lunes, 17 de mayo de 2010

Scottish Ultra: segunda etapa.

Ante mi asombro, el pie no me duele lo que yo pensaba, pero si la espalda y los cuadriceps. Ahora tengo claro que mañana voy a salir a correr la segunda etapa.
Artemio se va a quedar un día mas, ayudará a la organización como voluntario en la etapa de mañana, pero al día siguiente se marchará de vuelta a casa.
Me meto en el saco y escucho un poco de música, y a las 22:00h mas o menos me quedo dormido. Me cuesta bastante dormir, mi cuerpo ha sufrido mucho castigo después de tatos días de fisio sin entrenar, y me duelen hasta las orejas. Hace un frío que pela y salir a orinar es un acto de hombría sin igual, je je, os lo aseguro.

Mas o menos a las 6h me levanto y comienzo a preparar mi pie derecho, hoy no me puede fallar. He traído unas plantillas de descarga para los metatarsos y me pongo una bien amarrada para que no se me desplace con el agua, ya que estamos continuamente con los pies mojados.



De momento no llueve, pero vamos a salir con la ropa de agua, visto lo visto es la mejor opción. Ayer hubo gente que pillaron cantidad de garrapatas (ellos las llaman "tic") por llevar pantalón corto por el terreno "maldito", y hoy nos avisan que llevemos pantalón largo pues hay muchos kilómetros de este tipo de terreno. No es una buena noticia, 54km para hoy y con parte del terreno en el que te matas por avanzar se pueden hacer eternos.

A las 8 dan la salida. Hoy no me pienso despegar de mis compañeros, vamos un grupo de cuatro, Alonso, Manolo, Paco y Yo. Hoy nos metemos por terreno malo nada mas empezar. Continuas subidas y bajadas, los pies mojados nada mas empezar. Vamos pegados a la costa, junto a un sin fin de acantilados. En nuestro camino hay muchos torrentes de agua que buscan el mar y han excavado profundas grietas en la tierra, las mismas que nos toca de atravesar, bajando al fondo y trepando para salir de ellas. Las vistas son inbreibles, y hoy el cielo acompaña, hace frio pero al menos no llueve.







La cosa va lenta, en dos horas apenas hemos avanzado 8 o 9 kilometros, continuamente subimos a algún punto alto para tratar de ver en la distancia alguna marca que nos guie por el camino correcto. De vez en cuando bromeo parodiando a Bear Grils, "el último superviviente", y Manolo me graba en video haciendo el chorras, total, que mas dá un minuto mas o uno menos, hoy el dia va a ser largo, mejor poner una sonrisa de vez en cuando y relajar los animos. Con el paso de los kilometros me doy cuenta de que el pie no me molesta nada, ¿a que la almohadilla va a ser la solucion?, mi mente se torna cada vez mas positiva, voy disfrutando, aunque la etapa está siendo dura y queda mucho por delante, ahora pienso en que quizas logre llegar a meta algún dia mas.
Seguimos junto a los acantilados, y pasado un control hemos de buscar la playa, por ella correremos varios kilometros. La marea está baja y se puede correr bien, apenas te hundes en algunas zonas.






Salimos de la playa y llegamos a un camino, se puede correr bien, ahora recuperamos parte del tiempo perdido durante los primeros kilómetros. Pasada una hora notamos los efectos de etapa de ayer, las piernas van muy cargadas y la mochila parece aumentar de peso con el paso de las horas. Nuestro trote es cada vez mas pesado, lento y torpe, cuando uno de los cuatro se para lo hacemos todos y continuamos caminando unos minutos para recuperar. El camino es de continuo sube-baja, nos está quemando, ahora que se puede correr y ya vamos machacados. Se notan los largos silencios, cada uno inmerso en su mente, el sonido de las zapatillas al trotar es como una letanía, como un mantra que se repite y se clava en el cerebro una y otra vez. Yo resoplo y pido en mi interior que uno de los otros pare para darnos un respiro a todos, no quiero ser yo el que pare al grupo. El equipo de Gales nos pisa los talones, ayer iban fuerte pero hoy los llevamos por detras, es lo que nos mete presión y nos empuja a no flaquear. La etapa de hoy se está haciendo muy larga, 54km que parecen el doble, es como si los kilometros fueran millas.



