lunes, 21 de noviembre de 2011

Sergi, el nomada del kayak.


Esta noticia aparecía en el periodico digital Laverdad.es del 30 de Julio de este año 2011:

Empezó con una idea similar a la de Christopher McCandless en la película 'Hacia rutas salvajes', de vivir en armonía con la naturaleza y le sucedió como a Forrest Gump, que empezó a correr y no pudo parar hasta recorrer Estados Unidos de costa a costa. En este caso, a bordo de un kayak. Sergi Rodríguez emprendió un viaje de película, casi sin querer, que se ha convertido en una larga travesía lejos de la sociedad, sin más fin que encontrarse a sí mismo y sentirse en armonía con la naturaleza.
Partió el pasado 11 de junio desde Argeles Sur Mer, un pueblo cercano a la frontera costera entre España y Francia con la intención de pasar un mes bordeando la costa con su kayak, para dormir en playas tranquilas y disfrutar de la Costa Brava. Pero una vez llegó a Castellón, «sin saber bien por qué» siguió el viaje hacia el sur, indicó el joven. Ayer hizo escala en Alicante con 680 kilómetros a la espalda, 49 días de ruta y una mochila llena de aventuras que, por lo que parece, seguirá llenándose.
Sergi Rodríguez es un joven catalán nacido en Granollers hace 27 años. Estudió Ingeniería Mecánica en Barcelona, Inglaterra y Alemania. En el país germano vivió cuatro años y acabó la carrera. Se especializó en energías renovables y medio ambiente, su verdadera pasión, la naturaleza. Al término de sus estudios, decidió emprender un viaje de fin de carrera diferente. Aquejado de molestias físicas en los pies y las rodillas y guiado por su amor por el mar, decidió invertir en un kayak como medio de transporte. «Tras años de estudios y trabajo me entraron ganas de desvincularme de todo. Creo que la felicidad no se encuentra en el dinero que tienes o pretendes tener, sino en vivir en armonía con sí mismo y con la naturaleza, que es la que nos da la vida», explicó el navegante, a lo que añadió «recorriendo la costa desde el mar se ve cómo el hombre llena todo de edificios y eso hace daño a los ecosistemas».
Con esta máxima, llenó su kayak con los utensilios básicos: una tienda de campaña, un neceser de aseo personal, algunos objetos para pescar, un camping gas, un libro y una cámara de fotos sumergible «de las de carrete», concretó. El presupuesto: «lo poco que ahorré trabajando durante los años de carrera y el cariño de la gente, ya que cada vez que llego a un sitio y explico el viaje, me invitan a sus casas y me ofrecen comida».




Pues resulta que apurando los dias de playa, un domingo a primeros de septiembre, quedamos con varios matrimonios de amigos para pasar el día en la playa y hacer una barbacoa. Y mientras charlaba sentado en la arena, vi pasar cerca de la orilla a un chico en un kayak. Al ver el petate que llevaba amarrado sobre la embarcación, pensé que vendría de lejos, y mi reacción fué gritarle para llamar su atención y preguntarle, entre voces y gestos, si quería comer. Al verlo maniobrar y acercarse, me fuí a ayudarle a sacar el kayak del agua, y comencé a hablarle en ingles, ya que por su aspecto pensé que era extranjero. Así que nos sentamos, abrimos unas latas de cerveza, y mientras el comía algo (de todo menos carne), yo le hacía cantidad de preguntas sobre su aventura.
Sergi, me pareció una luz al final de un tunel, en una sociedad marcada por la generación NINI (ni estudio ni trabajo), plagada de caraduras televisivos que viven del cuento y de vender sus vergüenzas al mejor postor. El, con la valentía de salir al extranjero a estudiar, sacar una carrera en dos lenguas que no son la suya, y con esas ganas de sacar el jugo a la vida y lanzarse a la aventura en un simple kayak, es como un espejo en el que muchos jóvenes, y otros no tanto, deberían mirarse.



A día de hoy, nos hemos encontrado en Facebook, y me cuenta que sigue su aventura, y que ya está por tierras gallegas. Ya veis, y salió a dar un paseo de unos días cerca de casa!! Para mi sorpresa, me comenta que escribió en su blog sobre nuestro encuentro, y he pegado el trozo que me dedicó (en ingles, ya que va alternando sus entradas en castellano, catalan e ingles):

"a big family from La Linea shouts at me very energetically, and asks me to stop if I am hungry, and join them for a meal. Laughing I cannot deny. I can hardly step out of the kayak that each of the members is introducing themselves and I receive kisses from all the women. It happens so quickly that i already find myself sitting with them with a plate full of food in front of me and thousand questions in the air. One of the members, Ivan, practises running with incredible passion. It remembers me to Juli, also an addicted to this sport, or way of living. Ivan has an interesting blog called "occasional nomad". So it is very easy to share points of view and opinions with him. When I leave they sing to me "Adios con el corazon", which is very emotive.How many presents I think... all these livings are very beautiful and i feel grateful for all of them."


Blog de Sergi: gramyege.blogspot.com

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5 comentarios:

Suso dijo...

Un kayak en tu blog es un sacrilegio.
Bonita historia.
Si te apetece venir a Galicia, tengo un par de ellos en el garaje esperando para surcar embalses, rías o abiertos mares.
Tu entrada me ha recordado que quizás deba volver una temporada al agua.

JAUME TERES Y XESC TERES dijo...

Hasta hace pocos años la questión era ser o no ser y parece que en la sociedad actual , la que tu lamas NINI, es más el Ser o Tener, seamos todos más humanos , no hace falta tanto para vivir tan poco que es nuestro paso por el planeta Tierra, siempre el ser el tener que sean vivnecias!!

PD por cierto a la buena gente siempre se le arrima otra de buena!!

jt

Suso dijo...

Ya anda por la costa asturiana.

Livan dijo...

Suso, el chaval merece ser la escepción que altere la temática del blog, por su empeño y espíritu aventurero. Gracias por tu invitación.

Jaume, muchas gracias por la posdata. Tienes toda la razón, buscamos la riqueza y la felicidad donde jamas la vamos a encontrar, en el dinero.

Un abrazo a los dos.

Julio | casas en venta dijo...

jeje bien por sergi... la aventura me gusta pero el si que la lleva al extremo jeje