viernes, 15 de febrero de 2013

La Roca, los marines y el desayuno con diamantes.

Lo que a continuación voy a relatar, es una de las anécdotas que mas me gusta recordar, y que siempre me reservo para esas reuniones en las que se acaban contando batallitas. Por muy surrealista que parezca, se trata de una historia real, o como diría un famoso humorista andaluz: “ esto es verídico”.

Desde que tengo uso de razón, cada despertar ha tenido el mismo “fondo de pantalla”: el mar al frente y, un poco a la izquierda, el Peñon de Gibraltar. Son las vistas que tengo desde casa, un sexto piso orientado al sur, que un buen día, fruto de la “ley de vida” y el apego, acabé comprando a mis padres.


Pues érase que se era, que una ociosa tarde del mes de Octubre de 2006, ojeando internet, me topo con la noticia de que ,tan solo unos días mas tarde ,se iba a celebrar una carrera en Gibraltar, consistente en subir al punto mas alto del Peñon. Leyendo leyendo…..me entero que aquello es algo así como la final de un campeonato mundial organizado por la W.M.R.A. (World Mountain Running Association, o Asociación Mundial de Carreras por Montaña) miembro de la IAAF , ósea, algo serio.
Para colmo, no hace falta estar federado, y la inscripción es gratuita, así que al instante envío un e-mail con mis datos, y al día siguiente me contestan confirmando la inscripción.

Tantos años contemplando el Peñon, y por fin voy a subirlo, y de la mejor manera que se me ocurre hacerlo: corriendo.

Por aquel entonces, ya tenía en mis piernas algunas carreras por montaña, y otras tantas pruebas de ultrafondo…….incluido un reciente fracaso en el Ultra Trail du Mont Blanc. Así que aquella carrera de 12,5km , se me hacía algo así como un “sprint”, y no pensaba “apretar el culo” para correr contra el crono, sino tratar de disfrutar de la carrera y de las vistas desde la cima del Peñon.



Aquella mañana de Sábado, 28 de octubre de 2006, me levanté ilusionado, desayuné, cogí una mochila pequeña ,con una toalla y una camiseta, me puse el mp3, y me fui trotando desde casa hacia la frontera.
El día era gris, con viento fuerte de levante, y la cima del peñon estaba totalmente cubierta…..de esos días que decimos que el Peñon tiene “montera”.

Ya de entrada me dio algo de rabia, al saber que me iba a perder las vistas del estrecho y del Campo de Gibraltar desde la cima.

Cuando llego a la zona de salida, me llevo una desoladora sorpresa: ¿Dónde esta todo el mundo?
Después de mirar bien, me fijo en una solitaria furgoneta con el maletero abierto, y me acerco a curiosear. En efecto, eran los de la organización, retiro mi dorsal, y les dejo la mochila.


A todo esto, ni rastro de los participantes, y apenas faltaba media hora para la salida. Así que me siento en un bordillo a escuchar música con mi mp3, mientras veo como unos recién llegados comienzan a instalar el arco de salida.

¿Y esto se supone que es una final de la copa del mundo? Todo me parece muy raro. A los pocos minutos llega un microbus del que bajan una treintena de canijos y canijas, vestidos con sus chandals con banderitas de varios países: Nueva Zelanda, Inglaterra, Polonia, Alemania, Austria, Slovenia, Francia, Republica Checa, Irlanda, Portugal……..
Se quitan el chandal y empiezan a calentar…..pegando carreras como locos…..con menos carnes que una lagartija……y en mi mente me digo a mi mismo: “Pero, ¿Dónde cojones me he metido?….estoy jodido….hoy es el día en que estoy condenado a llegar el último……por primera vez en mi corta carrera como corredor……menudo ridículo voy a hacer!!”

Veo una cara que me resulta conocida….y no se de que… El tipo se acerca a los de la furgoneta y comienza a preguntarles algo en ingles….y yo le digo: Oye, no te esfuerces, háblales en español que te entienden a la perfección.

Así que comenzamos a charlar y resulta que se trata de Vicente Capitan, con razón me sonaba su cara….
Ha venido representando a España (menos mal, me acaba de quitar la presión, je je je) y le pregunto por esa costumbre suya de llevar una cinta en el pelo de las que llevaban los kamikazes japoneses.

