miércoles, 8 de febrero de 2023

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Hoy me ha parado un compañero de trabajo para decirme que ayer vio un documental sobre una carrera de seis días por el desierto del Sahara. Me contaba que los participantes tenían que llevar todo lo necesario para los seis días, porque solo les daban agua. Que los corredores lo pasaban fatal y que era una prueba al alcance de muy pocos. Cuando pude interrumpirle, le dije "Si, yo la corrí en 2009", -venga ya!! ¿en serio?, fue su reacción.
La mayoría de mis compañeros saben que corro (y que escalo) , pero no todos se imaginan los fregados en los que uno se ha metido a cuenta de esto de correr.

Llegada a meta del 24 Marathon des Sables. Junto a mi Patrick Bauer, creador de la prueba.


¿En realidad el Marathon des Sables es una prueba al alcance de muy pocos? Pues no. Como la mayoría de cosas en la vida, es algo al alcance de todo aquel que verdaderamente se lo proponga. 
En primer lugar está el dinero. Es una prueba muy cara, pero es cuestión de poner una hucha y en dos, tres o cuatro años.....si es tu sueño, reunirás lo necesario. Piensa en la cantidad de dinero que gastamos en caprichos o vicios. 
Luego está la preparación física. Si ya eres corredor, solo es cuestión de adaptar tu cuerpo para hacerlo con unos 8 kilos de peso en la espalda y acumular kilómetros. Deberás entrenar más, o menos, dependiendo de tus expectativas y teniendo en cuenta que hay gente que afronta la prueba solo caminando.
Y ahora viene lo más importante: la ilusión.
A veces pienso que la ilusión es algo propio exclusivamente de la infancia y que se pierde por el camino , a medida que vas quemando años y la vida te endurece. Ese sentimiento de anhelo y esperanza por conseguir algo que se desea intensamente, se evapora, y se cambia por esos cinco minutos de antojo estúpido que sucumbe al poco tiempo de uso. 
Al perder la ilusión, se emprenden travesías de envergadura condenadas al abandono, eso si se llegan a emprender, porque en la mayoría de las ocasiones, nosotros mismos ponemos barreras a nuestra felicidad, excluyéndonos de empresas exigentes, por pereza, por baja autoestima o por evitar conflictos familiares.

¿Cuánto te importas a ti mismo?¿en que peldaño estás en tu escala de valores?¿es tu actitud tu escaparate?

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24 horas al día, 7 días a la semana, 365 días al año. Ese debería ser tu número. Ese el enfoque dedicado a tus sueños. Actitud a tiempo completo. Sin descuidar nada, ni a nadie, pero sin perder tu verdadero faro. 
Navegar con la mar en calma en dirección al faro lo hace cualquiera. Te toparas con tormentas y la mar revuelta y tendrás que seguir remando.

Subida al Veleta 2008

247365. Siempre con tu sueño presente en tu día a día. Todo suma. Crea hábitos que puedas incorporar en tu rutina diaria y que supongan un beneficio de cara a tu objetivo. Yo, por ejemplo, vivo en un sexto piso y subo siempre por las escaleras. Para rematar la faena subo siempre los escalones de dos en dos. A no ser que vaya cargado ,tipo bombona de butano o cajas de agua, uso las escaleras. Esta misma rutina la traslado a la fábrica o a cualquier edificio al que tenga que acceder en mi día a día. Este simple hábito tiene su transferencia a la escalada y a correr por montaña. Otro pequeño gesto que suelo usar es elevar los talones cuando estoy parado esperando algo o a alguien.  Acciones tan simples como estas, repetidas día a día, las agradecerás luego.

Tirando de cuádriceps y gemelos en mis jornadas de escalada

¿Compras la mochila más ligera del mercado pero te comes un diplodocus relleno de dátiles? 
Si al correr te bota más la barriga que la mochila, tienes que prestar más atención a tu dieta y menos al minimalismo del material.
Pequeños ajustes de tu día a día alimentario , te ayudaran a reducir tu peso. Si a tu café mañanero le restas azúcar, reduces el consumo de zumos y refrescos, cambias la harina blanca por integral y eliminas pasteles y postres golosos, en poco tiempo veras resultados.
Creemos equivocadamente que los corredores lo quemamos todo, máxime cuando nos dedicamos a correr ultramaratones , pero consumimos más calorías de las que en realidad quemamos y por lo tanto acabamos engordando. 
Puede que te de igual tu peso, que no te merezca la pena prescindir de los postres y que no influya mucho en la consecución de tu sueño, pero a largo plazo esos pequeños reajustes se traducen en salud.

Se fuerte mentalmente. Habrán voces que trataran de desalentarte. Siempre las hay. Le quitaran mérito a tu sueño o insinuaran que no estas a la altura. Hay gente así, que necesita desacreditarte o minusvalorarte para vivir feliz en su charco de mierda. Si prestas atención a esas moscardas perderás tu enfoque. 
Y ten sueños, hay que tenerlos, no tiene sentido vivir sin ellos. Quemar la vida en la monotonía de pasar días sin una ilusión, sin un objetivo por el que luchar más que pagar facturas, no es vivir, es solo estar vivo. 
Ha llegado el momento de que pongas en marcha, si es que no lo has hecho ya.
 
P.D: Sigo viendo a esa chica correr camino al trabajo. Misma indumentaria, incluso en estas madrugadas lluviosas. Vaya par de pelotas gasta.

2 comentarios:

Metal Cloud dijo...

¡Suscribo palabra por palabra el texto! Pero tener esa actitud es casi más difícil que el objetivo final. Te envidio por eso. Estoy seguro que cada día que pasas manteniendo esa actitud es ya una recompensa, consigas o no el objetivo. Por cierto que me gusta mucho como escribes, si un día te da por escribir sobre música, ¡cuenta conmigo!

Livan dijo...

Hostia, Metal Cloud por aquí !! Gracias por comentar y me alegro de que te guste. Lo de escribir sobre música lo dejo para ti, que lo haces del carajo. Zapatero a tus zapatos.