

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Así que podrías preguntar desde el punto de vista práctico, ¿qué distancia debería correr? Y yo te contestaría diciéndote que tú tienes la respuesta. Verás, la cuestión de la distancia es una cosa bastante relativa e individual. ¿Cuántos años tienes? ¿Cuánto miden tus piernas? ¿Cuánto pesas? ¿Con qué distancia imaginaria te sientes a gusto?

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Como la idiosincrasia individual hace imposible generalizar sobre la distancia de modo que sea saludable para todos, es únicamente una cuestión de tiempo. ¿A qué distancia te llevan tus piernas en, digamos, 5 ó 50 minutos? Deberías correr lo bastante lejos para hacerte sentir como un dandy, si no te sientes así es que has llegado demasiado lejos.



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Podrias preguntar ¿A qué velocidad deberia correr? La velocidad, también, tiene relación con un montón de consideraciones: puede que seas bajito y pesado, puede que seas alto y delgado, puede que no hayas dejado de fumar, puede que realmente quieras ser rápido, puede que te importe un pepino.., Deberías correr lo suficientemente rápido para hacerte respirar rápido y sudar libremente. Si estás corriendo lo suficientemente rápido para jadear y sudar, es que estás corriendo demasiado rápido. (Pero por supuesto estás viviendo tu vida, así que si quieres correr contra el crono, recuerda que ese es tu juego—recuerda que tu decides la reglas a seguir.)


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Podrias preguntar: ¿con qué frecuencia debería correr?

El objetivo es aumentar la fuerza y la resistencia hasta el punto de ser capaz de correr sin esfuerzo, comparado con lo que experimentaste cuando realizaste tu primera carrera. Así que corre lo que creas conveniente, lo mismo da que sea a diario o cuatro dias a la semana, ha de ser lo suficiente para aumentar y mantener la fuerza y la resistencia pero no lo bastante a menudo para que se convierta en servidumbre. Después de un tiempo corriendo regularmente te sentirás mejor corriendo que sin correr. y elegirás de forma natural la frecuencia que mejor te conviene para hacerte sentir mejor, y será bastante a menudo.

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La gente me pregunta: ¿Qué debería comer un corredor? Si tu no sabes lo que deberias comer tampoco lo sé yo. Si lo supiera te haría un favor no diciéndotelo, permitiéndote la aventura independiente de que descubras lo que tienes que comer. La comida debería ayudarte a sentirte ligero, limpio, con la mente despejada y fuerte. Así que te recomendaria los simples principios que yo llamo el XYZ de la comida:


X- come comida sana e integral

Y- simplemente come, de acuerdo con tu apetito

Z- come despacio, degustando la comida y con alegria.

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Aunque no deberias permitir que nadie te diga cómo correr, y nadie más que tú pueda decirte como vivir tu vida, hay un principio útil a todo aquel que corre: ¡Corre tan erguido como te sea posible!

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Visto de perfil tu espalda deberia ser perpendicular con el suelo: si te curvas hacia adelante mientras corres, cuelgas el peso de tu torso sobre las piernas cuando se elevan, tu pierna adelantada actúa como una abrazadera, impidiendo que te caigas de bruces lo que hace más duro elevar la pierna para dar la siguiente zancada, frenandote y haciendo que te canses.

Corriendo erguidamente - hombros, pecho, abdomen, caderas, como en una línea de plomada - tus piernas se elevan fácilmente, y las rodillas se elevan y empujan libremente.

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Los problemas que he visto en otros libros sobre el running son dos:

1-tienen un acercamiento mecánico, diciéndonos cuán lejos correr, cuán rápido, cuán a menudo, como si todos fuéramos iguales, como una flota de sedanes de dos puertas

y 2- convirtiéndolo en una práctica mecánica se pierde el espíritu --¡No hay diversión!