Me cuenta que fue su amigo Fabián Roncero quien una vez se puso una y ganó un campeonato, y que le dejó esa misma cinta para una carrera muy importante para el…..y también el consiguió ganar…..así que desde entonces las usa de amuleto, y cada vez que algún amigo viaja a Japon le trae una diferente.

Esta historia me hizo emular a Vicente y a Fabián al año siguiente, y me dio por encargar una cinta a un compañero de trabajo que esta casado con una Japonesa…….me la puse en la salida del Ultra Trail du Mont Blanc 2007…..y conseguí acabar, lo que para mi era como ganar un campeonato.
(en la cinta ponía en japonés “Victoria Segura“, bueno, para mi fue algo así.).



Vicente Capitan

Un servidor en el UTMB 2007


Pero volviendo a la carrera en cuestión, Vicente me dijo si no pensaba calentar, y con una sonrisa le dije que ya calentaría por el camino.

Primero dieron la salida a la carrera de las chicas. Tan solo eran once máquinas de matar, y una chica de mi ciudad a la cual conocí en el Maratón del Homenaje a La legión de aquel año, y a la que reconocí por una gorra donde ponía “La Alcaidesa”, y porque su aspecto la diferenciaba de las demás, porque , aunque estaba delgada , tenía un aspecto mas saludable y menos enclenque.Para ellas la distancia era de 8km de continua subida.


Quince minutos mas tarde nos tocaba correr a nosotros. Yo me situé donde debía, justo al final del mini-pelotón compuesto por 38 corredores. Si, tan solo 38 corredores. Junto a mi aparecieron unos chicos de un club de atletismo de la costa malagueña, y pensé : ¡¡ que mala suerte, a estos tampoco los podré pillar !!……Y la última sorpresa, para completar los 38, ¡¡ unos militares del glorioso cuerpo de Marines de los Estados Unidos que habían venido de la Base Militar de Rota !!…¡¡ joder….joder, joder…. joder..!! ¿ pero solo van a venir tíos cargados de testosterona y adrenalina a esta puñetera carrera?

Así que ahí estaba yo, escuchando música al final de un grupo de corredores con la mirada inyectada en sangre. Mi destino estaba escrito: Hoy sería el último, si o si. Por lo tanto, asumí mi papel y mi destino, me relajé, y cuando sonó la señal de salida, comencé a correr entre la polvareda que acababan de levantar aquellos misiles humanos.

El pelotón despareció de mi vista de manera relámpago, y solo alcanzaba a ver a los del club de atletismo malagueño.

El recorrido era una sucesión de subidas zigzagueantes por una carretera asfaltada…..a veces mas suaves y otras mas empinadas. Así que básicamente me limitaba a jadear y mirar el piso….y poco mas.

En el kilómetro cinco nos dieron una botellita de agua, y en el kilómetro seis un puto mono me la intentó arrancar de la mano…..pero gané el forcejeo. ¿Un mono? Si, un mono. En Gibraltar los monos campan a sus anchas , y están protegidos por la ley, con multas y hasta pena de cárcel por atentar contra ellos. Así que los muy cabritos están acostumbrados a robar a la gente, y a apoderarse de todo lo que se les antoja.

Pasado el incidente del mono, me vi adelantando a alguien. Levanté la cabeza, y descubrí que era la chica de mi ciudad. Intercambiamos unas palabras, para descubrir que no era el único que tenía asumido el papel de “el último” en el día de hoy. Aunque con este adelantamiento me llevaba el premio de la clasificación local absoluta, je je je je…..



Cuanto mas subíamos, peor era el estado del pavimento, puesto que aquello eran antiguas carreteras militares que llevaban a las cuevas y polvorines ocultos en la roca. Según llegaba al km 8, me pasaron los primeros a velocidad de vértigo ¡¡ como subían aquellas bestias !! Y es que, resulta que para alargar el recorrido, y llegar a esos 12,5km, cuando ya estabas cerca de la cima, vuelves a bajar 2km para hacer un bucle y subir de nuevo. Así que, cuando me adelantaron los primeros, ellos ya venían de vuelta del bucle camino a meta.

Poco a poco bajo y vuelvo a subir, y consigo alcanzar a dos de los marines americanos, con los que charlo unos minutos, y en vez de adelantarlos “en plan perro traidor” , espero para entrar juntos a meta. De todos modos, me sentía como el último llegado a meta, así que no tenía sentido haberlos adelantado.

