miércoles, 14 de septiembre de 2016
CORTAFUEGOS
Entre las cosas mas feas del mundo, sitúo los cortafuegos y las camisas hawaianas . A las segundas les metería fuego en una gran montaña, y a los primeros no, porque precisamente existen para lo contrario.......pero nadie dudará de su fealdad y de que dañan la vista desde la distancia.
No cabe duda de que las cosas feas , no por feas son inútiles, y que incluso la mayoría nos son imprescindibles (menos las camisas hawaianas).
En este apartado, el de cosas feas útiles, meto a los cortafuegos, no solo por su función primaria, la de cortar el paso a las llamas en un eventual incendio, sino por esa segunda función que le damos mas de un corremontes, la de centro de alto rendimiento.
Y no me refiero a cualquier cortafuegos, sino a esos que suben a lo bestia por la ladera de una montaña, esa traza vertical de color mas claro que es visible en la lejanía, como si un gigante hubiese empezado a rapar la cabeza del susodicho monte.
No seré yo el único que, mientras conduce ,observa entre las montañas cercanas uno de esos verticales cortafuegos, y fantasea con subirlo al trote, o apoyando las manos en las rodillas debido a la pendiente.
Si ha sido creado por las máquinas, se puede acceder a pie hasta el. Es lo bueno de los cortafuegos, que llegas hasta ellos con relativa facilidad, por caminos o pistas forestales.
En ellos se han escrito páginas sueltas, o diarios completos, de cientos de montaraces en busca de su objetivo del año, o de su anhelado sueño alpino.
Horas de subidas y bajadas, cuantificadas por el número de repeticiones, o el número de pasadas dentro de un mismo circuito.
Cortafuegos con nombres y con carácter. Cortos y pronunciados, o largos y tendidos, pero que acaban sacando el resuello, y el dolor de cuadriceps.
Encierran a su vez el juego mental, y la forja de la voluntad. Sabes que tres subidas son duras, seis una tortura, y diez un calvario......y acabas luchando mas contra la mente que contra el cuerpo, o contra el propio cortafuegos, en la frontera del abandono. En tu mano tienes la opción de dejarlo, de no subir mas, y aun te quedan tres...... Crece en tu mente el deseo de parar, y has de superarlo. Es algo que marcará la diferencia en carrera, cuando las cosas te vayan mal, y planee sobre ti la sobra de la retirada.
En los recorridos circulares, cuando entrenas, aunque tengas ganas de abandonar, no tienes mas remedio que llegar al punto de partida, y el trabajo es físico al fin y al cabo.
A los pies del cortafuegos, es tu mente la que determina si completas lo pactado, o te marchas con la cabeza baja y la voluntad vapuleada.
A veces, un cortafuegos marca la diferencia, eso y la soledad. Arropados por la compañía en las tiradas largas, por el plan prefijado, por las decisiones unilaterales, el trabajo mental es nulo, no hay conflicto interior.
Luego, como viene sucediendo, se tira la toalla demasiado pronto, demasiadas veces.
Sería mas sensato mirar muchas veces a los ojos de ese feo cortafuegos, antes de decantarnos por esas bellas siluetas nevadas de Los Alpes o Los Pirineos, donde se acaba abdicando a los primeros atisbos de cruda realidad.
Dejo un divertido vídeo que muestra que hacer con unas cervezas, un feo cortafuegos, y un look horrible.
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