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Mi amigo Reps dice: "Si no es divertido no lo hagas". Recuerda: creamos nuestro(s) mundo(s) con nuestra(s) mente(s), así que deja que tu mente diga: "corro y todos los corredores hacen este baile hermoso, cada zancada un salto a través del espacio - ¡jo! ¡qué diversión! "

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Una vez que descubras que correr es otra forma de diversión, establecerás tu velocidad de carrera, tiempo, distancia y regularidad de acuerdo con lo que te conviene.


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Convertirse en un corredor regular quiere decir que ciertas recompensas físicas comienzan a aparecer: - el músculo del corazón se refuerza, reduciendo la marcha del pulso, incrementando el potencial de longevidad, - aumenta la capacidad y elasticidad pulmonar y el aire en las fosas nasales pasa limpiamente, - el equilibrio entre la entrada y la salida se establece y se mantiene de forma natural el peso ideal, -los pies y las piernas se vuelven fuertes y firmes, - la piel y los ojos brillan con vitalidad. Pero si la danza de la carrera no es divertida, entonces descubres otra danza, porque sin diversión lo bueno que hay en correr no aparece y un sufriente corredor abandona tarde o temprano.

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Te darás cuenta que tu danzante carrera no te cansa, sino que te da energía. Externamente: cómo tus músculos se refuerzan, tus pulmones se amplían y tu circulación va más rápida, más profunda. La oxigenación al inspirar y la eliminación de toxinas al espirar, se hace más cuidadosa, más completa. Además, los movimientos bruscos y fuertes de tus músculos abdominales masajean tus intestinos y los llevan a funcionar mejor, mientras que la apertura de tus poros con el flujo del sudor completa la limpieza. Y sutilmente: Al correr dentro de tu respiración, almacenas un plus de "prana", una palabra Sánscrita que quiere decir la Energía Absoluta, el impulso vital invisible que suministra la motivación principal para cada forma de actividad.



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Puedes querer correr con un amigo o un amante, pero la carrera no es extasiante a no ser que sea embellecido por su propio paso natural. Con un compañero de carreras cuyo paso se ajuste al tuyo puedes correr paso a paso, zancada a zancada, los pies golpeando el suelo como si fuérais uno, dos respiraciones como una, balilando la unidad del ser humano.


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Puedes escapar de tus problemas tan rápido como corras.
Yo lo tomo con calma,
haciendo mi carrera más cada dia un poco más larga,
haciéndome más fuerte poco a poco,
hasta que un dia tan libre me sentí
que yo ya más no fui
sino él,
y él habia ganado su fuerza
que parecía como ligereza,
y cambió su corta carrera
en una kilométrica
después cambió su larga carrera
por esta danza de pura belleza ---


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Experimentar la carrera como una danza, requiere una atención especial. Ten cuidado con tu cabeza: debería flotar sobre tu cuello - ( fija tu mirada en un objeto;
se quedará en ese nivel, no salta arriba y abajo.) Tu cuello debería estar flojo, tus hombros deberían colgar sin esfuerzo. Nota tus brazos --su movimiento debería ir pegado a tu costado, no necesitas llevar los puños fuertemente apretados, sino suavemente cerrados. Siente tus pies, del talón a los dedos, de los dedos al talón, el talón que amortigua tu vuelta a la tierra, los dedos que te elevan otra vez.


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Ten en cuenta los detalles de tu carrera, porque te lleva a economizar energía, llevándote al movimiento puro-- corriendo libre y despreocupado, suavemente y ligero -- ¡bailando!


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A medida que te hagas más fuerte, ganarás impulso en tu zancada, habrá dias en que tu baile te de la impresión de que vuelas porque, mira, es volar -- entre cada zancada tu flotas por un instante en el aire, antes de que toques el suelo y te impulses con la siguiente zancada.