Llegamos a un control en el que Artemio está de voluntario, nos dice que mañana se larga de vuelta a España, no le apetece pasar los dias ayudando a la organización y viendonos a nosotros correr sin el poder hacerlo. La carrera no es como el la imaginaba, no pensaba que el terreno fuera así, no venía preparado para esto. Nosotros , al fin y al cabo, estamos acostumbrados a la montaña, a caminar por sitios dificiles, a correr bajo cualquier inclemencia del tiempo, con lluvia, frio, viento, etc. El, es mas de maratones y medias por asfalto, el año pasado Sables se le dió bien y pensó que esto sería parecido. Es una pena que se vaya con este mal sabor de boca.

Yo me noto en el pie izquierdo la formación de una ampolla, justo en la almohadilla. Los kilómetros, los pies mojados continuamente y las duras zapatillas de montaña luchando ahora por el asfalto han sido el caldo de cultivo de esta nueva invitada a la fiesta. Justo hago el comentario de la ampolla y Paco se para de golpe pues lleva rato sintiendo lo mismo en sus pies. El tio está de muy mal humor, dice que no recuerda la última vez que tuvo una ampolla y que no es el momento mas indicado. Yo le digo que esto es así, y que las condiciones son las idoneas para que te pase esto.

Poco a poco nos vamos separando, Alonso se va alejando, Paco se mantiene junto a nosotros hasta cinco o seis kilometros de meta, y Manolo y yo vamos juntos hasta el final. Llegamos a un bosque que rodea un lago precioso, es como una recarga de energía para nuestro cuerpo, según el mapa estamos muy cerca de la meta en Port Ascaig. Hace rato que no vemos detras nuestra al equipo de Gales, la etapa también se les ha atragantado´, llevan horas metiendonos presión pero se ve que han tirado la toalla. Salimos del bosque y vemos el puerto, desde este tomaremos el ferry para pasar a la otra isla, Jura, donde dormiremos esta noche y se disputaran las tres etapas restantes.








Tras un poco de confuíón encontramos el camino que baja al puerto, hay una carretera que da un rodeo y llega claramente, pero damos con un sendero que llega mas directo y a cuyo final se encuentra la meta.
Llegamos y nos cambiamos de ropa para no enfriarnos. A los pocos minutos aparecen los de Gales que se vienen directamente a felicitarnos por la etapa, se ve que han estado tratando de cazarnos y nos quieren reconocer el trabajo, son buena gente.



Ha sido un dia infernal, pero junto a meta hay un pub con cerveza fresca y aún queda mucho para que salga el último ferry. El cocinero del bar es un chino nacido en Madrid hace mas de cuarenta años, habla español con mucha soltura, se llama Juan, por un momento me parece surrealista la escena: una pinta de cerveza en mi mano, una guapa camarera rusa, de Kazajastan, un chino al que llamamos Juanito, y Artemio que entra en el pub y nos dice que a Javi le ha embestido una vaca y que va maltrecho cerrando carrera.
El chino nos propone un menú a base de vieiras enormes, cigalas a la plancha y pulpo a la gallega. Ha bajado al puerto y al rato ha subido con dos cajas de vieiras y cigalas vivas. Aceptamos el trato, un dia como este merece un homenaje para compensar los malos ratos. Phil, se queda flipado de ver lo que nos vamos a zampar, y yo le digo de guasa que es pura autosuficiencia, que nos hemos buscado la vida a expensas de la organización que es de lo que se trata. El mismo Phil se toma unas cervezas junto a nosotros y le damos a probar las cigalas y las vieiras, que son enormes.



En pleno festin aparece Javi, negro de barro de la cabeza a los pies, con la cara desencajada, ha entrado el último en meta y falta poco para el último ferry. Nos cuenta la historia de la vaca y no podemos parar de reirnos de ver como lo va explicando, hasta los escoceses lloran de la risa de vernos a nosotros reir y de ver a Javi como se explica escenificando la tragedia. Phil, mientras se bebe las lágrimas de la risa tiene la ocurrencia de apuntar a Javi con un dedo y llamarlo "Matadorrrrr", y ahora es cuando ya no paramos de llorar a lágrima viva, con dolor de barriga, y de llamar al escoces "Cabrón".




Llega la hora de tomar el ferry, aún con lagrimas en los ojos nos subimos al barco que nos cruza en pocos minutos a Jura, tierra de vikingos, de ciervos y de mas destilerias de whisky de malta. La experiencia me está resultando maravillosa, los paisajes, la dura carrera, la gente.....y mañana mas.