Llegamos a meta, con las nubes metidas en la cima y un viento ensordecedor. Nos ponen una medalla bastante chula y nos arropan con mantas térmicas para que no nos enfriemos. Unos minutos de charla y, cuando ya nos íbamos para la cafetería de la estación del funicular que llega a la cima, escucho aplausos y ¡¡ sorpresa !!……. ¡ aun quedan dos marines por llegar a meta ! ¡ no he sido el último ! . ¡¡ Le he sacado 8 minutos al penúltimo y un cuarto de hora al último !!

Nadie se hace una idea de cuanto di las gracias al “Glorioso Cuerpo de Marines de los Estados Unidos de America” aquella fría mañana. Mi culo salvado por un cuerpo de élite, como en las películas, pero en otro sentido.



Así que, a día de hoy, y gracias a los marines, aun no he llegado el último en ninguna carrera…….pero todo llegará…..estoy seguro.
Luego, en la cafetería, nos invitaron a desayunar mientras se hacía la entrega de trofeos.

Vicente Capitán me hizo señas para que me sentara con el a desayunar, en una mesita de cuatro que había reservado, pues había llegado en segundo puesto y llevaba allí muuuuuucho tiempo. En su mesa solo quedaba ya un asiento, y me lo había reservado, puesto que era el único español que conocía allí.

Me senté, le di las gracias por el detalle, y me presentó a los otros dos comensales: nada mas y nada menos que Jonathan Wyatt y Marco de Gasperi. Menuda cara de acelga se me quedó. ¿Sabéis los records y campeonatos del mundo que tienen entre estos dos personajes ?
Me pasé el desayuno haciendo fotos con la cámara de Vicente, cuando subieron al podium…..desayunando….junto a las personalidades de la WMRA….total, haciendo de reportero para el album de recuerdos personal de Vicente. Así que existen fotos en las que estoy amigablemente desayunando con estos extraterrestres, pero que nunca he logrado conseguir.

Cuando terminó la ceremonia, nos dieron un pase para bajar gratis en el funicular……mientras un mono arrancaba un coletero de la cabeza de una corredora y se daba a la fuga………(esos monos son como una mezcla de banquero y político)



Llegados al final del trayecto de bajada nos despedimos, nos dimos las gracias mutuamente, y me marche de nuevo a casa corriendo con mi mochilita y mi mp3.

¿Tiene moraleja toda esta historia? Bueno, la mía es que siempre hay alguien que lo hace peor que tu, y que cuando creas que lo tienes todo perdido…..aparecen los marines americanos para arreglarlo.

Clasificación de aquella carrera, como prueba de lo relatado: Gibraltar Rock Race 2006

7 comentarios:

Antonio Morales dijo...

Vaya historia... Desde luego que ganar a unos marines aunque sea en una carrera tiene su mérito...y conocer a esos máquinas fue un premio a tu atrevimiento.

Cándido dijo...

Bonita historia, gracias por recodarla y compartirla con tus lectores.

kurueza dijo...

Muy bueno, por mucho " I want you for US Army ", te veo más en la Armada invencible jeje.

A de la Mata. dijo...

Muy bien IVAN, veo que a los U. S. Navy les tomaste bien la medida. Un relato chulo, del que me quedo con esa fenomenal comparación. Tb me quedo con los monos (por muy "cabritos" que sean) en vez de con los otros. Un saludo Ivan

Anónimo dijo...

Qué gracia Iván..ayer precisamente corrí yo la versión que ha quedado de esa carrera, a nivel local, es la Top of the Rock, ahora se corren 4300 m con 400 m de desnivel..(info en www.gaaa.gi).
Aunque hubiera sufrido de lo lindo daría lo que fuera por haber corrido la tuya de 2006, de mayor distancia y participación de élite..
Los monos, como sabes, siguen estando arriba e intentando joderte la subida, ja,ja..
Abrazo
Nacho Pérez

Antonio dijo...

Bonito relato y que suerte que existan los marines para sacarte de cualquier apuro.

Livan dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios.

Hombre, tal como yo lo veo, los marines me hicieron un favor. No dudo que sean buenos en su trabajo, pero ello no implica que sean buenos subiendo montañas, lo que a mi me vino de perlas, je je.

Un abrazo a todos, y gracias por pasar por el blog.