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Por favor, recuerda que el objetivo de tu carrera es ser feliz, más sano y completamente tú. Considera también acompañar tu respiración con una oración (del estilo a "gracias a Dios"), o un mantra (como "Amor"), o una pregunta (como "¿quien soy?")-- o lo que quieras, es tu affair privado, respirando hacia dentro y hacia afuera en tu ritmo propio de carrera (pero recuerda que éste es tu descubrimiento)

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¿Qué quiero decir al llamar a esta forma de carrera “una nueva forma de meditación?” ¿No es meditación estar sentado en el suelo con las piernas cruzadas y los ojos cerrados?

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Quiero decir que meditación es un estado de conciencia, no una posición física. Yo corro en un estado que es meditativo, quizá incluso más que cuando estoy sentado tipo Buda.

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De la experiencia de correr meditativamente he aprendido que potencialmente mi vida entera puedo vivirla meditativamente, y me parece que debería aprender a vivirla así. Para mi esto significa que estaré más calmado, con valor, alerta, inteligente, energéticamente presente en cada momento de mi vida, hasta que la vida se me extinga.

Así que uno de los aspectos de correr meditando es la alegria consciente de correr, otro aspecto es el proceso de aprendizaje que utiliza la carrera como una metáfora para el resto de mi vida.


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Independientemente de lo que haces con tu carrera, sólo te engañas a ti mismo por empujarte, presionarte, competir. No hay ninguna norma y ninguna victoria posible excepto la alegría que vives bailando tu carrera.¡Cualquier alegría de la vida sólo se conoce en este momento -- ¡ahora! Así que siente como fluye tu danza y comprende que no estás corriendo para una recompensa futura – ¡la recompensa auténtica es ahora!

En la carrera, en el correr, ---- ahora --- ¿por qué no empiezas ahora?

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Justo antes de empezar a escribir esta línea me tomé el pulso, mi corazón bombeaba 48 veces por minuto. Observo el cuerpo en el que vivo y veo que es delgado y fuerte, los ojos son claros y la piel resplandece. Correr es, obviamente, un maravilloso tónico para este cuerpo. Y lo que es bueno para el cuerpo es bueno para el hombre entero. Nuestro espíritu no se separa de nuestro cuerpo del mismo modo que el agua no se separa de la corriente. El agua es la corriente.

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Cierta dama de la que estuve enamorado y por la que siento un inmenso respeto, leyó lo que he escrito y dijo que es hermoso, pero, añadió que le faltaba algo. ¿Crees realmente, añadió, que siempre es agradable, siempre divertido?. No, no lo es. ¿Qué hago cuándo no me siento como cuando corro, cuando me siento como tumbado? Eso mismo hago algunas veces, me tumbo y me observo. Pero, luego, algunas veces me empujo a salir y a correr, incluso cuando el sentimiento predominante es que no tengo ganas de hacerlo. Y observo eso sobre mi mismo, porque hay más de una cara en este grupo llamado “yo mismo”. No hay un único “yo” permanentemente, sino que hay muchos. Un “yo” quiere abandonar. Generalmente sigo corriendo porque es el camino más corto para regresar a dónde empecé. De cualquier modo, el “yo” que quería correr aparecerá pronto de nuevo.




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Hablando de mi mismo, digo, yo, o mí, o yo mismo, oscureciendo el hecho de que yo no soy uno sino muchos. Hay un lado verdaderamente significante de “mi” que ama correr, pero yo no he corrido durante semanas, diciendo sí a mis otros lados.

Mi objetivo en la vida no es correr sino estar despierto.

Ser CONSCIENTE requiere OBSERVAR --- comenzando por abrirte a lo que tú eres.


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Ten por seguro que la gente es perezosa, yo también lo soy. Trato muy duramente de verme con claridad y claramente hay un lado perezoso en mí mismo. La mayoría de las veces, simplemente decido no seguir a mi lado perezoso. La herramienta que utilizo para doblegarlo es la disciplina. La disciplina es un aspecto más de nuestro yoga corriendo. (Sí, es una forma de yoga también, y el yoga siempre requiere disciplina.)


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Pero tu lado perezoso, no tiene por qué ser igual al mio, así que tu disciplina es tu responsabilidad de inventar. No te asustes por eso: la disciplina es buena para nosotros también.

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Todo lo que he escrito sobre correr es mi verdad, proviene de una parte importante de mí mismo, proviene de mi deseo de dar. No todo es extasiante en correr, no todo es positivo. Algunas veces correr es sufrir intencionadamente por el placer de observar. Algunas veces correr es cansarse y sufrir sin intención, porque así es la naturaleza humana. No hagamos de nuestra carrera una fantasía, hagamos que nuestra carrera sea real.

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Estoy aquí sentado recordando una carrera de hace unos dias. Recuerdo que quería capturar esta esencia con estas palabras --- Estoy corriendo libre y ligero, mi respiración llenandome al entrar y purificandome a la salida, completamente presente en la experiencia de este momento actual, la mente allí, en ese instante.

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Cuando corro puedo sentir mi cara llegando al éxtasis.

Así que tú también puedes.


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Si te parece bien escríbeme, diciéndome lo que es bueno para ti.

(FIN)

Enlace a la versión original:

The Zen Of Running

jueves, 10 de noviembre de 2011

La verdad sobre el material para correr.

No es mi intención descubrir América, ya está descubierta, ni crear confusión o polémica, esto no es "Salsa rosa". Lo que pretendo es expresar mi sentir, posiblemente equivocado, sobre el tema del material "técnico" para correr, exponiendo una visión personal y argumentada por casos concretos, no por verdades universales.
Parto de la base de que soy un ser consumista, socialmente involucrado con el entorno, bombardeado por los medios de comunicación, y con cierta tendencia al "borreguismo". Dicho lo cual, expongo, que mi atuendo deportivo habitual está plagado de logotipos, nombres y materiales de sobra conocidos, y que ,con el dinero que gasto al año en ello, se podría vivir en muchos lugares del planeta.
Con esto quiero expresar que, no puedo ser el ejemplo de nadie, ni hacer bandera de lo que a continuación voy a contar, sería como tratar de engañar al que lee. Y, aclarado este punto, comienzo la exposición.

Año 2006, Marco Olmo entra en Chamonix, liderando una prueba llamada The North Face Ultra Trail du Mont Blanc. Se trata de un señor de 58 años, que parece haber salido de casa a dar una vuelta por el barrio en ropa deportiva, sacada de un armario apolillado despues de mucho mucho tiempo. Llaman la atención sus calcetines, su camiseta, sus zapatillas y su mochila, no por feas o bonitas, sino mas bien por estar fuera de lugar. ¿Fuera de lugar? si, mire el que mire a Marco está pensando lo mismo, este señor no cumple con el orden pre-establecido o con la estética esperada para la ocasión. Sin embargo, Marco acaba de ganar "la carrera entre las carreras", y eso lo convierte en un referente para cada uno de nosotros. Así que, está claro que, como pasa en cualquier otro deporte, la gente saldrá mañana a la calle a comprar las zapatillas del campeón, los calcetines, la mochila, o cualquier otra cosa que haya ayudado a Marco a ganar la carrera, ¿o no?. Pues no es el caso.
Este señor, carece de recursos económicos, y acorde a esta situación es el fondo de su armario.
Lo mas importante, Marco entrena cada día con ese material, su cuerpo se ha adaptado a ellos. Su ropa es sinónimo de comodidad, cualquier otra prenda le causaría molestias. Su tolerancia al frio y al calor son fruto de su interacción con el medio. Come y bebe ,mientras corre, las cuatro cosas que le sientan bien, alimentos simples a los que se ha acostumbrado.



Año 1994, Juan Herrera entra en Leadville (Colorado, USA), liderando una prueba llamada Leadville Trail 100. La prueba se retransmite por primera vez en televisión, ya que se ha generado expectación por ver a la gran ultrafondista Ann Trason, patrocinada por la marca Nike, aplastar al resto de corredores.
Juan llega el primero a meta, por delante de Trason, y batiendo el record de la prueba por mas de media hora. Juan es un agricultor Tarahumara, que corre con taparrabos y sandalias, fabricadas por el con un trozo de neumático viejo y una tira de cuero. Su dieta durante la carrera se reduce a agua y maiz. Juan a adaptado su cuerpo y su forma de correr a las condiciones que le rodean, a sus costumbres culturales y a los alimentos que tiene a su alcance.



13 de Noviembre de 2010, Victor llega a meta del Maratón Alpino Jarapalos, y lo hace llevando unas chancletas. Hasta este día nunca había corrido esta distancia, ni por este terreno montañoso, solo corría medias maratones. Victor corre con chancletas desde el día en que olvidó meter en la bolsa de deportes sus zapatillas de asfalto, y a pocos minutos de comenzar la carrera solo encontró en el maletero del coche unas chanclas de playa. Despues de acabar la media maratón, y hacer un buen crono, decidió que, a partir de ese día, correría siempre con chancletas.
La Federación de montaña no le permite correr con ese tipo de calzado, así que decide correr sin dorsal y bajo su responsabilidad. Al final, aunque no aparecerá en la clasificación oficial, recibe de la organización sus regalos y el dorsal como recuerdo.




Este pasado domingo, dia 6 de Noviembre, Victor ha vuelto a correr una media maratón en Sevilla, acabando en 1 hora 36 minutos, por supuesto con sus chanclas (foto dorsal 880)




23 de Octubre de 2011, Paco Contreras llega a meta de Última Frontera 160km. Paco tiene 73 años, y ha acabado infinidad de Ultra Trails por todo el territorio (Hiru Haundiak 100km, Nuria-Queralt, Transgrancanaria, 101km de Ronda, etc) ademas de maratones de montaña y travesias de resistencia de la copa andaluza. Paco corre con camisa y pantalón, gorro de paja y vara tallada a mano. Su dieta en carrera consiste en pasas, orejones, pan y queso. Paco corre así porque está adaptado a hacerlo así, y cualquier cambio le resulta molesto.




Actualmente se está extendiendo una nueva tendencia que anima a la gente a correr descalzo, o en su defecto al llamado "minimalismo", consistente en calzar zapatillas simples, sin ningún tipo de sistema de absorción de impactos, ni refuerzos específicos. Cada día son mas los seguidores de esta corriente, que se extiende por todas partes gracias a internet.
Según las teorias, el pié humano es una estructura perfecta diseñada para correr descalzo, desde que la evolución llevó al hombre a pasar de cuatro patas a dos. El puente del pié, así como el tendón de aquiles, se encargan de absorver el impacto y evitar que las rodillas sufran lesión alguna. Desde pequeños corremos descalzos libremente, hasta que nos obligan a meter el pié en zapatos rigidos, con tacón, eliminando parte de la movilidad y las funciones naturales de las estructuras del pié.
Ante este ataque a las grandes compañias vendedoras de zapatillas de running, estas nos presentan sus modelos "minimalistas", especiales para sus neo-detractores, a razón de 115 euros, en algúnos casos.
Si una zapatilla con un complejo sistema de amortiguación, estabilidad, control del movimiento, y mil mecansimos complejos, fruto de una ardua investigación, te cuesta del orden de 100 euros ¿porque nos cobran la misma cantidad por un trozo de caucho ,sacado del molde de un pié, y un pedazo de neopreno? ( cuesta mas barato comprar una "tablet" por internet, con toda la diminuta tecnología que encierra).

Que cada cual haga con su dinero lo que quiera, no soy quien para recomendar nada a nadie, pero pensad que nos dejamos arrastrar por los "cantos de sirena", que nos autoconvencemos por el demostrado "efecto placebo", y que nuestro cuerpo acabará adaptandose a lo que le ofrezcamos cada vez. Dicho esto, vestid, calzad y comed lo que os venga en gana, pero pensad que nada es imprescindible, y que de cada cosa que querais comprar hay una que es la mas barata.